LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

miércoles, 30 de noviembre de 2011

ESTUPIDEZ SOCIAL

Un repaso ponderado a nuestro alrededor nos haría ver con cierta facilidad que la sociedad está en un punto álgido de estupidez.
Todavía no hemos sido capaces de comprender que cuanto sucede a nuestro alrededor, ocurre con nuestra connivencia, con nuestra aprobación, con nuestro permiso en una palabra.
Nos echamos las manos a la cabeza, quizá para comprobar que está ahí todavía, cuando vemos que la economía no sólo no mejora, sino que empeora.
Utilizamos palabras que no conocemos con la misma facilidad que aquellas, que aún conociendo, utilizamos francamente mal. Se nos llena la boca con palabras como: prima de riesgo, capitalización bursátil, déficit público, etc. y creemos que seremos capaces de comprenderlas más allá de su mero significado.
No hace mucho las únicas palabras que inundaban los medios y nuestro vocabulario eran otras tales como: talibán, Abu Graib, Armas de destrucción masiva, chador, burka...
¿Por qué? Pues porque nuestra aburguesada sociedad, imbuida en una estupidez de tamaño descomunal, se presta para que los mismos que nos llevaron a una guerra, nos trajeran una crisis económica sin parangón. Una crisis de la que saldremos mal que bien “invadiendo” algún país pequeño rico en recursos y dónde poder desviar la atención de la patente incompetencia de toda la clase política.
Mientras permanecemos aletargados en la comodidad occidental, votamos no con ideas propias, sino con los ajenas, las de quienes nos bombardean desde los medios de comunicación.
Un repaso somero por los “mass media” nos haría percibir sin problema el mismo tufillo en casi todos.
Los mismos medios de comunicación que apoyaron guerras, hundimientos, teorías paranoico – conspiratorias, son los mismos que alisaron el camino del gallego a la poltrona de la Moncloa.
La estupidez humana hizo lo que se esperaba de ella y cumplió con creces las expectativas de aquellos que se presentaron.
En el resto de los países las cosas han ido peor, unos no han podido participar el el cambio de sus jefes de gobierno, impuesto por la fuerza de los hechos desde Bruselas. Otros países, que presumen de locomotoras, sentirán también en breve la presión de no tener a quien vender por haber apretado tanto las gargantas de quienes deben comprarles...
Estupidez humana...

martes, 29 de noviembre de 2011

¿CUANDO TE QUIERO MÁS, CUÁNDO TE LO DIGO O CUANDO TE LO DEMUESTRO?

En el juego del amor muchas veces los actores que lo protagonizan tienden a polemizar sobre el por qué no le ha dicho uno al otro públicamente, cuánto la quiere. Sucede aquí que el valor que uno concede a un sentimiento es puramente de cara a la galería, mientras que quizá la otra persona prefiera demostrar con hechos.
Las dudas del amor aparecen cuando uno ama mucho o cuando cree que lo hace y, en realidad, ama lo justo para darse cuenta de que quizá no sea tanto.
Yo prefiero que me demuestren amor a que me digan en la radio que me quieren. El amor es una partida del día a día, donde la fuerza de un sentimiento se contrapone a las fuerzas que luchan por tumbarlo..y son muchas.
Cabría preguntar muchas veces a nuestras parejas cuando creen que les quieren más. Quizá la sorpresa sería mayúscula al encontrar a muchas parejas que se aman públicamente para no mirarse privadamente.
El amor es algo que sencillamente se siente..o no.

EL SENTIDO DE LAS PALABRAS

Muy a menudo un articulista, un escritor, alguien que escribe una opinión, suele ser criticado o adorado por lo que el lector cree que ha querido decir el escribiente.
Esto sucede porque cuando nos acercamos a un texto cada uno de nosotros tenemos en nuestra mente un significado para cada una de las palabras y frases escritas.
La lectura del Antiguo Testamento ha dado para varias religiones, y los textos son los mismos pero no así su interpretación.
Pues la misma palabra lo dice: “interpretación”; y cuando uno interpreta suele atribuir a cada palabra el significado individual que cada quién lleva en su interior.
En otras ocasiones son las palabras las que se han visto devaluadas en su significado. Palabras como: amor, amigo, cariño, sexo... son palabras que tienen un simbolismo especial y que el paso del tiempo y las nuevas tecnologías han podado como cuando un urbanita poda un árbol frutal: tarde, mal y a destiempo.
Amor es una de esas palabras grandilocuentes, que siempre han querido decir mucho más de lo que a veces realmente dicen. Quizá sea el vocablo que realmente mueva al mundo, aunque muchas veces su uso sea un verdadero desatino: “la maté por amor”...sic.
Amigo, toda la vida ha significado algo muy estrecho entre dos personas, un lazo invisible mucho más allá del amor, implicaba lealtad, afinidad, simpatía, valor... hoy día uno es amigo de cualquiera de forma cibernética sin que sepa absolutamente de su verdadera vida...
Cariño, sexo y otras son palabras que han transformado lo que de antiguo querían decir para invocar cosas diferentes, situaciones confusas en las que aquello que era ya no es.
El sentido de las palabras casi nunca es inequívoco, pues cada personas tiene para sí lo que realmente quiere decir. Una coma, un punto, una letra...puede hacer que la historia futura se escriba de una u otra manera.
Quien se acerca a un libro interpreta libremente, el autor sólo es culpable de haber escrito, no de lo que el lector cree entender. Esa es una labor de asunción individual de cada uno...

TODO ESTÁ EN SUS MANOS...¿O NO?

El 20 N ya forma parte de la historia, de esta reciente, pues de la pasada ya formaba parte. Las elecciones Legislativas pusieron a Mariano Rajoy al frente del futuro Gobierno de España y con ello el futuro de la nación en sus manos...¿o no?
Ahora, él ya era consciente, el nuevo Presidente tendrá que lidiar con ese Ente oscuro y paradójico llamado “Mercados”; verdadero dueño y señor de todos nosotros.
Nos diferencia de Italia y Grecia el que hemos tenido la suerte de poder decidir quien nos gobernaría, quien sería la nueva marioneta de quien realmente manda.
A la derecha patria le toca la labor de demostrar que son mejores que los que estaban, de su parte cuentan desde bien pronto con el poder en las autonomías, verdadero centro de poder en España, y en cuarto poder, los medios de comunicación.
La opinión pública en España es fácilmente maleable, por cada persona que piensa por sí misma hay doscientos que vibran con cada palabra exaltada de ésta o aquella cadena de radio, televisión, periódico...
Más del 80% de los medios son claramente de centro derecha, o de derecha extrema, así que era más que factible que Mariano gobernase.
Pero gobernar ¿dónde? ¿aquí?...tengo mis dudas. Dudas que se sostienen en la futilidad de un poder aparente que siempre estará cercenado por las directrices que otros ponen en la Unión Europea.
Alguno creerá que cómo allí también gobierna la derecha le será mucho más fácil a nuestro Gobierno hacerse notar. Craso error, dado que allí sólo mandan los teutones y franceses qué, como es normal, están muy por encima de idearios políticos y defienden exclusivamente lo suyo, su país.
Nuestros políticos siempre han ido a otra cosa, a lo suyo. Y así nos luce el pelo.
Rajoy hará lo que debe, echar la culpa de todo a los que ya no están y justificar su futura ineficacia con cualquier argumente estudiado en la Fundación Faes o en cualquier tasca de esquina.
Cuando nos gobierne y deba meter el tijeretazo que desde Bruselas le pidan, lo hará con esa media sonrisa que tiene; aseverando que no es lo que parece, aunque parezca menos de lo que va a ser...

jueves, 24 de noviembre de 2011

EL POR QUÉ DE LAS COSAS

Todos nos hemos preguntado, en algún momento de nuestras vidas, el por qué suceden unos hechos que a nosotros nos parecen incluso descabellados.
Las conclusiones seguro que son variadas y variopintas, a cada causa le corresponde su consecuencia, nada ocurre porque sí, sino por diferentes razones.
¿Por qué una parte del mundo se muere de hambre si hay recursos para todos? Pues por algo tan sencillo y tan prosaico como la economía. Esa maravillosa ciencia que nos dice, al final de un largo proceso, qué debemos y no comer.
¿Por qué se mueren jóvenes en lo mejor de su vida? Pues porque así la especie evoluciona, eliminando a aquellos que son vulnerables o débiles. La vida nunca será fácil, sino que se trata de una lucha por la supervivencia, ahora enmascarada de Estado de Bienestar.
Nada sucede porque sí, porque si así fuese viviríamos en un universo gobernado por gurús, por visionarios que hablarían en nombre del Creador; ese Creador creado para que los creyentes crean y los descreídos se enfurezcan.
Las cosas no sólo tienen motivos para suceder sino que son la causa última de nuestra existencia.
Muchos terminan sus días sin haberse hecho nunca preguntas trascendentales para su propia vida, señal inequívoca de que la sociedad camina hacia su propio fin.
En otras culturas, latitudes y , es posible, planetas, las cosas serán de otra manera, formarán parate de otro sentido literal de la vida.
El por qué de las cosas, debería de ser una asignatura obligatoria en todo el curriculum educativo, para no terminar teniendo doctores en ciencia nuclear incapaces de explicar por qué sucede una fisión, una fusión o una desaparición.

El por qué de las cosas...

miércoles, 16 de noviembre de 2011

EL CAMINO DE LOS SENTIMIENTOS

Todos caminamos por el tortuoso camino de la vida en busca de encontrar diversos asideros de felicidad en los que poder sostener nuestro ser, abatido por los muchos palos que sufrimos mientras vivimos.
La búsqueda de los sentimientos ha sido clave en el devenir del ser humano; capaz, cómo es, de luchar por ellos a vida o muerte. Unos buscan sentirse dichosos por la cantidad de propiedades que tienes, henchidos de sí mismos, vacíos normalmente de contenido.
Hay quien busca sentimientos de culpabilidad como única salida a la angosta mente que se ha ido labrando con el paso de los años. Muchos de esos sentimientos de culpa son atávicos, forman parte de esa parte de nosotros mismos que viene en nuestro código genético. No sabemos cómo, pero está ahí. También hay quien goza como un cochino en medio de las miserias propias.
Las miserias ajenas son el caldo de cultivo en el que maman muchas personas capaces de hacer del sufrimiento de los demás un lugar del goce propio, en la búsqueda de ese sentimiento de superioridad tan característico de muchos mediocres.
Sin embargo, cada uno de nosotros debería dedicar buena parte de su vida a la búsqueda incesante de aquellos sentimientos que llevan aparejados pocas penas y sí muchos disfrutes. La búsqueda del amor habría de ser el cenit de la humanidad, sino estuviese perdiendo el tiempo en tanta inutilidad. El amor proporciona un estado de bienestar tal que difícilmente podrá ser alcanzado por cualquier sustancia, sean drogas, sean alcoholes… el amor hace que la química orgánica de nuestro cuerpo se modifique cada instante, vibre, salte, viva, sienta…
Sí, ya sé que también puede causar dolor el desamor, el abandono y la pérdida. Sentimientos estos que engloban esa parte de nosotros que fluctúa por nuestra vida de cuando en cuando. Mas todos ellos, y esta es sólo mi opinión, viven en su reducto cuando el amor invade nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestras vísceras.
El camino de los sentimientos implica un aprendizaje, discernir cual nos conviene y cual no; cual es evitable y cual arrasará. Casi ninguno es controlable, aunque tampoco van a su libre albedrío. Los sentimientos son una cosa muy seria, que diría un profesor. Son lo que somos, lo que queremos ser, lo que podemos ser, e incluso, lo que seremos.

HABLANDO

Recuerdo, cuando era un crío, que había un programa que se titulaba algo así como: “Hablando se entiende la gente”. Era un programa donde se resaltaba la capacidad del ser humano para poder comunicarse de una manera clara y concisa.
Hoy día, al albur de los nuevos instrumentos de comunicación, con los ordenadores, los portátiles, las tablets, etc. Hemos aprendido nuevas formas de transmitir lo que queremos decir a personas que están en otros lugares, de maneras hasta no hace mucho impensables: nuevos códigos de escritura, signos nuevos, palabras inventadas…
Muchos creen que esto forma parte de un proceso evolutivo, de un desarrollo de una manera moderna de comunicación. Yo no comparto esta opinión, creo que caminamos lentamente hacia el gruñido del siglo XXII, cuando volvamos a ser lo que fuimos, siendo lo que no hemos sido.
El lenguaje español es tan rico, tan variado, tan lleno de matices que es una pena dejarse llevar por la moda de la amputación semántica. Para decir lo que queremos decir, acudimos a una argot que deja lo dicho carente de la profundidad que queremos dar a nuestras palabras.
Casi nunca escribo con abreviaturas, incluso en los mensajes de texto a pesar de su coste, porque en mi idea está el que la persona receptora de ellos pueda entender a las claras qué he dicho y cómo. No quiero que interprete.
En el lenguaje hablado las carencias son tremendas, uno escucha conversaciones en los que no es que se hable mal, es que se utilizan palabras que no existen, que no son reales. Me imagino una conversación romántica entre dos jóvenes quinceañeros modernos y lo triste que puede resultar. Quizá si reparasen en la cantidad de sentimiento que podemos explicar utilizando una breve parte del léxico que tenemos a nuestro alcance, comprenderían que decir algo no es soltar palabras sin más; sino ordenarlas de forma que su significado sostenga en sí mimas la importancia que queremos darle.
Hablando se entiende la gente, aunque algunos todavía no lo sepan.

QUIERO SENTIR TU CALOR

Nada mejor que encontrarme con tu cuerpo, nada mejor que sentirte cuando estás cerca, nada más hermoso que contemplar el hermoso cuadro que forman tu cuerpo y mis manos.
Quiero sentir tu calor, notar que cada poro de mi piel se dilata por tu sola presencia; que las perlas de sudor que descienden por mi espalda son fruto exclusivamente del roce de tu piel con la mía.
El deseo de tenerte, de poseerte, de hacerte mía… es algo que has logrado tú, con tu presencia, con tu manera de ser, con tu manera de dar, con tu forma de vivir.
Quiero sentir tu calor cuando los momentos malos, que los habrá, aprieten nuestras vidas hasta hacerlas palidecer. Quiero sentirte cerca para poder decirte que estoy aquí, que merece la pena, que irá bien.
La travesía del desamor hace que el alma se enfríe, que los sentimientos se adormezcan, que lo tibio de lo poco se convierta en la única antorcha de la oscuridad. Quiero sentir tu calor para inundarlo todo de amor.
A veces sentir el calor, tú calor, es lo único que merece la pena…

DESAFECCIÓN POLÍTICA

Apenas quedan dos días de campaña electoral, una campaña marcada por la desafección de los jóvenes con una clase política, la española, víctima de sí misma. Los jóvenes que van a votar por primera vez no tienen intención alguna de hacerlo, incluso desconocen buena parte de las candidaturas.
¿A qué se debe esto? Posiblemente a una característica que hace de nuestros políticos personas casi desconocidas (excepto las caras visibles), es que no elegimos a quien nos va a gobernar, no voz en la elección de los candidatos. Son impuestos en unas listas cerradas, donde cualquier maledicente puede obtener un escaño, aun cuando el pueblo no lo desee.
Otra de las causas de desafección de unos y de desconocimiento de otros es la poca claridad con la que se explican las cosas; se presentan Leyes, Decretos, y otras formas de legislar, sin la menor explicación, sólo grandes titulares.
No se cree en los líderes, ya no por su capacidad, sino porque se les desconoce realmente. Son caras sin nada detrás, son pancartas carentes de contenido. Personajes públicos que se dan a conocer en los días previos a las elecciones y se pretenden a sí mismos garantes de nuestros derecho…
Una clase política moderna debería comenzar por aplicarse una ley de responsabilidades, que les hiciese patrimonial y jurídicamente responsables de sus actos; debería mostrar a quienes los eligen quienes son antes de llegar y quienes serán cuando se vayan. Y no, no debemos preocuparnos por los que ahora elegimos, Diputados a Cortes, esos son los menos peligrosos, el peligro está mucho más cerca, en las Administraciones Locales. Lugares de culto al líder y pozo sin fondo de corruptelas y corrupciones que hacen que el futuro de nuestros jóvenes sea más negro que el betún.
Quizá un día la sociedad de un paso al frente y elimine la inmensa podredumbre que corroe nuestra nación en Ayuntamientos y Diputaciones; ese día, los válidos (que son muchos también) harán llegar la política hasta nuestras casas, de manera clara, ponderada y eficaz. Mientras tanto tendremos que ir a votar pensando que un mundo mejor puede ser, y esperar que nuestro voto sirva realmente para algo.

sábado, 12 de noviembre de 2011

COSAS DE LA VIDA

Es frecuente pensar que nuestra situación es la más delicada, que el momento que estamos viviendo es el no va más; sin embargo es fácil encontrar a la vuelta de cualquier esquina a alguien que nos supere.
Sucede que el hombre tiende a ser un tanto narcisista y egocéntrico, se cree el centro del mundo y, cierto modo, así es. Porque, veamos, el mundo que somos capaces de observar, de percibir, aquel que nos atañe en lo común, es un mundo pequeño. Se trata de nuestro universo particular. Y en ese universo es factible que seamos la estrella que más debe brillar, por algo lo hemos construido.
Excepto unos pocos capaces de asomar la cabeza siempre y en cualquier circunstancia, la mayoría de los mortales se sentiría ínfima en un universo global; porque en dicho lugar lo que nos toca en lo particular se ve superado una y otra vez, tanto en sentido positivo como negativo, en nada que nos fijemos en el de al lado. Así tendemos a ir cerrando nuestra vida en torno a nosotros. Y cuando más pequeño es el círculo donde nos introducimos, mucho menores serán las salidas. Al final, algunos terminan, víctimas de sí mismos, abrazados a diversos fármacos que les ayudan a ver lo negro gris.
Siempre he sido un defensor de la globalidad, pero no entendida en el aspecto, tan de moda, económico. Sino en algo mucho más profundo. En un una sociedad global, que te obligue a ver mucho más lejos de lo que estás acostumbrado, siempre crecerás más que cuando regresas una y otra vez a un mundo interior que ya has traspasado muchas veces. Abrir nuestro cerebro a todas las influencias externas nos ayuda a instrumentalizar mejor nuestros recursos internos. Si uno observa la sexualidad o espiritualidad de muchas personas sin temor alguno a ser reprendido por ello, aprenderá mucho más de la suya propia que atendiendo únicamente a estímulos internos que muchas veces se ven socavados por las cargas morales que nos acompañan.
La sintonía con la vida no debe limitarse única y exclusivamente al estar, sino al vivir, al disfrutar, también al implicarse, al estar atento, al poder evolucionar sea cual sea el punto de partida. El conformismo tan sólo ayuda a evitar el riesgo de ser uno más, pero también será el culpable de cortar nuestras alas y las de aquellos que por creer en nosotros verán siempre el cielo del mismo color.
En el otoño e invierno de mi vida pretendo seguir siendo como en plena primavera, cuando los granos lo inundaban todo y emergían por doquier innumerables tallos de las más diversas clases. El estío me está ayudando a situar las cosas en su justa medida, cometiendo errores claro, sino no sería humano.
He creído siempre que el futuro siempre será mejor que es pasado. Para mí la razón es sencilla: el futuro todavía está por escribir, mientras que el pasado ya no volverá.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

PENSAMIENTOS DISPERSOS

Nuestra vida está para ser vivida; para ser sentida; para que nuestra voluntad disponga de ella como nos venga en gana. Tan sólo hemos de soportar las consecuencias de nuestras decisiones. Y de lo que digan los demás sobre ella...bueno, nunca está de más escuchar, aunque sean necedades las que nos digan. Vive, y hazlo tan intensamente como puedas ser capaz de soportar, no vaya a ser que en el invierno de tu vida te arrepientas de lo que no has podido hacer...

La capacidad de pensar en libertad nos hace peligrosos a ojos de quienes temen la opinión del contrario. Sucede, muy a menudo, que en lugares de pensamiento único la obediencia sea el camino. No me caracterizo por ser un borrego siguiendo al rebaño, por ello pienso, razono lo que pienso...y lo digo...
La sociedad avanza a pasos agigantados, las nuevas tecnologías invaden un universo cada vez más impersonal. En la cuneta vamos dejando la educación, los valores, los sentimientos, las relaciones personales. Una reflexión profunda nos ayudaría a ver que, al paso que vamos, en unos cincuenta años saludarse en la calle será ya un acto de fe y no algo cotidiano...

¿Por qué razón el mundo va tan deprisa? ¿Por qué tenemos tanta prisa en vivir? A esta velocidad no somos capaces de percibir al menos la mitad de las cosas que suceden a nuestro alrededor. Transitamos por la vida como un tren por la vía férrea, impertérrito ante lo que queda a su paso... ¿no sería mejor hacer menos en más tiempo y disfrutarlo?....
Siempre he creído en el ser humano, en su capacidad para superar las adversidades, incluso aquellas que supone su propia existencia. Somos capaces de abstraer un pensamiento, moldearlo, matizarlo, darle forma....acaso no es eso maravilloso...

Me gusta mirar a los ojos de las personas; es posible que una mirada pueda esconder muchas cosas más estoy seguro de que desvela tantas, que me arriesgo a mirar y ver...

Aprender de los errores es lo que pretendemos todos en la vida. Se supone que la mejora del ser humano se produce cuando intentamos mejorar en aquello que fallamos. Lo curioso es que una inmensa mayoría tendemos a repetir una y otra vez los errores que siempre lamentamos. Lo que me incita a preguntarme ¿la evolución es producto del esfuerzo o pura suerte?





Todos los caminos son arriesgados, pero los más peligrosos suelen ser aquellos que no se toman por el temor a lo desconocido. La huida hacia delante suele ser una salida satisfactoria cuando lo que pretendemos dejar atrás nos sujeta demasiado fuerte. Nunca se sabe cuál es el verdadero buen camino, siempre he creído que uno debe de girar en el sentido en que su corazón y su mente dicen, al fin y al cabo todo camino comienza con el primer paso y los siguientes...bueno los siguientes ya veremos cómo y cuándo son...

La educación es el legado más importante que podremos dejar a los que han de seguirnos. Preocuparnos en hacerlo de manera correcta debería de ser labor de una vida y no preocupación de un instante transitorio (como ahora se hace). Nuestros hijos no son sólo lo que comen, sino que serán el resultado de lo que sean capaces de absorber. Lamentablemente no siempre las aguas que les rodean van a permitirles empaparse bien, muchas están llenas de tóxicos que habrán de condicionar su futuro...y el de todos nosotros....

No siempre el camino es fácil; no siempre la carretera es lisa; no siempre hace el mismo tiempo; no siempre nos sentimos igual; sin embargo siempre tenemos la capacidad de pensar y decidir...

martes, 8 de noviembre de 2011

LA VIDA QUE NOS TOCA

Desde que era pequeño he oído decir aquello de: “es la vida que nos toca”; frase que repetían los mayores de mi alrededor cuando ocurría algo entre los que vivíamos en el entorno.
Las personas siempre han sido conformistas en este sentido, asumen lo que les sucede como algo que tendría que ocurrir, que “estaba de ser”. Yo siempre me he planteado preguntas al respecto.
¿Hasta qué punto influyen nuestras decisiones presentes en nuestro inmediato futuro? ¿Hasta dónde llegan realmente nuestras capacidades individuales y cómo nos pueden afectar las decisiones de otros? ¿Somos, realmente, dueños de nuestras vidas?
Hubo una época de mi vida en la que creía que sí, que la capacidad de decisión y determinación de una persona era paralela a sus vivencias personales. Con el tiempo he ido aprendiendo que somos sólo relativamente dueños de nuestra existencia.
¿Por qué afirmo esto? Es una respuesta sencilla de razonar. Como individuo me considero capacitado para decidir qué quiero hacer en mi vida futura con arreglo a mis capacidades. Sin embargo las decisiones de terceros pueden ser capaces de alterar toda mi construcción personal, hasta el punto de desmoronarla como un castillo de naipes. Incluso ello podría hacerlo alguien sin tener en cuenta mi situación, mi vida, mis decisiones.
En un hipotético futuro un gobernante decide suprimir el carácter “vitalicio” del puesto de funcionario y nos vamos a la calle, nos quedamos sin trabajo. Esa decisión de una persona destruiría de un plumazo el modo de vida de cientos de miles de personas. Y quien tomase esa decisión, aun consciente del daño que podría causar, sería incapaz de conocer cada situación individualmente y, por tanto, se sentiría liberado de la carga de lo conocido.
La vida que nos toca vivir no es, por tanto, aquella que, en virtud del libre albedrío, nos tocará. Sino fruto de una concatenación de decisiones propias y ajenas capaces de modificar, o no, nuestra existencia.
Creo, ahora lo tengo más claro que hace años, que la vida que viviré en el futuro será el resultado, a partes casi iguales, del resultado de mis decisiones y de la consecuencia de las decisiones de otros. Encontrar el equilibrio entre unas y otras es una labor a la que pienso entregarme.
Actualmente no me gusta mi vida, quiero cambiarla, sé que necesito esforzarme mucho más para lograr cambios significativos; mas estoy en ello. Podría decir que en este preciso instante atisbo el futuro con una sonrisa. Sé que será un camino salteado de oscuros agujeros donde poder caer en cualquier instante. Mi labor será ir por el camino seguro y transitar por ambiguo tendiendo puentes y asideros por los que pasar agarrado.
La vida que nos toca vivir

¿QUÉ ES LA VIDA, PAPA?

Hace unos días mi hija me hacía esta pregunta sentada en la parte de atrás del coche. No es mala pregunta, pensé, tal vez lo complicado sea dar una respuesta completa; una respuesta que pueda hacerla comprender qué significa la vida.
El error en el que caemos todos, pues forma parte de la naturaleza humana, es tratar de dar una respuesta concreta a algo tan abierto como es la vida, sobre todo cuando se trata de la vida de nuestros hijos.
La vida es, contesté, todo aquello que sucede a tu alrededor. Se me quedó mirando y me dijo: “eso ya lo sé, pero…y qué más”. Sonreí, es bueno que los hijos pregunten, la duda solo resulta saludable cuando luchar por satisfacerla.
Durante un trecho del trayecto permanecí en silencio, no se trata de dar cualquier respuesta a un niño que podría no entenderlo o, lo que es mucho peor, llevarle a equívocos. O a otros equívocos más allá de los precisos para su edad.
Así que tras pensar un rato le dije: “la vida es y será todo aquello que alcances a ver, oír, sentir… a lo largo de toda tu vida, e incluso mucho más que eso”. Se quedó en silencio. Todavía no sé si contenta con la respuesta o simplemente satisfice su curiosidad momentánea.
El caso es que el resto del trayecto mi abstracción fue en aumento a medida que yo mismo razonaba sobre qué era en realidad la vida. Uno debería reflexionar de cuando en cuando sobre ello.
Siempre he creído que uno vive la vida que le ha tocado vivir más el resultado de las decisiones que va tomando a lo largo de su existencia. Para dos personas situadas en un mismo minuto y lugar la vida es diferente en función de tantas variables que enumerarlas resultaría un trabajo agotador. La vida no es más que lo que nosotros, a título individual, somos capaces de captar con nuestros recursos. Y mi vida y la de otro se puede parecer como un chorizo a una castaña o por el contrario ser como un espejo.
Uno podría no hacerse pregunta alguna al respecto y simplemente vivir pero… prefiero preguntarme por qué suceden cosas. Y si suceden…por qué lo hacen. O ¿suceden en realidad? En fin, la vida es un complejo universo en el que estamos nosotros.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

CASI CINCO MILLONES DE PARADOS…¿O NO?

La última EPA habla de que en nuestro país hay casi cinco millones de parados, o que es posible que supere esa cifra. La realidad, mucho más prosaica, siempre se aleja de los fríos datos y la interpretación interesada de estos.
Un análisis sólo un poco más detallado de este dato, los cinco millones, nos indicaría que en nuestro Estado, en la mejor época de contratación de trabajadores, cuando fue necesario traer a más de cuatro millones de trabajadores, había 1.5 millones de españoles en el INEN. Otro dato que se cuantifica en la EPA, pero que no podría ser cualificado como tal, son aquellos que por los diferentes expedientes de regulación de empleo o prejubilados figuran pero no están. Finalmente habría que tener en cuenta un dato fundamental; la economía sumergida supone un 27% del PIB de España, lo que implicaría que un cuarto de los parados (al menos) trabajaría, por cuenta ajena o propia, sin declarar.
Como resultado de este simple análisis nos encontraríamos con que hay muchos menos parados de los que figuran. Lo que explicaría claramente las razones de la ausencia de conflictividad social.
Hay un número de parados alto, es obvio; pero también lo es que no son datos enteramente reales.