LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

domingo, 29 de enero de 2012

TU CALOR

Sucede que cuando no estoy contigo echo en falta tu calor, esa sensación agradable de saberme arropado por ti, por tus pensamientos, por tus palabras, por tus gestos...
El calor humano es tan necesario que cuando no lo tenemos no sólo pasamos frío en todos los sentidos, sino que nuestro desempeño diario como personas se resiente.
Cuando noto tu presencia me siento capaz de todo, incluso de afrontar mis miedos más atávicos, aquellos que normalmente me acongojaron y ahora puedo tratar gracias a ti.
Pero no ha sido fácil llegar a este punto, por el camino el frío y el calor han entreverado mis carnes, mi alma, mi corazón. Un día estaba arriba y el otro abajo; una suerte de aprendizaje que me ha llevado a este estado de tranquilidad en el que me encuentro.
Tu calor...

UN PAIS IGNORANTE DE SI MISMO

Las naciones más importantes del mundo son conocedoras de su particular historia. Es difícil imaginar a ciudadanos americanos que desconozcan qué sucedió en Gettysburg, durante su Guerra de Secesión (Guerra Civil Americana). Cualquier ciudadano británico sabe que a principios del siglo XX se produjo el recrudecimiento del Conflicto de Irlanda del Norte, de dónde surgirían años de cruentas matanzas en la época del IRA. En Francia, país espejo en muchos casos, no tienen reparos en admitir que una parte de su nación colaboró con los Nazis mientras la otra luchaba de forma denodada contra el Fascismo. De Alemania poco o nada hay que añadir, vilipendiados tras las dos Grandes Guerras, humillados tras la derrota, acongojados por lo que sucedió en sus campos de concentración.... Todos estas grandes naciones hicieron más pronto que tarde un ejercicio de mirada interna, de conocimiento de sus propias miserias, conocedores de que cuando un pueblo desconoce su propia historia corre el riesgo de cometer los mismos errores.
¿Y España? ¿Qué sucede en un país donde nunca se ha hecho un verdadero ejercicio retrospectivo sobre tanta sombra como tenemos? Aquí se decidió, decidieron unos cuantos, que había que mirar para otro lado y silenciar (todavía más) lo ya silenciado por el Régimen de Franco, cuando no manipulado.
¿Por qué se produjo esa mirada para el otro lado? Quizá porque unos se sentaron a negociar, tras la muerte del dictador y la subida al poder de Juan Carlos I, con una mano provista de un guante de seda y en la otra sujetaban todavía el fusil amenazador; en el otro lado, el de los demócratas, se sentaron con la intención de firmar a cualquier precio, seguramente con la intención de revisar con el paso del tiempo lo mucho ocurrido entre el Golpe de Estado de Franco y su muerte.
Pero el tiempo ha pasado, más de treinta años en los que no se ha hecho nada por acercar a la ciudadanía un verdadero conocimiento de lo que sucedió en nuestro país. Una nación demócrata no puede permitirse el lujo de obviar los muchos desmanes que ocurrieron durante la Guerra Civil, y mucho más las barbaridades que siguieron a la sumisión y derrota de los Republicanos.
Una sociedad que se dice fuerte, debe ser permeable a las necesidades que muchos ciudadanos tienen de acercarse a una realidad tangible que está ahí, y que muchos quieren que permanezca en el baúl de los olvidos.
A estas alturas de la película no pasa nada por reconocer que unos y otros cometieron muchos desmanes. Una mitad de la población tubo más de cuarenta años para redimirse, incluso para reescribir falazmente parte de la historia. La otra mitad se quedó sin poder explicarse, sin aclarar el cómo, ni el dónde, ni el cuándo.
La connivencia de la Iglesia (institución muy importante aún hoy en nuestra España del siglo XXI) con un régimen que quiso borrar del mapa y de la historia cualquier rastro de republicanismo, hace que sea aún más difícil dar pasos en el aperturismo, toda vez que supondría para esta Sacra institución un reconocimiento de sus muchas faltas. Algo a lo que difícilmente estarán dispuestos, al menos en buena liz.
A los partidos políticos que nos representan, o eso creemos, habría que solicitarles sí o sí, su predisposición a que los ciudadanos de este país puedan acercarse a su historia sin menoscabo de nadie; lo triste es que la oposición a este tipo de políticas se produce por miedo a que se produzcan intentos de represalias, cuando lo que la gente que sufrió, lo único que quiere es saber. Quizás los herederos de los represores teman que otros se comporten como ellos. Y no, no será así, siempre ha habido diferencias.

sábado, 21 de enero de 2012

UN DISIDENTE DE OCCIDENTE

La sociedad en la que me ha tocado vivir adolece, en realidad, de los valores que predica. Uno que creció con la utopía de la mítica de la Revolución Francesa y su: libertad, igualdad y fraternidad; se ve ahora en medio de una vorágine de situaciones que someten la voluntad popular con mentiras y falsas realidades enmascaradas con raciones de surrealismo o, lo que es peor, de una pátina demasiado fina, de moralina.
Me siento un disidente en occidente, una persona que vive en una sociedad que prima el destacar a consta de lo que sea y de quien sea; que valora el qué tienes en lugar del que eres.
La disidencia es uno de los pocos asideros a los que agarrarte cuando, detenido en una acera del día a día, ves que buena parte de lo que sucede a tu alrededor no es más que una pantomima de la vida en sí misma.
Las personas no viven su vida de acuerdo con lo que piensan, sino que viven haciendo suyos los pensamientos impuestos por la sociedad misma. Las corrientes de opinión son capaces de trasladar nuestros pensamientos de: “las armas de destrucción masiva” a un affaire de un príncipe cualquiera en cuestión de pocos días.
Hay valores, hoy aparcados, que deberían ser piedra angular de cualquier sociedad que se precie. La honestidad, algo que obviamente está en decadencia, sería uno de esos valores ineludibles a los que deberíamos acudir en caso de duda.
Se premia al delincuente con un nuevo cargo público, se persigue al trabajador honrado, no ya con la fuerza de la Ley, que sería ya una falacia todavía mayor de la democracia, sino que se le persigue como “buen pagador” de los desmanes de quienes dirigen la sociedad.
Quiero disentir de todo cuanto rodea esta manida crisis económica que ha sido causada por unos pocos para que otros muchos la paguemos; quiero disentir de una moralina religiosa que trata de agarrarse al desapego de una sociedad que abandona los valores religiosos para... para nada joder, para agarrarse a qué?. Nunca he sido defensor de la religión como moderador de los usos y costumbres; ahí está toda la literatura de grandes pensadores y filósofos de todas las épocas; la filosofía debería ser ese lugar al que acudir en caso de duda existencial. Pocos lugares son tan agradecidos para un espíritu confuso como las explicaciones más o menos prosaicas de tantos filósofos como ha habido.
La disidencia tendría que estar más en boga en occidente, lugar este de clases acomodadas, que, lamentablemente, van dejando de lado la lucha por la libertad del individuo; una sociedad que se ha instalado en el dejar hacer, en la comodidad de quién consigue suficiente como para vivir de rentas.
Este es un modo de pensar que termina abocando, con el paso de los años, a otra forma de anarquía, aquella en la que los que manejan los hilos terminen por no respetarse entre ellos y utilizarnos como muñecos de pim pam pum.
Si, quiero ser disidente...

lunes, 16 de enero de 2012

MANDAMIENTOS

Lo de los Mandamientos siempre ha sido algo que me ha intrigado. Creer en la existencia de Dios es algo casi intrínseco a toda naturaleza humana, da igual el tipo que sea de Dios.
Dice el primero que tenemos el deber de amar a Dios: cuando debería decir que tenemos el derecho de hacerlo. Cuando te imponen algo por la fuerza tiendes a rechazarlo, pues toda imposición lleva implícito un deseo de sumisión.
El segundo nos indica que no debemos de tomar el nombre de Dios en vano, algo así como no utilizarlo de manera “holgada”, vamos que sólo debemos utilizar su nombre ¿para?; no lo tengo claro. Creo que el ser humano lo utiliza cuando le conviene, quiere y desea...
Lo de Santificar el día del Señor, osea, descansar los domingos...no lo veo mal. Los judíos prefieren el sábado, otros ningún día, y hay hasta quien los santifica a diario...incluso en la poltrona de San Pablo. Las fiestas están bien...en su justa medida.
Honrar al padre y a la madre, que lo dice el cuarto tiene su peligro. Normalmente uno se siente bien con sus progenitores, incluso se puede sentir orgulloso de ellos, mas hay casos en los que bien estaría no honrarlos, sino esconderlos....
No matarás dice el quinto; habría que añadir aquello de: ...mientras no sea necesario. No vaya a ser que uno sea enviado a una batalla y decida armarse con un relicario....Además no matarás ¿qué?, porque para comer matamos...
El sexto mandamiento la Iglesia debería hacérselo mirar de verdad, no creo que sea su mejor artículo, o desde luego...para qué proponer lo que se incumple de manera objetiva e incluso obsesiva...
El séptimo mandamiento no se estila en estos tiempos, bueno quizá en ninguno. En esta piel de toro a la iglesia le sobra, al menos, ese mandamiento. Aquí roba hasta el confesor...y tonto el último...
Con una aplicación seria del octavo Sálvame tendría menos futuro que una chocolatina a las puertas de un colegio. El falso testimonio y la mentira están presentes desde la aparición misma del ser humano...
Intentar reprimir un pensamiento impuro en los primeros soles de la primavera, cuando las mozas enseñan las piernas... no digo yo que sea algo que no pueda conseguirse, pero sólo desde la más profunda abnegación, y con no poca toma diaria de algún tipo de fármaco...
El último mandamiento es divertido, tiene coña hasta en la redacción. No codiciarás los bienes ajenos. A la mierda el progreso. Acaso no consiste el avance de la sociedad en intentar alcanzar lo que tienen los otros; sí, ya sé que con esfuerzo propio, pero...

A veces uno alcanza a ver los Mandamientos como un intento de someter la voluntad de quienes se adhieren a la fe católica. Un intento falaz y baldío, toda vez que la Iglesia ha dado muestras suficientes de su incumplimiento desde tiempos inmemoriales....
Los mandamientos...

LAS CAPITALES DE LOS PECADOS

Me considero un pecador irredento, una de esas personas que caerán en el limbo camino del purgatorio, el infierno y el escarnio. No podría ser de otra manera. Otra forma de comportamiento sería sin duda aburrido....claro está todo esto bajo la óptica de esa Moral maleable y sucinta que es la moral religiosa.
Así las cosas me planteo que lugares serían, a mi parecer, las capitales donde sucumbir a esos manidos pecados que tantos quebraderos han dado a muchos durante tantos años.
Para la Lujuria seguramente habría muchas capitales, mas cómo soy yo quien decide, me animaría a decir Bangkok, Río de Janeiro, Santa Mónica...lugares donde cada sexo encontraría su Edén particular...
Con la Gula uno encuentra no pocas dificultades, la buena mesa se da en innumerables orbes del mundo; particularmente me inclinaría por Ávila para la carne, Vigo para el marisco, Marín por su pescado y Vitoria por sus bombones. Hay más, pero ha sido en estas ciudades donde he disfrutado más de este pecado...
Para la Avaricia no se me ocurren otros lugares mejores que Nueva York, sede de Wall Street; Washington, sede del FMI o Bruselas, sede de la CEE..más avaricia por metro cuadrado se me antoja imposible.
Para la Pereza, deporte patrio donde los haya; diría, sin la menor duda: Madrid, sede de nuestro Senado, donde atribulados políticos se esfuerzan en disimular su pereza por el trabajo para el que les pagan. Otros parecidos seguro que los encontramos en cada uno de los ayuntamientos, donde la Pereza, campa a sus anchas.
La Ira es uno de esos pecados que va por barrios, que obedece a reacciones más o menos espontáneas y que son, casi siempre, fruto de la incapacidad para el diálogo. Ninguna ciudad de me ocurre mejor que Jerusalén, cuna de tantos tipos de fe, como de momentos de Ira sin control.
La envidia es uno de esos pecados que convendría analizar con detenimiento. Pues tiene elementos peyorativos y elementos que no lo son tanto. Cuando uno entiende la envidia como el deseo de estar en el lugar el otro se me ocurriría decir Delhi, capital de un país que envidiando lo bueno de los demás trata de esforzarse en hacérselo llegar a sus habitantes, siendo el primer país en fusilar las patentes de los medicamentos retro virales...por poner un ejemplo.
La soberbia es uno de los pecados más extendidos por el mundo, un universo este donde muchos miran de forma altiva, soliviantándose unos a otros por ver quien la tiene más larga. Sin duda una ciudad altiva sería París, otra Buenos Aires...

LA PRIMERA VEZ

Siempre hay una primera vez para todo en la vida, un momento primigenio en el que somos conscientes de inaugurar una etapa nueva en nuestra vida, un paso a lo desconocido.
La primera vez que tuve conciencia de mi mismo como individuo debió de ser cuando estaba a punto de cumplir cuatro o cinco años. Mis recuerdos, que seguro serán más vívidos cuanto mayor me haga, se inician en esa época, en la que la escuela unitaria de párvulos en la que estaba era un continuo jolgorio entre los que estaban entrando y los que querían salir. De tres a seis años todos al montón...eran otros tiempos.
La primera vez que me sentí mayor fue cuando inicié la antigua EGB. Lo hacía en un colegio de los que se construyeron en los ochenta en nuestro país, una mole de ladrillo amarillento, con una gran finca cerrada alrededor, comedor y esas cosas. Iniciábamos nuestro periplo una hora antes del comienzo de las clases en el autobús y lo terminábamos una hora después. Recuerdo toda esa época de mi vida muy gratamente, con buenas experiencias personales que ayudaban a tapar nublados en otros lugares.
La primera vez que robé fruta fue por pura hambre; recuerdo venir del río, de bañarnos con los amigos mucho antes de la primavera (a finales del invierno, en cuanto salía el sol, solíamos ir). Pues una de aquellas tardes de fin de semana entramos a comer...no recuerdo siquiera la fruta, lo que si recuerdo fue la emoción, el nerviosismo, la risa incontrolable y, como no, la carrera que nos pegamos delante de aquella madre...
La primera vez que descubrí la soledad fue cuando mi padre enfermó y yo viví un exilio involuntario en casa de un familiar. La ausencia de los padres sólo la notas de verdad, cuando dejas de tenerlos cerca. El regreso a casa no fue el esperado, a veces uno madura demasiado pronto.
La primera vez que tuve conciencia de mi propia sexualidad y de que quería ser mayor, fue una tarde en la que decidí adentrarme en el cuarto de baño con una revista y “hacerme un hombre” por lo civil o por lo criminal. Salí exhausto de aquel estrecho baño que teníamos. No había cumplido los doce años...qué grande aquella tarde...
La primera vez que conocí el amor cursaba 8º de EGB. Era una época loca, donde las hormonas alteraban sí o sí mi día a día; donde un día me gustaba una y al día siguiente la de más allá y luego la otra. Hasta que llegó ella, compañera desde siempre, y descubrí lo que es perder el culo... Recuerdo ese fin de curso como uno de los días más feos. No quería vacaciones aquel año.
La primera vez que fumé un cigarro “como los hombres” aun no había cumplido los doce años, pero fue a los trece cuando comencé a fumar en casa. Eran otros tiempos, en los que ciertas actitudes se volvieron más laxas en mi casa. Bastante tenía mi madre por entonces como para pelearse con un adolescente que fumaría si o sí. Recuerdo que nos juntábamos todos para fumar en una antigua escuela a la que habían ido nuestras madres. Aquellos cigarros negros: Ducados, Jean, 46, Record...Ah...los primeros cigarros rubios … “no sabían a nada, eran suaves” jajaja. Y caros.
La primera vez que entré en el Instituto fue para mí la entrada en un universo completamente nuevo. Entre que no quería estudiar y la libertad que existía, el que “no te controlaran”...uff. Fueron años de salas de juegos, de juegos de cartas, de amoríos, de risas, de pasarlo muy bien y, de cuando en cuando, de estudiar poco y mal.
La primera vez que trabajé tendría poco más de seis años, fue como recoge pelotas en un campo de fútbol, luego vendrían varios en toda mi adolescencia. Pero la primera vez que trabajé con contrato (y hasta ahora) fue a los 17 años. Mi primera nómina fue una fiesta, un lujo, un orgullo.
La primera vez que tuve en mi casa una televisión en color y un vídeo fue con la primera nómina. Un trabajo que traería poco más adelante el primer coche a mi vida y con él...una etapa totalmente diferente....
La primera vez que practiqué sexo, hacer el amor es otra cosa, fue con quince años. Fue algo rápido, sórdido, insulso....pero fue. Supongo que a esa edad todo vale.
La primera vez que vi la otra cara de la vida: la de la necesidad, la dureza, la crudeza y demás...era demasiado niño. Pero siendo adulto recuerdo con especial impacto la muerte de un amigo víctima de sus excesos y la entrada en una casa, muchos años después, donde la pobreza más absoluta se debatía con la bondad más grande.
La primera vez que sentí la mano de mi hija sujetando uno de mis dedos fue un instante maravilloso en el que tuve la suerte de asistir al nacimiento inmediato de un nuevo sentimiento, el del amor incondicional. Nada hay comparable al amor hacia un hijo o al menos, yo no lo conozco.
Seguramente en mi vida ha habido otra muchas primeras veces, pero ya serían demasiadas para enumerarlas. Con el tiempo he aprendido que cada día de mi vida tiene también una primera vez pues siempre es un momento por vivir y, por ello, tiene la capacidad de sorprenderme.
La primera vez....

ESPAÑA, PAIS DE POLÍTICOS CORRUPTOS

Cada día que pasa tenemos nombres nuevos en el panorama político patrio que se ha dedicado al vetusto arte de robar a todos por la cara. Con una sonrisa, sin ninguna vergüenza y lo que es peor, con nuestra connivencia.
Nada es nuevo en nuestro panorama, desde la época de Matesa en los estertores de la dictadura de Franco, Filesa, Gürtel, el caso de los Trajes de Valencia, el ex-presidente balear, el yerno del Rey... para cualquiera que lo vea desde fuera este es un país de chorizos.
Como ciudadano me siento defraudado por una clase dirigente que, cuando no es directamente responsable de los robos, los permite con su dejar hacer. Seria bueno que alguno de los que nos representan en el Congreso diese un paso al frente y denunciase las corruptelas que conoce (todos conoces suficientes como para iniciar una o varias causas).
El Estado de Derecho, siempre amenazado por las injerencias del poder Ejecutivo sobre el Judicial, no se detiene porque todavía quedan personas dispuestas a hacer su trabajo. Pero es triste que no tengamos una clase dirigente capaz de dejar las manos libres a las autoridades para investigar a fondo y a todos. Quizá porque si lo hiciesen no quedarían más que unos pocos...

Nuestra sociedad debería dar un paso al frente, para evitar que se presenten los zorros a guardianes de nuestro gallinero. Permitimos que nos roben para después llevarnos las manos a la boca y poner cara de pardillos. Somos igual de cómplices que ellos.
Estoy seguro de que, entre toda la clase política hay políticos honrados capaces de ejercer el poder de una forma legal, eficaz e incluso elegante. La pena es que la gran mayoría de ellos queda soterrada ante la pertinaz persecución que hacen los mediocres de quienes detentan el poder para situarse a su vera y ejercer de palmeros hasta que alcanzan el poder.
Una vez alcanzado el lugar que desean, no tienen el menor reparo en aumentar sus posesiones y llevárselo por la cara. ¿Cómo lo hacen? A través de sociedades Instrumentales, Mercantiles, alzamiento de bienes, paraísos fiscales, etc.

La propaganda que están haciendo ahora, publicitando las posesiones de cada uno de los Diputados no deja de ser un mero maquillaje, un intento vacuo de callar las bocas de los pocos que están dispuestos a protestar. Callan así las voces disonantes de la gran mayoría, contentos de ver en un periódico el coche que tiene éste o aquel, sin reparar en que con dinero, sobre todo cuando no es de uno, se viaja muy bien en avión...

Quizá el problema está tan imbricado en la piel de nuestra nación que sea casi imposible de erradicar. Hemos padecido caciques desde hace muchos años y, lamentablemente, parece que seguirán apareciendo en las distintas administraciones durante muchos años. Por desgracia para nuestra sociedad, los avances casi nunca se producen en la senda de la honestidad.

domingo, 1 de enero de 2012

A PROPÓSITO DEL AMOR

Hablando hoy con una buena amiga sobre las vicisitudes que ella está viviendo en su amor he reparado en todo cuanto significa el amor.
Cuando llega uno tiene que envalentonarse y abalanzarse sobre él, no dejarlo escapar, disfrutarlo, porque el amor no entiende de pamplinas, el amor hay que vivirlo, sentirlo, mascarlo...
En nuestra sociedad, y antes en otras, las relaciones personales están marcadas por los complejos morales que se nos han impuesto, por la incapacidad de cada uno para asumir sus sentimientos sin mirar a los demás para obtener un consentimiento que no necesitamos.
Amar es algo mucho más profundo que enamorarse, amar llega justo después de que ese episodio de hormonas alteradas comienza a decaer. Amar implica la comprensión del otro en toda su persona y la aceptación tal y como es. No se trata del mundo mono color del enamoramiento que hace que todo sea maravilloso aun cuando nos pisen un pié con un tacón.
Al amor no se llega cuando se quiere, ni siquiera cuando se necesita; llegamos al amor cuando él quiere, cuando se presenta en nosotros y somos incapaces de apartarnos de su presencia. Y hay personas, muchas, que quieren rehuirle, que quieren dejar pasar la oportunidad de amar, o que renuncian voluntariamente al amor por... gilipolleces generalmente. Uno no debe renunciar jamás al amor, pues lo peor que puede suceder a una persona, obviamente es mi opinión, es lamentarse toda la vida de la oportunidad que tuvo y no aprovechó.
Prefiero lamerme la herida de la pérdida, que mirarme en el espejo y descubrir la cobardía ante el amor.
Así que amiga mía, ahora que lo tienes, ahora que lo disfrutas, ahora que lo sientes hasta las tripas... agárrate fuerte a él, el futuro...el futuro está por escribirse y nadie sabe cómo irá.