LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

viernes, 23 de agosto de 2013

SOMOS LEVEDAD

¿Qué somos?, quizá sólo seamos levedad, poco más que una idea en la mente del hombre. La realidad no es más real porque uno la vea, sino porque la interpreta en su cerebro. El blanco no siempre es blanco. “El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive una sola vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni enmendarlas en sus vidas posteriores”, este pasaje de “La insoportable levedad del Ser” de Milan Kundera, refleja bien a las claras una realidad que es del todo plausible. Pretender vivir del modo que nos dicen que tenemos que vivir, implica un ejercicio de supresión de nuestra propia personalidad. Uno debe vivir su vida, porque es casi seguro que no vivirá otra Habrá quien crea que la vida es mucho más que eso, que vivir implica dejar una impronta de nuestra existencia; tal vez tenga razón, pero esa impronta sólo será valorada en la medida en que alguien perciba que hemos estado aquí....

EL PARAPETO DE LOS IDIOTAS

El modo de vida que hemos conocido hasta ahora está comenzando a cambiar; la manera en cómo hemos sido capaces de dilapidar el legado de tantos como lucharon por que viviésemos como lo hacemos, asusta. Estamos permitiendo que se nos cercenen derechos, asentimos cuando inundan nuestros hogares desde las diferentes emisoras de televisión de una moralina perniciosa y llena de connotaciones del más peligroso pelaje. Habría que hacer del mundo en el que estamos un lugar mejor para aquellos que nos sucederán. Nuestros predecesores cometieron muchos errores, pero acertaron en tantas cosas que uno puede permitirse el lujo de obviar los fallos. Nosotros, los que vivimos ahora, en este tiempo; somos meros espectadores de la actuación de unos pocos. Esa escasa parte de la población que subyuga con sus decisiones a la inmensa mayoría, no son más que “listos” que nos acongojan con presuntas crisis, con hipérboles sobre la realidad que acontece. Todo ello para que nos quedemos tras el parapeto de nuestras comodidades, sin darnos cuenta de que ese es el parapeto de los idiotas. De aquellos que se dejan sin más. Tenemos todavía muchas oportunidades para cambiar las cosas. Debemos asumir que nos hemos equivocado al vivir una vida que realmente nos nos pertenecía. Vivir como ricos sin serlo, atesorar mucho más de lo que necesitamos por simple ego, por llenar los armarios de nuestro orgullo de...cosas vacías pero de mucho valor. El resultado es que ahora comenzamos a vivir una vida que no es nuestra, que está manejada desde lugares impensables. Somos marionetas, peluches maltrechos que pronto terminarán en el cubo de la basura. ¿Podemos hacer algo?¿Qué?, movernos, sobre todo movernos. La vida es movimiento; el movimiento consigue que avances, da igual la dirección. No importa si es errático lo que iniciamos; los cambios importantes casi siempre ocurren por causalidad, como resultado más o menos previsto de aquello que iniciamos incluso de forma tímida. El futuro será nuestro en la medida en que podamos controlar los impulsos que nos impiden saltar al vacío de la incertidumbre. Acostumbrados como estamos a tener todos los ases de la baraja. Mezclar las cartas y arriesgarse a jugar es la salida. Tenemos que abandonar el parapeto de los idiotas y cambiar las cosas...no importa el cómo, sino el cuándo; y no queda mucho tiempo....

lunes, 19 de agosto de 2013

EN MITAD DE LA NOCHE

Nunca el camino más corto te garantiza que llegues primero a tu objetivo. Es cierto que la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, mas la vida es más compleja porque esa recta suele estar jalonada de cuestas que son difíciles de superar y que apenas son perceptibles en una vista simple de la situación. He descubierto, con el paso de los años que me siento mejor en mitad de la noche que a plena luz del día; tal vez porque la claridad se lleva mal con mis ojos o pudiera ser que la noche me permite observar la vida con la lentitud necesaria como para prestar atención a los pequeños detalles. Cuando uno es consciente de que vive debe de intentar avanzar por la vida por tantos caminos como sea necesario. Las desviaciones del itinerario previsto nos ayudan a descubrir que hay lugares que merece la pena visitar. Lugares como la tristeza que nos enseña el verdadero valor de la alegría. Sitios tan angostos como la angustia de la pérdida que corre paralela a la emoción del descubrimiento. Caminar, avanzar, supone un esfuerzo que se convierte en mayúsculo si en el devenir de nuestro camino tenemos a bien descubrir los vericuetos de nuestra existencia. Las noches son más cadenciosas que los días aun a pesar de ser más imprevisibles. Por el día actuamos como se supone que debemos hacerlo, cumpliendo con aquellas obligaciones que nos hemos marcado. Al caer la noche todo se ralentiza pues el camino de los sueños requiere que nuestro cuerpo se deje mecer por todo cuanto acontece entonces. Y uno puede tener la sensación, al despertar al día siguiente, de haber bajado por un tobogán a toda velocidad, dado que los sueños nos acercan a muchos lugares que son utopías en la vida real. En mitad de la noche acostumbro a encontrarme con recuerdos del pasado que se mezclan con ilusiones futuras. No es fácil saber que estás viviendo pues en mitad del futuro puedes encontrarte con un episodio del pasado y llegar a preguntarte si no será que la realidad y el sueño formen parte de un todo en el que tan sólo no aciertas a ubicarte. En mitad de la noche...

martes, 6 de agosto de 2013

MENTIRAS CAMINO DE RIBADUMIA

El Presidente de nuestro Gobierno está a punto de descansar en su retiro de verano, una bonita casa de turismo rural. En la maleta supongo que llevará un equipaje cargado de papeles en los que poder escribir las nuevas mentiras que nos va a contar en cuanto regrese. Es posible que, como de costumbre, no lo haga él en persona; suele delegar estas cosas en los diferentes cargos de responsabilidad que ha nombrado. Así las mentiras parecen menos, al ser contadas por otros. Uno de los suyos decía no hace mucho que su apuesta por el I+D era total, y resulta curioso como le cuesta a su ejecutivo aprobar partidas presupuestarias por valor de 100 millones de euros para el CESIC, cuando no hace mucho soltó dinero a espuertas para la banca. Un dinero que no sólo no van a devolver, sino que no sirve para nada al país. Tan sólo para beneficio de unos pocos. La investigación debería ser un tótem para cualquier país. Investigar genera riqueza, logra una menor dependencia de los demás y da prestigio. Aquí, este gobierno, empuja a nuestros investigadores a que hagan las maletas y se vayan del país. O, tal vez, esperan que las compañías privadas de sus amigos, financiadas por los bancos que han salvado les contraten y se hagan con las patentes que, de otro modo, pertenecerían al Estado. Nos dicen que suben el recibo de la luz para equilibrar las tarifas eléctricas y que el “déficit energético” sea cada vez menor. Curioso resulta que un país que produce electricidad suficiente como para surtir a toda su población, no sólo tenga que comprarla a otros países, sino que la paguemos a un precio incomprensiblemente alto para un país productor. Ahora, además, se van a cargar cualquier proyecto futuro de inversión en energía solar auto suficiente. Tal vez con ello lo que pretendan es que la banca no tenga que dar créditos a quien pudiese arriesgarse a una inversión así. No es interesante que los particulares inviertan en algo productivo. A ellos les gusta más que compremos a las empresas de sus amigos. Resulta obvio que las tramas de corrupción acosan no sólo al partido que sostiene al Presidente, sino a las mismas personas que lo forman. Varios de los miembros del gobierno son víctimas del “yo no sabía nada”; hecho que sucede cuando tu pareja o alguien cercano a ti se enriquece de pronto. Se pagan viajes sin dinero, cumpleaños a coste 0, viajes gratis...incluso la financiación ilegal del partido es “cosa de otros”. Tal vez se crean que la falacia de la Crisis nos aturde de tal modo que no vemos la mentira aparecer por todos lados. En un país serio, y no en uno de chiringuitos como éste, el presidente del Gobierno y otros muchos cargos de responsabilidad del Partido Popular, del Psoe, de CiU y otros...habrían dimitido; o los habrías echado. Aquí...ni con agua caliente se van. Bueno sí, se van de vacaciones a casas rurales... pero para ir apuntalando las veleidades que nos van a contar de aquí a final de año...

domingo, 4 de agosto de 2013

MIRAS ESTRECHAS

Vivimos tiempos duros para la economía, momentos en los que nos achuchan por todos lados con noticias malas, con augurios peores y con perspectivas de futuro negras o muy oscuras. A nuestro lado muchos son los que viven atemorizados por todas la noticias que salen y que, aun no parándose a averiguar su certeza, te martirizan con comentarios cada cual más negativo. Son personas con miras estrechas, seres cuya capacidad de perspectiva se ve cercenada por la falta de espíritu, por la negativa a creer. En lo personal tenemos siempre cerca a quienes se afligen ante la mera posibilidad de cambiar su estatus actual. Los cambios de situación personal los atribulan hasta el punto de hacerlos perennes de situaciones que, a todas luces, necesitan cambiar. Así hay multitud de parejas que duermen hace años de espalda uno al otro y en realidades diferentes; pero que son incapaces de ver más allá de esas miras estrechas por las que otean su mundo. Los cambios no son nunca fáciles, pero casi siempre son necesarios. Las personas con miras estrechas no son sólo incapaces de ver más allá, sino que son peligrosas para los que queremos mirar siempre al horizonte; aun cuando ese horizonte no sea más que una nebulosa. Quizás los soñadores nos situemos en el otro extremo de la balanza, tal vez seamos demasiado osados y nos aventuramos por senderos que nunca sabemos si terminarán bien o de manera abrupta. En todo caso prefiero a alguien que arriesgue por aquello que considera necesario que a otro que es incapaz de ver más allá de los primeros pasos delante suyo. Otra cosa son los que viendo que hay un horizonte, no encuentran el modo de avanzar; personas que necesitan un empujón para saltar. Esas personas no tienen miras estrechas, sino que no alcanzan a apartar de su perspectiva los fantasmas del fracaso. La valentía no garantiza en absoluto el éxito; las más de las veces suele alcanzar un éxito relativo en lo que busca. Pero en el intento, en la ilusión por conseguir lo que quieres, te sientes vivo, te sientes con fuerza y ganas de vivir. Los que se esconden tras las columnas y se niegan siquiera a intentarlo, sobre todo porque no lo ven; acostumbran a terminar sus días tal vez de forma más cómoda, pero desde luego sin haber vivido. Desde mi punto de vista, que seguramente será equivocado para muchos, hay dos maneras de vivir: la primera es como nos enseñaba el catolicismo más añejo, esto es, “temeroso de Dios”; viviendo tal y cómo se supone que deben vivir. La segunda es buscando la felicidad donde quiera que uno la encuentre. Da igual si uno termina pescando salmón en Yibuti, lo importante es que al tirar el anzuelo sonrías por haber logrado el hito de sentarte en la orilla de ese río a pescar. Los estrechos de miras jamás lograrán encontrar, siquiera en un mapa, el país...

sábado, 3 de agosto de 2013

¿EN QUIEN PODEMOS CONFIAR?

Con la que está cayendo en nuestro país uno se puede plantear esta pregunta con mucha frecuencia. Cada día abrimos los periódicos con nuevas e impactantes noticias que nos dicen lo corrupta que es nuestra clase política, lo manipulada que está la judicial y lo torticera que puede ser la realidad inventada que nos hacen pasar por real los medios de comunicación. Todo lo pintan tan mal que de ser realidad tanto como dicen ya hace tiempo que aquí habría una revuelta social al estilo español, esto es, una guerra. Las cosas están mal, de eso no cabe ninguna duda, pero...¿están tan mal como nos lo pintan?, pues no, la realidad es que no. Pero ha sucedido que con esta crisis económica los de siempre se han beneficiado. Bajo el paraguas del todo vale para salvar la economía, de unos pocos; se dilapidan los derechos que tanto nos costó conseguir. Aquí se ha salvado a la banca, a los banqueros y a los amigos de los banqueros; se salva a las grandes empresas con la falacia de la posible pérdida de puestos de trabajo cuando los que dinamizan realmente nuestra economía son las pequeñas y medianas empresas. Uno mira a la clase política y lo menos que puede hacer es echarse a llorar. Son vergonzosos todos; todos porque en algún momento de sus vidas estuvieron en puestos de mando. La regeneración política no sólo debe de ser posible, sino necesaria. Precisamos un hemiciclo lleno de personas con ganas de llevar al país hacia delante y no con corruptos ávidos por llenar sus propios bolsillos. La justicia casi nunca ha sido imparcial a lo largo de la historia. Nos hacen creer que si, y nosotros tendemos a creerlo, pero la verdad es que la justicia sólo es igual para los pobres, que siempre salen perjudicados. Los demás inclinan la balanza en función del peso de sus alforjas. Las diferentes religiones hacen lo que pueden. No sus dirigentes que sólo se preocupan de lo suyo. Los que verdaderamente trabajan por los demás son los que llevan comedores sociales, los que ayudan de forma desinteresada, los religiosos de a pie. Y no sólo católicos, que se arrogan siempre esa medalla, sino también musulmanes, judíos, et. ¿En quien creer entonces? Pues definitivamente en el ser humano. En algún momento surgirá un líder que aglutine los valores precisos como para conseguir que la sociedad se movilice en un mismo sentido y arrastre, con su fuerza, la mierda que nos rodea. La sociedad Española necesita soltar lastre, dejar atrás los miedos atávicos hacia los cambios. La sociedad mejora cuando es capaz de eliminar de sus puestos de responsabilidad a quienes la debilitan y confunden (corruptos, delincuentes...); mientras la sociedad permanezca impasible frente a la televisión viendo como suceden las cosas como si no fuese con ella, se verá abocada a permanecer embarrada. Debemos apostar por apoyar a quienes realmente aglutinen los valores que buscamos, aun cuando no estén en la órbita de lo que nos gustaría a nosotros a priori. Puede ser que yo sea de derechas y que la persona que reúna valores esté en la izquierda, o viceversa. No podemos ser cainitas y dejarnos llevar sólo por nuestras ideas, sino que tenemos que abrir la mente y ver un poco más allá. Quizá así podamos depositar nuestra confianza en algún lugar....

UN LUGAR EN EL MUNDO

A menudo hemos escuchado que tal o cual todavía está buscando su lugar en el mundo; tal vez nos preguntásemos a nosotros mismos en alguna ocasión dónde está nuestro lugar. No creo que exista una respuesta fácil o única a esta reflexión. Imagino que vamos de un lugar a otro durante nuestra existencia en función de las decisiones que hemos tomado y, en menor medida, de las que otros han tomado por nosotros. Uno puede pensar, un día, que es un solitario, que adora la soledad. Y se adentra por los caminos del ermitaño, esos lugares donde la soledad buscada termina por inundar toda nuestra vida. Al cabo de un tiempo, más o menos largo, te das cuenta de que tanta soledad te abruma, de que necesitas a otros seres a tu lado porque, a fin de cuentas, eres un ser social. Y sigues buscando tu lugar. Las decisiones que tomamos en un momento dado de nuestras vidas no tienen por qué ser hipotecas para el resto de nuestras vidas. Si bien es cierto que, en ocasiones, nuestras acciones si tienen una consecuencia para toda la vida (como puede ser el decidir tener hijos). Pero en la mayoría de los casos las decisiones que un día tomamos podemos rectificarlas o cambiarlas, con el único inconveniente de reconocer que hemos de cambiar o que nos hemos equivocado. Estoy seguro de que todos tenemos nuestro lugar, un sitio en el que encontramos la paz necesaria como para sentirnos plenos. También es cierto que no todo el mundo logra su propósito de encontrarlo. Muchos son los que dan bandazos de un lado a otro; sufriendo en sus carnes las magulladuras que van dejando las aristas del camino. Al final uno va limando su propio perfil hasta adaptarlo a las situaciones que se le van dando. Lo que no podemos hacer es conformarnos, no podemos permanecer por el mero hecho de que un día tomamos una decisión y ésta se torna contraria a nuestros intereses. Debemos de tener la ambición suficiente como para superar el escoyo de nuestro propio orgullo y retomar el camino hasta encontrar nuestro lugar. En realidad yo no sé si he encontrado o no mi lugar en el mundo; me he planteado la vida como un camino en el que un día estoy en un lado y otro en sus antípodas. Ninguna situación es irreversible, salvo la muerte, así que...intento vivir y disfrutar de los diferentes lugares en los que me he encontrado.