LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

martes, 26 de julio de 2016

Tiempo Futuro

Casi siempre son los cómo, los por qué...las respuestas que vamos aprendiendo se quedan obsoletas a cada año de nuestra vida. Las certezas de antaño no cubren las nuevas incertidumbres. No es cierto que cuanto más mayor más sabes o experiencia acumulas. Porque el pasado no regresa y aquellas experiencias apenas tienen cabida en este presente. La vida se resumiría en los "para qué " pues cada nuevo giro de este presente cambiante nos asoma a un universo de posibilidades. Reciclarse, esa es la palabra clave. Tenemos que aprender cada día, adaptarnos a los nuevos estímulos y buscar refugio temporal en lo conocido cuando no somos capaces de situar esos nuevos fogonazos. Renovarse o morir, tan viejo y tan nuevo.

domingo, 17 de julio de 2016

Los "te quiero" prostituidos

Hubo un tiempo en el que las palabras: "te quiero" "te amo" no eran baladí. Tenían el peso de los sentimientos y el valor de la palabra dada. Uno decía las cosas cuando las sentía y eso no cambiaba de un día para otro. De unos años para aquí expresar este sentimiento profundo se ha vuelto muy barato, hasta el punto de ser una suerte de sentimiento prostituido, de venta fácil y aceptación inmediata. Y es una pena porque al final lo único que merma es la confianza en las personas. Dejando de poner en valor los sentimientos nos adentramos en un oscuro laberinto de irrealidad. Es cierto que las cosas pueden ir bien, mal o regular. Del bien al mal sin mediar conflicto ni hecho, sólo se pasa si el sentimiento era irreal o falso. Lo contrario implicaría un ejercicio de introspección mental que habría de llevar a la verdadera casuística de la persona. Parece que el amor no sólo no está de moda en el sentido estricto de la palabra, sino que se ha manoseado tanto que ya es complicado dilucidar en que se diferencia un "te quiero" a una persona de un "lo quiero" a un animal u objeto. Pero esas personas, las que designan mal sus propios sentimientos tendrían que hacérselo mirar, pues en su camino van dejando algún que otro cadáver y muchas laceraciones gratuitas e innecesarias. Y es una pena llegar al extremo de tener que desconfiar de los demás o bien aceptar la falsedad sentimental del mismo modo que la política. Juan Jose Corral Lopez