LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

sábado, 29 de diciembre de 2012

ELLA ES Y SERÁ TODO PARA MI

Este es el título de una canción que compuso Carlos Goñi para su grupo, Revolver. Un título que aglutina todo aquello que ella significa en mi vida. Ahora que ya ha cumplido nueve años, y que cada vez su capacidad para comunicar aquello que siente y quiere es mayor, se me antoja más imprescindible contar cómo me siento. Porque uno es padre desde el mismo momento de que es consciente de que, efectivamente, lo es. No tiene porque ser en otro momento. Una madre sabe desde cuando es madre, un padre no siempre. La cuestión es que, desde el momento en que fui consciente de su existencia supe que algo había cambiado para mí desde ese instante y para siempre. Hay un antes y un después. El antes no importa, es después es todo lo que sigue. Cada paso que das, cada decisión que tomas debe de ir sopesada con las implicaciones que pueda tener para con tu hija. A fin de cuentas nada es más importante. Ella es y será todo para mí, porque es lo más valioso que tengo. Uno quiere a sus padres, uno quiere a los amigos, pero a un hijo.. a un hijo se le quiere de otra manera. Y más cuando todavía la reciprocidad de afectos se manifiesta en cada instante. Tiempo habrá para que sus afectos la lleven a un camino donde deba dejar a un lado un cariño imperecedero en la búsqueda de un cariño diferente pero intenso al que todos llegamos a trompicones. Cada beso de buenas noches se convierte en una suerte de compañía continua que se difumina en los brazos de Morfeo. Cada beso de buenos días implica el comienzo de una nueva experiencia en la vida. He descubierto que cada día en la vida de mi hija cuando está a mi lado es un día diferente en la vida de ambos. Para ella es un aprendizaje continuo, la posibilidad de descubrir tras cada esquina. Para mí es un camino nuevo que surge tras la cara de sorpresa. Las preguntas y las respuestas; los deseos y las negativas; los llantos y las risas...todo este complejo entramado de interacciones para las que nadie te entrena, van marcando en tu vida un completo mapa de sentimientos. Un plano sobre el que ella puede incorporarse con la seguridad de que aquello es suyo. A medida que ha ido creciendo su dulzura se ha ido intensificando, o quizá yo me esté haciendo más receptivo a una sensibilidad que no tenía tan acentuada. Lo cierto es que además de hacerme mejor persona, me está haciendo más sensible. Corriendo el riesgo, a este paso, de terminar mis días como una plañidera.. Ella es y será todo para mí.

LA NECESIDAD DE COMUNICARSE

Si uno mira atrás en el tiempo y recuerda como era su vida a mediados de los noventa, se encontraría conque las cosas no sólo han evolucionado mucho sino que en menos de veinte años hemos pasado de hablarnos una vez a la semana por teléfono y mantener todavía relaciones epistolares con la familia y parejas, a tener una vida en la que la comunicación va por delante de los hechos. Parece que en el mundo actual las cosas van más deprisa, que suceden más cosas, que ahora se dan circunstancias que antes no se daban, etc... y no es cierto. Antes ocurrían cosas, lo que pasaba es que no te enterabas hasta mucho tiempo más tarde...si lo hacías. Ahora alguien roba una mandarina en Almería y lo sabemos en Ourense casi antes de que el autor de los hechos ponga su mano en la fruta. La necesidad de comunicarnos nos tiene ahora atados a los teléfonos móviles, apéndices postizos que apenas somos capaces de dejar a un palmo cuando nos metemos en la ducha (esto hasta que los hagan impermeables del todo). Vivimos la era del decir, del trasladar a otro cualquier cosa por peregrina que sea. La gratuidad en las comunicaciones vía Internet o vía móvil es algo valioso que, sin duda, ha mejorado mucho las cosas en una sociedad tan avanzada como la nuestra. Pero no es menos cierto que también ha traído consigo una serie de vicios de fábrica que difícilmente nos quitaremos de encima. Por una lado está el deseo de controlar que todo ser humano tiene. Controlar lo que el otro hace, cuando está despierto, duerme, escribe, habla... La transmisión, además, de imágenes en tiempo real ha logrado que circulen por la red insustanciales instantáneas de absurdos momentos sin el más mínimo interés o, en todo caso, el interés de quien estrena un nuevo aparato digital con que el pretende ilustrar a otro. Cuando las fotos había que revelarlas nos cuidábamos de hacer fotos estúpidas, bastante tenía uno con ser un manazas y aprovechar diez o doce de un carrete de 24. Hoy, cuando llegamos a una cena de amigos en la otra punta del planeta es posible que un lugareño desde la tumbona nos diga: “me gusta tu cocina”... como si te fuese a importar su opinión. A los genios que controlan las comunicaciones el mundo les debe de ir de maravilla. Cada día nos crean una necesidad nueva que no sabíamos que existía hasta el instante anterior a abrir el correo o leer un wathsapp. En el manual de la estupidez humana hay un lugar reservado para aquellos que terminamos tropezando una y otra vez en la piedra tecnológica nueva que nos van colocando. Estoy seguro de que el 90% de la población que tenemos teléfonos inteligentes no utilizamos ni una décima parte de su potencial, pero ahí están. Es como comprar un Porche para circular después por una carretera a treinta kilómetros por hora...pero ahí lo tenemos, protegido con fundas, plásticos.... La necesidad de comunicarnos...

viernes, 21 de diciembre de 2012

YA QUE NO ES EL FIN...QUE TAL SI COMENZAMOS

A estas alturas del día parece claro que las predicciones no se cumplirán, como no lo hicieron antes otras (como la del famoso efecto 2000). De todos modos, y ya que muchos sí creían que sería el fin del mundo o de una era, o de un partido, podríamos aprovechar y comenzar de nuevo con algunos temas que se han quedado un tanto atrasados en el tiempo. Es el momento, ya que la Iglesia ha cambiado el Belén estos días, de añadir un nuevo Sacramento a los siete que ya tienen. Tras el Matrimonio sería bueno santificar el Divorcio. A fin de cuentas el matrimonio es la principal causa de divorcio y cada vez hay más. Ellos, la Curia, sabe que el negocio está ahí, pero tal vez no sean muy aperturistas todavía. De todos modos cuando la necesidad apriete de verdad santificarán el divorcio, las bodas entre homosexuales y lesbianas, el re-casamiento y lo que sea menester. Buenos son ellos. Desear que se terminen las Guerras en el mundo es algo tan inocente como pretender que los políticos actuales sean honestos. Pero sí podríamos hacer más por presionar a estos mismos políticos y decirles que si nos meten en conflictos no les votaremos. Los conflictos armados son el resultado de la necesidad de la industria armamentística de generar “enemigos” contra los que disparar todo cuanto fabrican. La paz nunca ha sido negocio, a no ser que sea impuesta por las armas. El mundo produce suficiente comida como para abastecer toda la demanda que existe. Entonces ¿por qué hay hambre en el mundo? Pues sencillo, porque unos estamos del lado de los que joden y otros se sitúan del lado de los que se joden. El mundo occidental sólo se acuerda de quienes no tienen para comer cuando una imagen nos impacta en televisión, mientras tanto desperdiciamos la mitad de lo que compramos. ¿es culpa nuestra? Sí, claro que sí, pero nos gusta decir que son otros los que deciden. Puede que sea tiempo de reiniciarnos y buscar, de verdad, la producción sostenible (aunque sólo sea un deseo utópico). La violencia contra las mujeres y los niños sigue presente, podemos desear que se erradique, lo cual está bien pero...si reflexionamos seriamente ¿cuantos miran para otro lado? ¿por qué lo permitimos? Pues porque hay mucho de atavismo en la violencia y porque nos miramos con demasiada frecuencia el ombligo sin percatarnos de que a pocos metros alguien no tiene ni la oportunidad de mirárselo. Estoy seguro de que todos encontraríamos mil y una causa que pulula a nuestro alrededor que merecería ser cambiada, reiniciada de otro modo. Tenemos las herramientas, tenemos las posibilidades, incluso tenemos la responsabilidad de cambiarlas. Entonces...¿por qué no lo hacemos?¿por qué año tras año deseamos lo mismo si después no hacemos nada? Es fácil de comprender. En este mundo en el que vivo, nos han enseñado a mirar sólo al espejo y descubrirnos cada mañana un poco mejor, aunque para ello precisemos guerras, hambre, violencia, corrupción... No somos meros observadores, aunque nos guste decirlo, sino que formamos parte de un todo. Un universo en continua transformación que, sin embargo, lleva muchos siglos con problemas similares. ¿Falla entonces la raza humana? No lo sé, no encuentro respuestas para todas las preguntas que me hago, pero sí me hago una reflexión: Desde que el hombre es hombre ha intentado someter al de al lado y ejercer el liderazgo sobre los demás. Y no le han dolido prendas a la hora de hacerlo por los medios más expeditivos, si así lo ha precisado. A lo mejor lo que debe cambiar no es la era, sino el hombre.

Corazones

Que el corazón es un órgano esencial para la vida, no es algo que vaya a descubrir yo ahora. La biología lo explica perfectamente sin entrar en diatribas sobre cómo y por qué. Coincidimos todos en que es una extraordinaria máquina repleta de misterios. Sin embargo hay muchas clases de corazones, más allá de su fisonomía. Están los corazones duros, los implacables que no ceden a los sentimientos sino que se mantienen impávidos ante las emociones. Quizá tras esa coraza exterior se esconda algo que merezca la pena pero uno se debería preguntar si merece la pena el esfuerzo o, al contrario, conviene dejarlo de lado. Están los corazones atribulados, llenos de idas y venidas, de incertidumbres que desmoronan una y otra vez los castillos de naipes que van construyendo. Se caracterizan por encerrarse en si mismos mareando su propia perdiz. Acostumbran a desesperar a quien pretenda entrar en ellos. Están los corazones de espejo, encantados de reproducir las emociones que percibe del exterior sin tener en cuenta las propias. Son corazones que buscan satisfacer a los demás sin encontrar satisfacción propia. Terminan sus días de forma pusilánime. Están los corazones de hierro, que no se deben de confundir con los duros, son éstos una clase en extinción, incapaces de sucumbir al desaliento, llenos de sentimientos marcados a fuego en las pareces interiores. Aquí figuran los de la gran mayoría de madres, que forjan los sentimientos hacia sus vástagos de forma tal que nada puede con ellos...o casi. Están los corazones florecientes, aquellos que alcanzan su primera primavera aturdidos por tanta emotividad. Los sentimientos son un río de lava que amenaza con explotar el pecho. Se ponen mustios con la misma frecuencia que florecen, así es la primavera. Están los corazones carguero, que llenan sus bodegas de las experiencias propias y ajenas en un batiburrillo de tal calibre que pueden llegar a confundir lo vivido con lo escuchado, lo soñado con lo oído; algo comprensible si se mira en su interior. Están los corazones al rojo vivo, esa clase de corazón capaz de dejarse llevar por cuanto sucede sin tener en cuenta que podría reventar o pararse. A este tipo le da igual el cómo, le da igual el por qué; tan sólo quiere latir cada vez de manera más intensa. No se amilana ante la adversidad, ante el no, ante la pena. Quiere, busca, persigue y alcanza. Y finalmente están los corazones sequoia, llenos de la experiencia vivida, de los tiempos que un día fueron y que ya no existen. También habitantes del hoy. Árboles que ralentizan la velocidad a la que se mueve su savia pues hace tiempo que han descubierto que ésta siempre llega a sus extremos. Son corazones dispuestos a darnos el cobijo necesario cuando la tormenta descalabra nuestros horizontes. Corazones que siempre están, que permanecen, que son... Corazones...

jueves, 20 de diciembre de 2012

EL DIA QUE DEJAMOS DE SER LO QUE ERAMOS

Vivir en pareja es parte intrínseca del ser humano. Somos seres sociales que necesitamos relacionarnos con los demás. Seres que adoptamos la vida en común para afrontar juntos el desarrollo individual y colectivo partiendo del apoyo en el otro. Nos vamos a vivir con nuestras parejas enamorados y seguros de que la persona que tenemos a nuestro lado es la ideal para conquistar juntos todos aquellos sueños que anhelamos. ¿En qué momento dejamos de ser lo que éramos? Pues en el momento que miramos al otro a la cara y descubrimos que no sentimos ni frío ni calor. Analizamos entonces multitud de variables para agarrarnos a la relación, buscamos minimizar una realidad física y mental, agrandando otras que, en el fondo, no son verdaderamente importantes. Ocurre entonces que seguimos juntos por: los hijos, los padres, el trabajo, la economía, el qué dirán, la cobardía... Lo práctico, lo inteligente sería mirar cara a cara a nuestra pareja y exponerla claramente que hemos dejado de sentir por ellos. Que no se trata de hacer A o hacer B para solucionar las cosas. Creo sinceramente que cuando has dejado de querer a alguien, cuando ya “no te pone” esa persona, ya nada hay que hacer. Las soluciones que se buscan sólo alargan la agonía. Y no debería pasar nada por reconocer que las cosas no dan más de si. Pero nos han enseñado lo contrario. Nos han dicho que debemos de permanecer, que las parejas de hoy no aguantan nada, que se enfadan por tonterías...y otras muchas lindezas. La felicidad, para quienes nos dicen estas cosas, es algo difícil de cuantificar, incluso de explicar. Muchas parejas de antes aguantaron toda la vida juntos porque no les quedó otra. Unas veces por falta de valor, otras por miedo, la mayoría por ignorancia. Es posible que existan relaciones para toda la vida. Seguro que las hay. Aunque la realidad es cabezona y nos indica que tal vez dentro de treinta años las parejas que entonces tengan más de 50 años ya hayan cambiado de pareja al menos una vez. ¿por qué? Quizá habría que diferenciar entre quienes se han unido jóvenes y quienes lo hacen ya con una experiencia personal en la mochila importante. Para los primeros es mucho más fácil equivocarse, confundir los resortes que hacen fuerte una relación, etc. para los demás debería de ser mucho más fácil buscar lugares comunes con las personas que llevamos a nuestras vidas. A fin de cuentas ya sabemos un poco más cómo somos y lo que no nos gusta. No hay, en todo caso, una varita mágica que podamos agitar para hacernos felices. Ni siquiera una pócima para el amor. El amor, por suerte, sigue siento tan irracional como siempre. No entiende de casi nada y llega muchas veces de forma inesperada. Afrontémoslo cuando llegue y vivamos intensamente ese momento. El tiempo perdido, pasa, y nunca más se recupera.

CUANDO YA NO ESTÁN

Se aproximan días de fiestas familiares, momentos en los que las diferentes tradiciones se agrupan en el hecho cierto de celebrar una fiesta familiar. O más o menos familiar. Por ello es también tiempo de añoranza de aquellas personas que ya no se encuentran con nosotros, seres que hemos dejado en el camino de la vida y que recordamos ahora más que otros días. La tradición Católica nos ha enseñado a lo largo de los siglos que hemos de recordar a los nuestros de una forma sentida, íntima. En otra época incluso hasta pasado mucho tiempo no se podía celebrar ni siquiera una fiesta. Como bien describe “La casa de Bernarda Alba”. Recuerdo que con 17 años perdí a un ser querido en estas fechas, concretamente el día del sorteo de Navidad, y siempre me costó entender cuales son las razones que nos empujan a llorar al que perdemos recordando una y otra vez que se ha ido. Lo lógico sería juntarse y reír las gracias del personaje, acordarse de los buenos momentos y celebrar que nos acordamos de alguien fallecido para sonreír y no para tener un halo de tristeza en medio de una fiesta. Hace muchos años alguien me dijo que cuando él no estuviese quería que se acordasen de él, aunque fuese para mal. Implicaría ello que había dejado huella de algún modo. Y yo creo que esa es la misión que tenemos aquí, no ser meros seres vivientes, sino ser parte del todo. En el momento que pierdes a alguien que quieres, sobre todo si la pérdida es absoluta, el vacío que ser crea puede llegar a abrumar, toda vez que para muchos implica que una parte de su trayectoria vital, de pronto, se tambalea. Quiero pensar que quien ser va no quiere llevarse consigo al que se queda, sino que espera que rehaga su vida, que siga sonriendo, que tire para delante y, sobre todo, que cuando le recuerde no sea con pena. Si todos entendiésemos ese tránsito del mismo modo, sería mucho menos largo el duelo. La vida no es larga, aunque dure cien años, así que perder el tiempo en añoranzas tristes no ayuda a disfrutar. Invitaría a quien ha perdido a que vislumbre el futuro con alegría. Sólo haría una salvedad; creo que ningún padre debería enterrar a sus hijos. Esa pérdida, ese vacío jamás se llena. Cuando ya no están...

lunes, 17 de diciembre de 2012

CALLEJEANDO POR LA VIDA

Vivir quizá sea caminar cada día por una calle nueva; tal vez sea todo lo contrario y permanecer en la misma acera de la misma calle cada día, cada año, para siempre. Me inclino en todo caso por pensar que mi vida ha sido un continuo deambular por una ciudad todavía por descubrir. Por suerte o por desgracia he hecho demasiadas mudanzas en mi vida, no sólo físicas. Así que creo que uno quema etapas y con cada una de ellas va encontrándose a si mismo. Visitamos calles muy diferentes a lo largo de nuestras vidas, algunas tendrán un nombre que permanecerá indeleble para siempre en nuestra memoria otras, al contrario, se verán abocadas a terminar en esa calle del Olvido que todos tenemos en nuestra memoria. En la calle del Olvido meteremos todas aquellas experiencias que no han sido nada, que han dejado apenas un rastro tenue en nuestra existencia. Pasan muchas personas por delante de nosotros, a unas nos intentamos acercar, de otras buscamos alejarnos. De todas ellas siempre habrá un grupo que terminará en el Olvido, sin importar las razones. En el otro lado de la balanza están las personas, experiencias, lugares que acabarán dando nombre a muchas de las calles de nuestra memoria. Muchas serán lugares de continuo pase, otras sólo formarán parte de barrios a los que acudiremos de tanto en tanto para recordar en momentos puntuales. También habrá calles por las que añoremos pasar, lugares en los que no querremos estar porque implicaría un sarpullido de emociones que no siempre somos capaces de controlar. Con el paso del tiempo y la acumulación de vivencias y calles he comprendido que, en ocasiones, es necesario derribar una barriada para poder construir una nueva. Aun cuando la planificación de la futura urbanización estén todavía en simples bocetos. Las malas calles terminan siempre pudriendo barrios enteros. Erradicarlas no siempre es fácil porque es frecuente que estén pobladas por algún ocupa qué, sin contar con ello, ha migrado en nuestra memoria y con ello altera nuestro orden predeterminado. Somos, en el fondo, arquitectos de nuestra propia ciudad. Unos arquitectos un tanto volubles, capaces de la mejor de las soluciones y de la más absurda de las novedades vanguardistas. La vida es un continuo espacio – tiempo en el que la calle siempre necesita mantenimiento, renovación, sostén... Callejeando...

NADA ES CÓMO ERA

Supongo que será por culpa de los años que uno va cumpliendo pero, lo cierto, es que ahora miro con perspectiva hacia atrás en el tiempo y me doy cuenta de lo mucho que han cambiado las cosas. Muchas han sido para mejor otras, no diría que tanto. Una de las cosas que más ha cambiado ha sido: “la inmediatez”. Todo ocurre ahora con una celeridad tal que ha terminado por quitarle sustancia a muchas cosas. Cuando las relaciones eran epistolares uno sacaba la cabeza por la ventana con la esperanza de ver al de correos llegar por la puerta. Mientras tanto daba vueltas en la cabeza al tema que fuese motivo de su ansiosa espera. Hoy día antes de que pienses lo que vas a escribir a otro éste ya te ha contestado. Cuando obtuve mi permiso para conducir recuerdo haber hecho un viaje iniciático a la meseta, a Madrid. Entonces me llevó unas siete horas llegar. Por el camino pude disfrutar de los paisajes de Castilla, parar a degustar quesos en Cubo de Benavente, un café en Tordesillas, otro en Arévalo...eran viajes que lograban que uno conociese el país en el que vive. La breve conversación con el comerciante de turno enriquecía, como mínimo, tu vocabulario al escuchar diferentes modos de hablar. Hoy día el viaje se hace por una sosa autovía que te lleva de A a B con una breve parada para ir al baño en una aséptica estación de servicio donde, con suerte, pagarás dos euros por un café y a cambio tendrás una mirada furtiva de un dependiente atribulado pensando en las horas que le quedan para salir. Con la televisión los cambios son todavía más dramáticos si echamos la vista atrás. Para cuando yo tuve mi primera televisión en casa se podían ver dos canales: la primera y la segunda. Y para eso la segunda poco, pues había más Carta de Ajuste que programación en sí. Poco después llegaron las autonómicas y con ellas entró por la puerta de casa el idioma local hablado de un modo que entendían pocos. Ahora se tiene más a respetar los matices lingüísticos de cada zona local, pero entonces hablaban el idioma normativo que casi nadie terminaba de comprender del todo. Ahora, con la TDT, las parabólicas, el cable y demás inventos la televisión se ha convertido en un asunto complejo. Hay tanta oferta que pasamos más tiempo cambiando de canal que viendo en realidad algo concreto. Y resulta más curioso todavía lo de los índices de audiencia. Si ya antes era complejo entender cómo controlaban quien veía qué, con diez canales, ahora.... en fin. Lo del teléfono móvil ha sido la eclosión de la primavera. Hemos pasado de vivir en el invierno donde había que llamar al teléfono público, que la señora María fuese a avisar a la vecina para que llamase al vecino y éste acudiese a atender la llamada; a un momento, el actual, en el que mantenemos multiconferencias con “x” personas a la vez. Si es difícil comunicarse bien con uno... En todo caso los modernos teléfonos, capaces de provocar orgasmos a muchos, están logrando que cada día compartamos más cosas con los demás a la vez que nos aislamos mucho más. Es una paradoja en si mismo, un elemento destinado a la comunicación de masas está logrando que para un gran número de jóvenes el mundo se reduzca a las pulgadas de la pantalla de su teléfono. Estamos perdiendo la comunicación verbal y corporal. Se trata ahora de escribir, muchas veces en un lenguaje sesgado, aquellas cosas que deberíamos hablar cara a cara. Creo que es bueno avanzar, que la lógica nos dice que debemos aprovechar los descubrimientos tecnológicos, etc. Sin embargo creo que en el camino nos estamos dejando muchas cosas. Cada día veo a la sociedad más aislada a pesar de las redes sociales y de la inmediatez de las comunicaciones. De las miles de conversaciones que cada segundo se producen en la red, un ochenta por ciento son mentira, o al menos más banales que las de una consulta de médico. Nos enseñan a viajar, comer, sentir, hablar...de un modo predeterminado. Una persona sin ordenador, sin teléfono o sin Facebook es, para muchos, “un rarito”. Mas es posible que su calidad de vida sea mucho mejor al no verse mediatizado por tanta información. Que existan las líneas de alta velocidad está bien, que cada día tengamos más autovías, también es un logro. Lo cual no impide aseverar que con ello se está muriendo una parte de la sociedad (los pueblos, las pequeñas ciudades), y con esa pérdida el horizonte que podemos vislumbrar siempre será más pobre. Hay valores y enseñanzas que jamás encontraremos en el mundo del mañana. Ese será el peaje que pagaremos todos y, me temo, será elevado.

FILOSOFÍA

EMPIRISMO.- Tres mujeres están en los vestuarios de una pista de pádel cambiándose para jugar cuando entra un hombre que sólo lleva una bolsa en la cabeza. Mi marido no es – dice la primera mujer después de mirarle los genitales. No, no es tu marido – afirma la segunda. Ni siquiera es socio de este club – asegura la tercera. MÉTODO CIENTÍFICO.- Un científico y su mujer salen a dar una vuelta en coche por el campo. ¡Ay, mira! - dice la mujer - ¡Han esquilado a esa oveja! Si. De ese lado, sí – responde el científico. CREER EN DIOS.- Una ancianita cristiana sale cada día al porche de su casa y grita: ¡Alabado sea Dios! Y cada mañana, su vecino el ateo de la puerta de al lado, le responde gritando. ¡Dios no existe! La anécdota se repite semana tras semana. Con el paso del tiempo, la señora empieza a tener dificultades económicas y casi no le llega el dinero para comer. Cuando sale al porche, le pide a Dios que le ayude con la compra y luego dice: ¡Alabado sea Dios! A la mañana siguiente, cuando sale al porche, se encuentra con unas bolsas de comida que le había pedido a Dios. Naturalmente grita: ¡Alabado sea Dios! El ateo aparece detrás de una mata y le dice: ¡Y un cuerno! Esta comida la he comprado yo. ¡Dios no existe! La ancianita le mira y se sonríe. Grita: ¡Alabado sea Dios! No sólo me has conseguido la comida, Señor, sino que además has hecho que la pagara Satán. FILOSOFIA CABEZA HUECA ¿Cuántos seguidores del New Age se necesitan para cambiar una bombilla? Ninguno, basta con montar un grupo de apoyo sobre “Cómo relacionarse en la oscuridad” EXISTENCIALISMO Un hombre está haciendo el amor con la mujer de su mejor amigo, cuando oyen que aparca un coche frente a la casa. El hombre se oculta en el armario. El marido entra, va hacia el armario a colgar la americana y, al encontrarse con su amigo desnudo, le dice: Pepe, ¿qué haces aquí? Pepe se encoge de hombros, pusilánime, y contesta: En alguna parte hay que estar, ¿no? RELATIVIDAD DEL TIEMPO Dos tortugas atacan a un caracol. Cuando la policía pregunta al caracol qué ha pasado, éste responde: No sé. Ha ocurrido todo tan deprisa... RELATIVIDAD DE LAS COSMOVISIONES Un francés entra en un bar. Lleva un loro ataviado con un frac sobre el hombro. El barman exclama: ¡Anda, qué chulo! ¿de dónde lo ha sacado? Y el loro responde: De Francia. Allí tienen montones de tipos como éste. RELATIVIDAD DE LOS VALORES Pepe, te llamo desde la autopista con mi nuevo teléfono móvil. Ten cuidado Manolo – dice Pepe – Acaban de decir por la radio que hay un loco que van en dirección contraria por la autopista. ¿Uno? ¡Hay cientos Pepe, cientos! Va un tío a un bar muy concurrido y anuncia que les va a contar un chiste catalán que es la monda. Se dispone a contarlo cuando el barman le interrumpe y le advierte: Cuidadito, colega, que soy catalán. Y el tío dice: Vale, vale, no te preocupes, lo contaré muy, muy despacio.

jueves, 13 de diciembre de 2012

CADA MINUTO...

Cada minuto a tu lado cuenta, cada instante que paso cerca de ti me hace sentir mejor conmigo mismo. Creo que merece la pena estar cerca de ti en todo momento. ¿por qué lo creo? Porque nada he encontrado que me haga pensar lo contrario. Las conversaciones nunca han entrado en ese punto muerto del que uno no sabe cómo salir. Siempre encontramos un vericueto por el que colarnos y pasar de esta a aquella conversación. Y son tantos los temas que ambos conocemos que se antoja complicado el aburrimiento. La amistad se forja con el paso del tiempo. Se fortalece con los lugares comunes que compartes con quien quieres que sea tu amigo. La amistad es parte intrínseca de una relación de pareja. Difícilmente se puede llegar a ningún lado si bajo la pátina de amor y deseo no existe un verdadero granero de amistad. La vida es tiempo, un tiempo que sólo viviremos una vez, y por ello todo minuto cuenta, todo segundo es tiempo perdido si no lo empleamos en aquello que verdaderamente merece la pena. Cada minuto....

TU PIEL, MI PIEL

Es tu piel lo que me hace sentir bien cuando la rozo, es tu piel la que me transmite cada una de las sensaciones que quieres transmitirme, también las que no. Es tu piel la que quisiera acariciar cada noche al meterme en tu cama; la que deseo sentir cálida por la noche; la que despierte a mi lado cada mañana... La piel es el órgano más grande del ser humano, capaz de trasmitir por sí sólo todas las emociones que somos capaces de sentir. En la piel de quien tenemos al lado, si queremos fijarnos en ella, encontraremos toda la vida, todas las experiencias, todas las heridas.... Así que sí, quiero trazar el mapa de tu geografía física, descubrir que escondes bajo ese manto que envuelve tu interior. Un interior al que quiero asomarme y del que estoy dispuesto a disfrutar. Mas para ello será necesario explorar cómo son los surcos que la vida ha ido dejando en la piel que protege esa parte interna que aspiro a recorrer. Mi piel, como la tuya, como la de los demás, está llena de carreteras trazadas por la vida que he vivido; continuos baches y repechos se descubren tras cada pliegue. La erosión de las vivencias, de los años, de los sentimientos, de los trabajos...ha ido moldeando una piel antes tersa en su totalidad hoy con muchos tramos plagados de hendiduras donde se ha ido acumulando mi historia vital. En el cerebro guardamos la memoria de los años recorridos, de la vida que hemos disfrutado, de todo cuando ha acontecido desde que llegamos al mundo. La piel, la piel ha estado ahí incluso desde antes. La piel comenzó su andadura en el mismo momento que comenzamos a formarnos... Así pues, quizá te animes a permitirme recorrer tu piel. Yo te permitiré recorrer la mía. El interior ya se sabe que es lo importante pero...¿acaso no es preciso explorar antes de penetrar?... La piel

MODELOS SOCIALES

Es posible que los problemas económicos que sacuden nuestro país no se solucionen de inmediato, no existen varitas mágicas que poder agitar para cambiar de un plumazo tanto desaguisado. En todo caso lo que sí se está produciendo es un cambio en la estructura social del país. Siempre que se produce un cambio de gobierno suelen llevarse a cabo políticas contrarias a las del periodo anterior pero ahora estamos en un punto mucho más trascendente. Además de la regresión en derechos sociales, que es notoria y manifiesta, está a punto de producirse un cambio mucho más dramático. En breve se alejará uno de los pilares del Estado de Derecho de la sociedad. La Justicia ya no será para todos, sino para la clase elitista que pueda permitirse pagarla. El aumento de las Tasas junto con los cambios que quiere acometer el ministro del ramo con el apoyo de su mayoría absoluta situará, en breve, a nuestro país a la cola de la equidad y de la igualdad. Cuando uno acude a votar, sobre todo si no va, en momentos tan delicados como los actuales, debe de ser consciente de que las mayorías absolutas pueden esconder extremos muy peligrosos que amenacen el statu quo alcanzado con anterioridad. Llevamos más de cinco reformas educativas desde la Transición, un tiempo en el que nuestro sistema educativo a vivido en una montaña rusa continua. Lo que hoy es pilar del Sistema Educativo llegan los siguientes y lo cambian. En esta época parece un poco trasnochado el hecho de que la religión pueda volver a tener un peso equivalente a las matemáticas en la Educación. Sea como sea cada año el informe PISA y cualquier otro que se ponga en liza, nos deja a la altura del betún. ¿por qué? Pues por que de la Educación han hecho área de proselitismo los políticos de uno y otro color. Con matices claros entre ellos. Una ideología nos acerca a la modernidad y otra nos retrotrae a un pasado...poco o nada glorioso. Si a la Justicia y a la Educación le sumamos la Sanidad, nos encontramos con que el cambio de modelo social está siendo mucho más profundo de lo que queremos creer. Pagaremos por la Justicia, pagaremos por la Educación y pagaremos por la Sanidad. Lo que hace apenas dos años parecía inverosímil será ahora más que probable porque a este Gobierno le ha salido el lado oscuro. Ese que hace de la necesidad virtud sólo para ellos y sus acólitos.

sábado, 8 de diciembre de 2012

LA CIUDAD DEL TIEMPO

Existe un lugar donde el tiempo parece detenerse tras cada esquina doblada. Una ciudad donde el tiempo es relativo, porque las certezas en la vida son patrimonio de los que viven sólo el pasado. He ido construyendo en mi cabeza un lugar fantástico en el que se pueden vivir todo tipo de aventuras. Una ciudad donde a cada desamor le sigue la ilusión por lo que está por llegar. Un buen lugar donde construir castillos de arena sin temor a que una ola los derribe. La ilusión es la mejor arquitecta de todo aquello que hoy nos parece inalcanzable. Las grandes obras han nacido primero en las cabezas pensantes de aquellos que las imaginaron primero, incluso cuando ellos ni siquiera las pudieron ver terminadas. Por ello en mi ciudad hay cabida para muchas cosas. Sobre todo para los sentimientos. Son los sentimientos y las emociones los verdaderos motores de mi vida; alguien que siempre ha sido impulsivo no podría vivir en otro lugar mejor que en aquel que un día ha soñado y que poco a poco ha ido construyendo con lo que ha ido viviendo. Quien tenga el interés en descubrir como son las calles y callejones de mi ciudad inventada, sólo tienen intentarlo. Salir de la suya propia y darse un garbeo por la que he ido creando. Seguro que habrá calles en las que los desconchados del pavimento necesiten una reparación urgente; en otras la luz será tenue porque las lámparas apenas dan para un leve titileo. Las plazas con más iluminación serán las próximas al corazón y el cerebro. Las primeras estarán sembradas de arenisca resbaladiza que hará difícil llegar al él. Nunca he sido el más ejemplar de los arquitectos en ese sentido. Las segundas, aquellas que se llenan de ideas son más fáciles de alcanzar y visitar, siempre y cuando quien las visite aporte algo a la obra. No quiero transeúntes impávidos, sino visitantes con ganas de integrarse y de integrar. La ciudad del tiempo, mi ciudad personal, se abre abigarrada para todos aquellos que teman traspasar la carretera por la cual se adentra en su interior; si llegas con la intención de quedarte, entonces te recibirá con el calor preciso y necesario como para que no quieras irte. La ciudad del Tiempo te invitará a recostarte en bancos desde los que observar cómo las emociones se acercan, te rodean y te hacen sentirte parte de ella. La ciudad del Tiempo te abrirá sus puertas de forma incondicional siempre y cuando decidas quedarte. Si decides salir y visitar otras confío en que su recuerdo te haga girar la cabeza de cuando en cuando y esbozar una sonrisa.

DICHO DE OTRO MODO

En los últimos tiempos venimos acostumbrando nuestros oídos a palabras nuevas que enmascaran las malas artes en el gobierno de las empresas públicas y privadas. Inundan los medios de comunicación con términos de vigencia efímera para que nos preocupemos de temas que no comprendemos la mayoría y que, en realidad, tratan de desviar la atención de lo realmente molar, de la desvergüenza que asola esta piel de toro. Dicen en una comunidad autónoma sita en el centro de la Nación que sus hospitales no se cierran ni dejan de ser públicos, sino que pasan a una mejor gestión que anticipa una mejor suerte. En todos los ámbitos se utilizan tecnicismos para engañar al contribuyente; un contribuyente que observa alelado el medio de comunicación de turno poniendo cara de no entender nada pero asintiendo: “debe de ser verdad si lo dice la tele”. Los nosocomios se desarrollaron desde los griegos como lugares donde atender a los enfermos, donde poder acudir a recibir unos cuidados médicos. Eran lugares donde al paciente se le trataba (dentro del orden social establecido) con los mejores medios del momento. Ahora quieren convertir aquellos en modernos lazaretos; hospitales a los que acudirá el vulgo a tratarse, con recortes drásticos que mermarán las atenciones para las que se ha luchado décadas en este y otros países. Para las clases altas, que siempre verán en la chusma el lugar a dónde arrojar sus miserias y sus ignorancias, quedarán los centros privados. Aquellos que puedan pagarse la sanidad la tendrán, los demás....no. No queremos darnos cuenta de la felonía que lleva a cabo la clase política; una traición al sistema público en beneficio de lo privado. Un eje vertebrador sobre el que quieren crear la sociedad del mañana. Una sociedad más clasista que nunca, mucho más cerca de los postulados del Antiguo Régimen que de la moderna sociedad post- industrial. España lleva camino de pasar de ser un lugar de fiesta, derroche y ladrillo a ser un lupanar en el que los ricos europeos se permitan repasar a todo aquel que se venda. Y todos tenemos precio (o casi). Nuestros jóvenes salen ahora de botellón, una borrachera de toda la vida pero vestida de modernidad. Y el origen de ella está en lo más antiguo del ser humano, en la socialización y no en los altos precios de las copas y demás, como nos quieren vender. Botellón hacen en Suiza y presumen de ser una sociedad sin problemas económicos. Ahora tenemos amigos con derecho a roce, o “folla-amigos”...toda la vida han existido. La promiscuidad la llevamos implícita en nuestro ADN. La fidelidad es, de hecho, algo reciente en la especie, algo más próximo a la influencia religiosa que a la verdadera necesidad del ser humano. Parece que ha pasado un lustro de la “prima de riesgo” y de “la presión de los mercados” , cuando hace menos de seis meses era un arma arrojadiza de unos y otros para alterar nuestro día a día y que dejásemos de ir al baño bajo la guillotina en forma de mercado que amenazaba con dejarnos sin papel con que limpiarnos el culo. Ahora que ya nos hemos cagado da igual si nos limpiamos o sino lo hacemos. Ellos van ganando por goleada. Nuestras tragaderas se han mostrado enormes; capaces de matar por que nos muevan un marco de una finca somos incapaces, sin embargo, de defender aquello por lo que algunos (no pocos) se dejaron la piel, cuando no la vida. Todos los sanitarios que se manifiestan en la defensa de una sanidad pública deberían estar respaldados por todos y cada uno de nosotros. Esa batalla, la suya, es también la nuestra. Una batalla que da sus últimos estertores en la búsqueda de la última bocanada de aire antes de perecer. Hay todavía alguna esperanza. Cambiar las cosas está en nuestras manos, aunque ahora no lo parezca. Empecemos por llamar a las cosas por su nombre y no dejemos que disfracen de siglas ilegibles lo que toda la vida ha sido robo, asalto, intimidación, desvergüenza y deslealtad. Una traición a todos los que lucharon un día por tener un mundo mejor.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

VISIONES

Pertenezco a una generación que creció en una sociedad que mantenía una dura disputa entre el pasado reciente y la modernidad que terminaría fagocitando aquel pasado casposo, hoy casi superado. Eran tiempos de televisión con rombos. Rombos que indicaban a los padres qué debían y no permitir ver a sus hijos, sin reparar en que aquellos imberbes tenían ojos para ver mucho más allá de lo que uno o dos rombos establecían como correctos. Alimentamos nuestra imaginación a partir de lo prohibido, siempre es lo que nos niegan lo primero que tratamos de buscar. Así las visiones que tenemos a lo largo de nuestra vida son las que nos hacen ir hacia un lado u otro. Las primeras tetas que recuerdo haber visto siendo consciente de las tetas formaban parte de mis fantasías, fueron las de dos amigas de mi madre. Unas “desvergonzadas” para la época que hacían topless en un pueblo de provincias. Aquellos melones de una y pequeños frutos de la otra entraron de pronto a ser objeto de culto en las tumultuosas noches de tiendas de campaña improvisadas bajo las mantas. Tras un constante peregrinar de estío a las orillas del río Miño llegó el otoño, y con el los cuellos altos. Eran tiempos duros, sin duda, donde sólo podías imaginar ya que ver...era difícil. Y eso que lo intentábamos, encaramándonos a muros, ventanas, balcones y otros lugares. Al final has de pasar al plan B. ¿Cual era el plan B? Asaltar por las bravas a alguna de las amigas y ver que sentías al tocar aquellas turgencias. Claro que la empresa no era fácil, por un lado el no saber muy bien qué ni cómo; por otro las represalias. Como quiera que nos adiestró alguno de nuestros mayores allá nos decidimos a la emboscada. Metiendo mano a la panadera, a la hija de éste, de aquel... tocando por tocar, pues las prisas para evitar el bofetón inmediato hacían que la visión que quedaba más tiempo en tu memoria fuera el dolor del manotazo. Aun y así...era una aventura casa diaria. Hoy lo mismo nos habrían acusado de acoso o algo así. Y que conste que era algo que no sólo hacían los chicos, pues recuerdo a chicas rodeando y tocando a alguno de los más “afortunados” que jugaba con nosotros. Otra de las visiones que seguramente guardamos en la memoria es la del primer cuerpo desnudo que vemos del otro sexo de forma buscada, premeditada, con todo el subidón del morbo de la primera vez. Como no podía ser de otro modo en alguien que se crió en un pueblo rodeado de amigos, la visión fue mancomunada. La afortunada una vecina que había llegado de Valencia ese mismo verano y que consideraban las lugareñas como “hippies” porque llevaban ropa...holgada. Esperamos casi dos horas con un calor del demonio tras un muro para ver cómo se duchaba. Fue como ver la luna con telescopio, una visión imborrable. Como también lo fue el ver la cara de su novio saltando el muro con una mala leche increíble. Eso sí...reír nos reímos mucho. Nos fuimos a casa y … cada uno con su propia tienda de campaña. Jamás aquella vecina volvió a ser observada con los mismos ojos. Durante mucho tiempo fue la utopía de algunos. Otra de esas visiones que se me han quedado grabadas el alguna estantería de mi memoria fue la de un vecino que siempre había sido ejemplo para todos, padre responsable, marido ejemplar y tenaz martilleador de la conciencia de su hijo y de la mía sobre cómo comportarnos con esto y con aquello. Pues bien, un día de verano su vástago y quien escribe bajaron a la ciudad al cine, en tren, como siempre que nuestros padres podían permitírselo o cuando habíamos ganado los suficiente recogiendo balones en el campo de fútbol. A la salida del cine, tras haber reído a carcajadas con “Loca academia de policía” paseábamos hasta la estación para tomar el tren de regreso cuando vimos el coche de su padre y, curiosos, fuimos a ver si lo veíamos. Era media tarde y el coche estaba próximo a uno de los puentes que cruza la ciudad. Y vimos al padre, bajo un arco, en una actitud nada correcta. Fue una visión que nunca olvidaremos. Entonces no sabíamos como llamar a los “chaperos”, en aquel entonces sólo sabíamos la palabra “maricón”...una visión en suma... Seguro que en mi vida hay más visiones, unas agradables, otras desagradables, alguna maravillosa, como cuando ves a tu hija por primera vez, etc. pero terminaría con una bastante reciente. Pasando por una playa nudista pensaba sobre mi disgusto por pasear a lo largo de la playa desnudo. Me gusta tomar el sol desnudo, incluso bañarme, pero caminar se me hace incómodo. El caso es que iba atribulado con estos pensamientos cuando vi, a lo lejos a una mujer que caminaba en sentido contrario. De lejos percibí que ella también llevaba la parte de abajo del bikini, caminando con otra amiga desnuda. Para mí pensé que no era el único y que había más que pensaban igual. A medida que nos acercábamos el bañador me parecía más rarito, pues no le veía los cordones laterales típicos, con los que sujetar dicha prenda. Ya más cerca mis ojos no pudieron dejar de mirar para aquel triángulo equilátero con más pelo que la cabeza de un mulato. No pude evitar sonreír, definitivamente el sentido del ridículo es tan personal como lo puede ser una mirada....

EL SENTIDO IMPERFECTO DE LAS COSAS

Desde que apenas nacemos nuestros padres, nuestros maestros, aquellos que se implican en nuestra formación como individuos se fajan en explicarnos cómo hacer las cosas bien. Nos indican el modo adecuado de hacer esto o lo otro. La búsqueda de la perfección hace que, a menudo, dejemos de percibir las maravillosas imperfecciones que nos rodean. El mundo no es perfecto, la naturaleza tampoco lo es, el sentido imperfecto de las cosas logra que tengamos un espejo en el que comparar lo que nosotros creemos que es correcto en contrapartida con otros modos, otras formas. Los cánones de belleza han ido cambiando con el paso de los siglos; describiendo, es su curso, amplios meandros que han estado muy próximos entre ellos. Lo que esta década es hortera y feo se antoja moderno y descarado en la siguiente. Con los valores morales pasa lo mismo. Ya no digamos con los sociales. La moralina, disfrazada de moral, es tan fluctuante como lo puede ser la bolsa, con picos y valles. El alejamiento o acercamiento a la moral que se establece en un lugar determinado hace que los que la siguen nos miren como personas cercanas a la perfección o como seres imperfectos que ellos deben moldear. Los valores sociales todavía son más cambiantes, pues se dejan influenciar por demasiadas corrientes. Si hasta hace poco tiempo sólo Cantinflas llevaba los pantalones en el fondo del culo, ahora son nuestros jóvenes quienes llevan la ropa así. Claro que no fue el ilustre mexicano quien lo puso en boga, sino los presos de cárceles de Estados Unidos, que cosas... En las relaciones personales aquello que a uno le parece correcto se convierte en insoportable para otro que lo ve desde una distancia similar. Nadie es racista hasta que una persona de otra etnia tiene la intención de entrar en su familia. Entonces, por poner un ejemplo, aquella belleza de ébano se convierte en un negro. Siempre he creído que en el amor los iguales terminan por repelerse, sin embargo también he comprobado que los polos opuestos casi siempre están destinados a ser eso...opuestos. Por más que el juego de la diferencia haga intenso el momento del encuentro. El equilibro, quizá, esté en ser capaces de advertir las imperfecciones de todo cuanto nos rodea y de quien tengamos a nuestro lado. Admitir que aquello que vemos imperfecto seguramente, desde el otro lado, no se vea así. Todos somos etnocentristas, creemos que lo nuestro es lo válido, lo real, la verdad...casi nunca existe una sola verdad. Todo lo que nos rodea está tallado con las imperfecciones necesarias para llegar a la perfección de algunas de las cosas que podemos disfrutar. Si somos capaces de valorar lo que tenemos...

lunes, 3 de diciembre de 2012

¿CUAL ES EL JUEGO?

¿ A qué estamos jugando? ¿Por qué permanecemos quietos cuando nos están cambiando el suelo sobre el que apoyamos nuestros pies? Acaso no somos capaces de percibir que la realidad que nos espera en el futuro próximo, a este paso, no va a ser menos angustiosa que la peor de las pesadillas. Nadie hace menos daño a quien pretende terminar con un Estado de Bienestar en el que nunca creyó, que aquel que vive en connivencia con ellos. El futuro que nos están robando nos pertenece por derecho, porque otros lo han luchado durante décadas; no podemos permanecer agazapados tras el matorral del miedo. Porque eso es lo que pretenden, acongojarnos y acojonarnos con la falacia de que lo que hacen es necesario para salvarnos de ellos mismos. La sociedad actúa como un soldado perdido en el campo de batalla que ansía el liderazgo de alguien que lo saque de donde está, que lo aleje del punto en el que se ha situado como blanco de todos. Es cierto que nos faltan líderes, alguien capaz de aglutinar las esperanzas y las energías de quienes vemos tras estas políticas económicas el desmantelamiento de todo aquello en lo que hemos creído y con lo que crecimos. La falta de esos iconos no puede dejarnos en casa, debemos manifestar por cualquier medio que no somos tontos; que no somos imbéciles maleables desde cualquier atalaya informativa manipulada por el poder. Las montañas las forman granos de arena que independientes apenas suponen nada pero que juntos son capaces de ensombrecer aquello que se proponen. Ya no está en juego nuestra generación, la realidad del ahora mismo, sino que jugamos con las próximas generaciones. Seres que creíamos serían totalmente dueños de sus vidas y que corren el riesgo de ver sesgadas sus expectativas de vida al tener que permanecer atadas a sus casa ante la imposibilidad de ver más allá del alfeizar de sus ventanas. Las mayorías absolutas mal empleadas terminan aniquilando las herencias de tiempos pretéritos, en los que lo bueno superó con mucho lo malo. Al otro lado del poder está...la nada. Necesitamos una oposición creíble, cercana a la sociedad; necesitamos un líder al que adherirnos con el fin de no terminar barriendo los restos de un país que un día fuimos y que, ahora, ya no conocemos. ¿Queremos jugar a este juego que nos han propuesto? Un juego con cartas marcadas en el que ellos ya se saben vencedores. Tenemos que obligar al poder a jugar en un tablero nuevo, donde la balanza esté en equilibrio. Busquemos contrapesos con los que contrarrestar el peso plomizo de quien detenta el poder...

sábado, 1 de diciembre de 2012

CUAL ES LA VERDAD

Muchas veces nos hemos encontrado en la tesitura siguiente: hablamos con alguien que nos dice que lo que nosotros le decimos no es cierto, que la verdad es la suya. Y nos enfrascamos en una discusión sin sentido cuyo único objetivo es imponer una verdad que siempre será relativa. A no se que lo que diga la otra parte sea manifiestamente mentira. Cuando uno ve las cosas que le suceden de un modo y el de al lado las ve de otro diferente, ¿quién tiene la razón? ¿cuál es la verdad? Hay quien sostiene que la verdad sólo tiene una cara; sin embargo yo creo que la verdad sólo nos parece verdadera cuando llena nuestros oídos con la realidad que esperamos que nos cuenten. La mentira tiene las patas cortas, dice el refranero español, sin embargo no es cierto. La historia del hombre está tallada con medias verdades. La verdadera realidad apenas es conocida por la persona que vive una situación. La segunda vez que narra lo acontecido comienza a incorporar a su discurso nuevas situaciones que, tal vez, no se dieron. Y no se trata de que se inventen cosas a propósito, sino que tendemos a adornar aquello que nos agrada y a minimizar lo que nos puede parecer poco importante. Muchas veces sucede que quedas con alguien parar tomarte un café y no llegas. Seguro que tú tienes tus motivos, razones que te han impedido acudir a la cita. Explicas a la otra parte lo sucedido pero, por norma general, desconfiará de lo que tú le digas porque su realidad, su verdad, es que estuvo esperando. Da igual si es verdad o mentira lo que te ha impedido estar, la otra parte habrá puesto para entonces una pátina de falsedad a tu discurso porque, de lo contrario implicaría asumir que se cometió un error al juzgarnos previamente. Al final de una larga y oscura noche siempre aguarda el alba, esta es una verdad impepinable, sin embargo...no comienza el alba para todos al mismo tiempo. Así, la percepción de la verdad de unos y otros no casa. Sería bueno admitir, al menos en principio, los razonamientos de la otra parte como válidos, dado que lo contrario sería pretencioso. Y si no nos gusta estar con ese amigo, novia, o persona conocida...no hacerlo. Pero no juzgar las cosas que pasen a terceros según nuestra propia óptica, al menos a priori.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

...Y MIRARTE A LOS OJOS

Uno de estos días quisiera poder despertar a tu lado, sintiendo el calor de tu cuerpo contra el mío; quiero ver cómo te despiertas, cómo es el primer parpadeo de los ojos que al acostarse dejaron de mirarme. Quisiera hablarte al oído, sin levantar la voz, para decirte todas las cosas que deseo comunicarte; me encantaría ser capaz de hacerte reír a carcajadas y también envolverte con la ternura que siento si pienso en ti. Deseo recorrer con mis manos tu espalda, tus piernas, tus nalgas, recorrer con la yema de mis dedos tus pechos vacilantes, acariciar levemente tu abdomen y aferrar tu cuerpo contra el mío. Quiero estar dentro y fuera de ti; quiero sentir y hacerte sentir; quiero mirarte a los ojos y que mirándome, comprendas que todo tiene sentido: la vida, el sueño, tú, yo....

TU SOLA PRESENCIA

Es posible que no necesite nada más, quizá sea tu sola presencia lo que me haga sentirme mejor persona. La vida, esta que me ha tocado vivir pues no conozco otra, ha sido un constante ir y venir de emociones. Muchas trufadas de experiencias que creía improbables. Los sentimientos nos hacen ser lo que somos, en la medida en que interfieren en nuestras capacidades. Uno puede tener una gran formación académica, profesional, o de otro tipo; cuando las emociones invaden ese espacio todo sufre alteraciones. Algunas capacidades merman, otras se hacen poderosas... Cuando has estado cerca has logrado que me sintiese cómodo, cuando te has alejado has introducido en mi vida la incertidumbre. Gracias a ella he logrado aproximarme más a ti algunas veces, otras me he situado en tus antípodas. Siempre he dudado de tu existencia, sigo dudando. Sin embargo hay muchas cosas que todavía no soy capaz de explicar y que, por ello, te otorgan a ti el beneficio de la duda. Cuando la pérdida, la que sea, está todavía latente es cuando más lejos te encuentro, en esos momentos tu presencia se me antoja imposible. Porque si fuese posible tal vez las cosas habrían sido de otro modo. Muchos días he reflexionado sobre la conveniencia de que existas; tengo la certeza de que has servido a muchos para rellenar los espacios vacíos que existen en sus vidas. Nietzsche sostenía que de no existir habría que inventarte. También mantenía que te habríamos creado a nuestra imagen y semejanza...no podría ser de otro modo. Todos cuantos han hecho de ti fundamentalismo sólo han logrado aflicción, horror, tristeza... los que, al contrario, han tratado de explicarte sin hacer proselitismo de ello han sido tachados de locos aberrantes. Uno, en realidad, no sabe a qué quedarse. Yo, personalmente, tengo tendencia a creer aquello que veo, a simpatizar con aquello en lo que creo y a rechazar lo alegórico como verdad. De pequeño me enseñaron que tú existías, que no había duda sobre ello, con el tiempo (no me hizo falta mucho) las dudas me asaltaron y no encontré respuesta a aquellas preguntas. Ello, no me ha privado de sentir que cuando estás, me haces sentir mejor. Las contradicciones del hoy quizá sean las verdades del mañana, qué se yo. En todo caso la reflexión siempre ayuda a esclarecer las cosas.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Muertas en vida, muertas al fin y al cabo

Hoy se celebra el día contra la violencia hacia las mujeres, un día en el que todos los estamentos sociales y políticos ponen de manifiesto su repulsa ante algo que está imbricado en la propia sociedad. La violencia machista está, lamentablemente, tan dentro de la sociedad que resulta difícil luchar contra ella si lo que se hace es ejercer medidas contra los resultados de esa violencia. Quien maltrata sabe que se arriesga a una pena de cárcel, al rechazo social, etc. Las víctimas que perecen en estos actos pasan a ser meros números en una estadística global y dolor en las entrañas de las familias que sufren las pérdidas. No hay una varita mágica que solucione esta terrible lacra sin embargo, en mi opinión, las cosas mejorarían mucho si incidimos desde la mas tierna infancia en la formación de nuestros hijos de acuerdo con una idea que hoy tenemos de la igualdad absoluta entre ambos sexos, respetando los matices que nos caracterizan y haciendo de la diferencia el conocimiento del otro. Muchas son las personas, sobre todo mujeres, que sufren malos tratos; la gran mayoría, afortunadamente para ellas, no perecerán sin embargo un porcentaje muy elevado se podrían considerar muertas en vida, muertas al fin y al cabo. Personalidades difuminadas ante el sometimiento mordaz de sus parejas, vejadas psicológicamente hasta trasladarlas a las penumbras de la personalidad, allí donde es difícil ver el sol entre tanta niebla. ¿Qué hacer entonces? Básicamente estar alerta, no ser sujetos pasivos ante las actitudes descarnadas de quienes se jactan públicamente de ser buenas personas cuando en privado no son más que perros ladrando continuamente. Si tenemos el oído fino, si además de mirar vemos qué sucede a nuestro alrededor, seguramente descubriremos muchos casos de malos tratos, de conductas inapropiadas para con nuestros menores que pueden derivar en el futuro en trastornos de la personalidad. Los malos tratos buscan convertir al otro en un esclavo, en un muñeco de pim pam pum, donde golpear día tras día las rabias internas de quienes agreden. Como sociedad tenemos la obligación de eliminar esta lacra con todos los medios de los que disponemos. El mejor, sin duda, es la educación. Necesitamos formar a nuestros hijos de modo tal que nunca se acerquen al abismo del maltrato.

Soñaré contigo

Me gusta cerrar los ojos y dejarme llevar por las sensaciones que me transmite el hecho de haber estado cerca de ti. Quiero dejarme arrastrar por los sentimientos que pueden llegar a florecer en mi interior. La vida no es más que un ciclo efímero si lo comparamos con todo cuanto nos rodea. Por ello nada como vivir con intensidad cada día. Las caricias, los besos, las conversaciones en el bar, las charlas de salón, los paseos en compañía...todo aporta en el haber. Las relaciones se forjan cada día, y cada día también se someten a las tensiones del momento. Soñaré contigo cuando me vaya a mi lugar de reposo y fije en mis recuerdos casa instante vivido a tu lado. Tengo guardado para ti un hueco inmenso en mi corazón y voy fijando en mi cabeza las sonrisas, las palabras, las miradas... Quizá nunca consiga estar donde, en realidad, quiero estar. Soñaré contigo mientras tanto.

Las fronteras de la mente

En la historia de la humanidad está la búsqueda permanente de las fronteras de la mente. Lugares donde quizá termine el inmenso potencial del que estamos dotados, aunque muchos prescindan de su utilización. La mente es lo que somos, el cerebro nos lleva a encaminar nuestras vidas hacia un lado o a hacia otro. Los románticos queremos creer que el corazón quizá pueda con la masa gris en el dominio de nuestra vida, sin embargo, la realidad nos indica que es nuestro cerebro quien nos guía. Sin embargo es muy probable que se vea alterado por los convulsos latidos del corazón desbocado del alma enamorada. ¿dónde situar las fronteras de la mente? Difícil respuesta para alguien que apenas sí sabe nada del funcionamiento complejo de la máquina más perfecta creada por la naturaleza. Tal vez el límite sólo esté en nuestra infinita capacidad de aprendizaje, tan sólo mermado por la naturaleza conformista de muchos. Hemos escuchado muchas veces que nuestro cerebro es una esponja, que primero se enriquece de casi todo (cuando somos niños) y que más adelante sólo responde cuando nuestras inquietudes nos empujan al encuentro con el conocimiento y a la búsqueda de respuestas a las necesidades encontradas. Hay mentes cuyo límite se encuentra al otro lado de los párpados, y no por falta de capacidades mentales, sino porque los primeros árboles no les dejan ver el resto del campo. El hombre más peligroso casi nunca es el que utiliza la mente sino aquel que, disponiendo de ella, no la usa porque ello implica responsabilidad. Y la responsabilidad todos sabemos que sólo es patrimonio de quien confía en si mismo. Así pues sería bueno animar a los que vienen detrás a que inicien desde muy pronto la búsqueda de respuestas a esas preguntas tan manidas: ¿qué, cómo, dónde..? si ellos son capaces, desde muy pronto, de cuestionarse todo cuanto les rodea tal vez un día nos enseñen los límites de la mente humana. Tenemos infinitas capacidad cognitivas, algunas todavía por descubrir..ánimo en la búsqueda.

Los bancos, el dinero, los ladrones...políticos

Hubo un día en el que, sin pretenderlo, nos dimos cuenta de que en los bancos ya no había dinero porque se lo habían llevado los ladrones. Unos ladrones que dirigían los bancos que nos daban hipotecas que más tarde convertían en embargos con los que quedarse con nuestras casas. Es obvio que no todos los ladrones trabajan en los bancos, ni que todos los bancos sean ladrones; tampoco tengo del todo claro que en sus cajas se encuentre nuestro dinero. Con la banca todo lo que parece blanco es negro una vez lees la letra pequeña. Con el dinero que vamos a aportar todos los españoles en la próxima década vamos a salvar en breve a las entidades que se han llevado lo que era nuestro. Esto habla bastante mal de nosotros mismos. Les vamos a pagar por haberse llevado nuestro dinero, lo que no deja de ser un ejercicio de idiotez supina. Eso sí, como “no nos vamos a enterar” pues... que sigan mangoneándonos como hasta ahora. Hoy nos enteramos, para más inri, de que la Comunidad Europea va a obligar a esos bancos a liberarse de casi 8000 empleados, con lo cual la ecuación ya les va a salir redonda. Ya no sólo salvaremos sus entidades, sino que les liberamos de la carga de nóminas que, ahora, pasaremos a pagar, otra vez, todos en las oficinas del INEM. Si es que somos tontos. Para rematar ya esta operación falaz están los políticos que hemos elegido en nuestro país no hace mucho. Personajes capaces de vender su ropa interior a Europa con tal de que les den el dinero suficiente como para mantener en sus asientos a los banqueros que, tal vez, les colocaron en la parte de arriba de las listas electorales de sus partidos. La política y la banca siempre se han llevado bien. Unos y otros se han cubierto sus desmanes con un sólo objetivo: vivir bien a consta de la sociedad. Cabría pensar entonces que la sociedad en la que estamos es tonta...pues sí, y de remate. Todo cuanto sucede a nuestro alrededor ocurre con nuestra connivencia, y cuando algunos, pocos, salen a protestar por las injusticias que se comenten el resto mira desde la barrera; pero no como cuando van a ver a un matador experto, sino cuando ven al mono torero. ¿Soluciones? La hoguera tal vez.

domingo, 18 de noviembre de 2012

LOS OJOS DE UNA MADRE

Si uno quiere saber descubrir como puede ser el mundo debería mirar mucho a los ojos de su madre. Estos no reflejan, seguramente, la verdad pero sí la realidad más próxima. Una madre siempre buscará con sus palabras que su familia se sienta reconfortada por su presencia. La tranquilidad que quiere provocar no impide que una mirada profunda a sus ojos no nos muestre la verdadera realidad. Los ojos de una madre encierran el afecto, la ternura, la comprensión, el amor, el sentido común... también la seguridad de que difícilmente te van a engañar. Las madres son, en el sentido literal, las anclas que sujetan el mundo, nuestro mundo, cuando este se tambalea. Da igual si tu relación es buena o mala con ellas; al final del camino, cuando los mundos se separan para siempre, terminas añorando incluso las miradas inquisidoras. En los ojos de una madre uno puede aprender que el mundo casi nunca es justo con los merecedores de justicia; puede uno atisbar que afecto significa mucho más que una caricia, implica (normalmente) la abnegación por los demás. Incluso en los malos momentos, en aquellos donde la tristeza provoca lágrimas en esos ojos que tan frecuentemente miramos, encontramos un rayo de esperanza a todas nuestras aflicciones. Sí, es cierto, algunas veces de esos ojos pueden salir rayos más destructivos que un láser. La mirada de una madre puede destruir la vida de un hijo, arruinar la capacidad de quienes no tienen la suficiente capacidad como para separarse del yugo materno que, queriendo o sin querer, somete algunas voluntades. Sin embargo por cada caso así hay cientos de miles que encierran en la mirada cuantos asideros precisemos para salir de cualquier atolladero que nos hubiésemos metido. Dice mi madre, supongo que más de una lo hará, que: “madre no hay más que una”. Muchas veces le respondo que: “Menos mal, dos como tú no las soportaría el mundo”. Sabe que se lo digo desde el cariño, que nuestra relación (dura y muy áspera en ocasiones) está marcada por el amor que le tengo, que lleva implícito el afán por buscar que se cuide, se mime, disfrute... si bien ella no está por la labor. A pesar de los defectos que le encuentro, a pesar de nuestras discusiones, a pesar de nuestros desencuentros, a pesar de todo ello...en sus ojos (que no en sus palabras) siempre he logrado encontrar ese asidero...

LA DUDA

La duda puede ser todo y nada; el inicio de un camino o la detención de un viaje. Desde el punto de vista del indeciso la duda suele provocar una detención momentánea previa a la parada definitiva. Para el buscador de respuestas la duda será el acicate que le empuje a la investigación, a la búsqueda de la verdad que necesite encontrar. Quién no ha tenido dudas en la vida, quién no se ha detenido antes de doblar una esquina con miles de preguntas en la cabeza sobre la conveniencia de doblarla o no. Somos seres incompletos que vamos implementando soluciones al puzzle que conforma nuestra vida. La resolución de las dudas nos ha hecho llegar a dónde estamos. Pero suele ser la duda sentimental la que nos quita más tiempo, la que nos roba horas de sueño, la que mueve los cimientos de nuestra existencia hasta llevarnos a ese punto cercano al límite de la razón; donde la racionalidad y el sentimentalismo rivalizan. La duda del amor aflige a quien la sufre; nada más duro que el debate interno entre el querer y el amar; entre el deseo y la costumbre... La duda existencial nos provoca incertidumbres, la ausencia de plausibilidad antes las preguntas sobre lo eterno logra que abramos nuestra mente a otras posibilidades mucho menos burdas y más tangibles. También es culpable esta duda de las creencias, la marea de creyentes de diferentes religiones que llena las iglesias, mezquitas y demás centros de culto, están en buena parte relacionadas con la incapacidad para resolver por si mismos dudas existenciales. La religión suele ser un lugar común donde aparcar la razón. He dudado muchas veces a lo largo de mi existencia, de personas, de hechos, de razonamientos, de mis propios ojos, de mis propios sentidos. Creo que no dudar de nada es peligroso, la creencia absoluta está alejada de la búsqueda de conocimiento. Las verdades son siempre relativas, y si hoy no lo son, lo serán en el futuro más inmediato. La duda...

viernes, 16 de noviembre de 2012

VIVIR O EL DEBER DE HACERLO

Siempre he pensado que la vida es para ser vivida. Ahora también creo que tenemos la obligación de hacerlo. Un momento antes de escribir escuchaba una entrevista a José Luis Sampedro en el que reflexionaba sobre muchas cosas, la vida una de ellas. Creo que la sociedad de hoy, tan moderna, tan avanzada e industrializada se está perdiendo muchos de sus recursos en la medida en que arrincona a sus mayores en lugar de escucharles. Convivimos en una sociedad cuyos valores se difuminan entre wathsapp, sms y otros inventos modernos tan necesarios y efectivos como vacíos en la gran mayoría de ocasiones. Tenemos la obligación de vivir como seres pensantes, buscando continuamente la libertad de pensamiento, la única que nos hará realmente libres. Nuestra mente está capacitada para reconocer como propias las reflexiones de otros, mas su verdadero valor reside en su capacidad para pensar por si misma. Vivir conscientes de que estamos vivos no suele ser común; vivimos de forma autómata, actuamos de manera servil y guiada gran parte del tiempo que estamos despiertos. Convendría educar a nuestros hijos en el pensamiento de que todo es susceptible de ser cambiado a medida que ellos crezcan y se desarrollen. Vivir es una experiencia total, en la que entran en juego todos nuestros sentidos. En nuestras manos está el poder sentir cada segundo como si fuese el último. Hay quien gusta de caminar por los senderos de su existencia como un autómata que espera las órdenes oportunas para saber qué decidir al minuto siguiente. Generalmente, quien así actúa, es incapaz de darse cuenta de que su vida terminó en cuando asomó la cabeza a este modo de vida.

CORAZAS

Cuando tratamos de acercarnos a quienes nos interesan descubrimos que, en ocasiones, alrededor existe una coraza que impide que podamos acerarnos. No son más que actos reflejos condicionados por tiempos pretéritos en los que las cicatrices que esconde ese armazón se fueron labrando a fuego en la piel, en el alma. No existe una llave mágica que nos dé acceso a la ventana que da a su corazón. Tan sólo llevamos en nuestra cartera las herramientas que sirven para moldear el material de su caparazón de manera tal que nos permitan entrar y cerrar por dentro. Las experiencias que vamos acumulando a lo largo de nuestra existencia son las que perfilan los surcos de nuestra piel. Tajos que, en ocasiones, supuran constantemente. Nadie continua con la coraza adosada a sí mismo más allá de la batalla que mantenemos con nuestros miedos. Finalmente la dejamos colgada en la percha del olvido en cuanto el corazón late con esa fuerza, de la que es capaz, que rompe cualquier barrera por fuerte que sea.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

RECUERDO

Nuestra vida está jalonada de recuerdos, nuestra mente alberga estanterías en las que vamos depositando las experiencias de nuestras vidas. Sin esos recuerdos nuestro presente sería anodino. La comparación, siempre inevitable, nos sirve para hacer que crezcamos en nuestro desarrollo personal. La vida avanza, el futuro está por escribir mas es el recuerdo el que nos permite, de cuando en cuando, saber qué fuimos y cómo. Como todos, mi vida está llena de esos momentos que de cuando en cuando rememoro, instantes (felices e infelices) que me hacen sentir que ha vivido y, por lo tanto soy. Los malos, esos que siempre socavan tu felicidad con pequeñas dosis de angustia no tendrán cabida ahora. Es el momento de os otros recuerdos, aquellos que han supuesto diferentes puntos de inflexión en la vida de quien escribe. Recuerdo aquel primer sueldo cobrado, aquel instante de libertad económica en el que me sentí el más poderoso de los hombrecillos de 18 años. Ver que eres capaz de conseguir aportar a tu casa algo más que gastos y sonrisas, hace que hinches el pecho hasta cotas difícilmente igualables. Recuerdo el día en que, por primera vez, fui consciente de que amar era perder la razón. El amor tiene algo mágico, algo tan intenso que nos hace adictos de él. La pasión, el deseo, el ardor...todo cuanto lo rodea descalabra el orden interno que llevas dentro y hace de uno un flan. Recuerdo momentos en lugares perdidos en medio de España donde la confluencia de diferentes personalidades dio paso a la racionalidad de amistades imperecederas. Aparcamientos cazurros en los que se fraguaron complicidades, ilusiones, ganas y deseos. Miradas furtivas en medio de otros que ni siquiera se dan cuenta; palabras cercanas con personas un día lejanas. Sueños de verano en medio del invierno; primaveras de otoño. Es posible que la vida sea sólo un tren que recorre nuestra existencia, quizá en algún que otro andén hube de encontrarme con la otra mitad de mi vida, tal vez en algún avión salió más de un sueño.. Recuerdo sentirme un privilegiado observando la naturaleza excelsa que me rodeaba, montañas plegadas en los albores del mundo; verdes, azules, amarillos, rojos, grises...toda la escala de colores que la naturaleza, caprichosa, quiere o ha querido hacer. Recuerdo la alegría que uno siente cuando supera los malos momentos, cuando deja atrás la angustia, la desazón, el desatino...las malas experiencias me han servido para apreciar las buenas. Como no recordar ese instante en el que descubres que eres padre, que te conviertes en responsable de toda una vida. Porque...uno es padre hasta que se muere; del mismo modo en que somos hijos, si bien es mucho más fácil olvidarnos de ser hijos. Los recuerdos que vamos acumulando son, en definitiva, lo que somos. Uno no puede recordar lo que pudo ser porque no lo ha vivido, sólo deseado. ¿Qué sucede cuando tenemos la posibilidad de reencontrarnos con un recuerdo y revivirlo? Que lo mejor que podemos hacer es afrontar el presente sin tener presente el pasado para poder acumular un nuevo recuerdo futuro sobre una nueva realidad. Nadie se repite dos veces, nadie es el mismo tras el paso del tiempo... Si recuerdo es porque todavía vivo, así que nada mejor que seguir haciéndolo.

viernes, 9 de noviembre de 2012

AL DOBLAR LA ESQUINA...

Te estaré esperando, dispuesto a encontrarme de nuevo contigo para volver a sentirte, para volver a despertarme con la sensación nerviosa de que algo bueno está ocurriendo en mi corazón. Quiero encontrarme contigo amor y hacer camino de nuevo juntos. Quiero para mí la interminable sensación de placer que supone estar inundado por ti. Tu, amor que tantos quebraderos de cabeza eres capaz de producir, a ti he echado de menos todo este tiempo. Espero que en tu camino vuelvas a toparte conmigo, ya sea en esta esquina o en otra...allí te esperaré. Al doblar la esquina, cualquier esquina, la vida nos puede deparar una agradable sorpresa con la que provocar nuestra mejor sonrisa; también tiene la capacidad de acongojarnos con los apretones que sólo ella puede enseñarnos. La vida se sucede tras cada esquina que sorteamos en el devenir de nuestra existencia. Quizá sea a ti, mala suerte, a quien encuentre al doblar la esquina negra que todos debemos franquear en algún momento, si es a ti a quien me encuentro trataré de mostrarte mi lado más amable, aquel que te indique el camino de salida. La mala suerte puede ser nuestra amiga si sabemos hasta dónde puede hacernos daño y hasta dónde no. La casualidad es sólo fruto del desconocimiento de la causalidad. Nada ocurre porque sí, y si así fuere, seguro que tendría una explicación. La mala suerte nos acompañará en tanto en cuanto no seamos conscientes de su existencia; una vez la has mirado a los ojos y aprendes a identificarla, su presencia se hace menos imponente, hasta el punto de hacerla a un lado. Las esquinas son importantes lugares donde guarecerse del frío que recorre, en ocasiones, los pasillos de nuestra alma (si es que existe ésta); refugiarnos en ella nos permite recuperar el aliento y afrontar el resto del camino sin la angustia del frío que solapa nuestros pensamientos positivos. Las esquinas son lugares gratos cuando trenzan una suerte de laberinto por el que poder escapar de todo lo malo que nos acecha. Al doblar la esquina mírame...estaré observándote, disfrutando de cada paso que das hacia mí. No temas acercarte, tan sólo busco que mis ojos se topen con los tuyos; que mis sueños confluyan en los tuyos; que nuestras vidas recorran lo que reste del camino en compañía....

lunes, 5 de noviembre de 2012

LABERINTOS

La vida es un laberinto lleno de puertas falsas; puertas que traspasamos continuamente sin tener la menor idea de hacia dónde nos llevarán. Quizá uno no quiera salir de este intrincado camino, a fin de cuentas no tengo muy claro cual es el objetivo. Si conozco su final, todos lo conocemos. A la vida sólo le sigue la muerte...o no. Nos pasamos la vida entrando y saliendo de laberintos. El laberinto del amor nos lleva muchas veces por derroteros de difícil explicación, aunque hay quienes escogen un solo camino y no salen por ninguna puerta falsa, o bien tomaron la equivocada y se ven incapaces de rectificar y volver atrás. La política, la economía, la crisis que vivimos...todo forma parte de diferentes laberintos que se entrecruzan de forma tal que parece que seamos incapaces de ver más allá del seto que nos rodea. Se necesitaría una perspectiva global, desde el aire para encontrar la salida adecuada. Puedes pasarte la vida siguiendo a otros, tropezando en sus mismas piedras, con la cabeza gacha y la boca cerrada. O puedes salirte de la senda e intentar cambiar de laberinto y hacer camino en el tuyo propio. Pretender salir de él sin entrar en otro es sólo un ejercicio de ensoñación casi mística. Algunos no son capaces de salir jamás de su universo particular, han dejado medrar tanto el seto que no son capaces de alcanzar a ver más allá o, si lo hacen, prefieren enrocarse a dar muestras de necesitar ayuda. La vida es un laberinto demasiado abrupto como para afrontarlo en soledad. Todo lo más alejarse un poco, husmear y regresar. Somos seres sociales que avanzaremos siempre que tengamos en cuenta la opinión de los demás, tanto en sentido positivo como negativo. De nada sirve ir dejando un rastro para volver atrás. El inexorable paso del tiempo pule de tal manera las aristas a las que creíamos poder agarrarnos que, con el tiempo, sólo podremos recordar dónde las habíamos dejado...y no todas. Hay, por el contrario, laberintos de los que sí se puede salir. Son los laberintos sociales, esos que casi nadie quiere percibir pero que están ahí desde siempre: el alcohol, las drogas...

TIEMPOS PLEGADOS

Durante largo tiempo el ser humano ha soñado, elucubrado e incluso desarrollado diversas tesis sobre la posibilidad de doblar el espacio tiempo. La búsqueda de atajos entre el punto A y el punto B en el tiempo ha sido y será uno de los mayores desafíos científicos. Tener un déjà vu es algo que nos ha sucedido a muchos en nuestra existencia, tener la sensación de que hemos vivido en el pasado una situación que es realmente nueva para nosotros siempre nos ha creado cierta desazón. En nuestra vida diaria queremos doblar el tiempo, atajar para alcanzar aquello que nos hemos propuesto como tarea de vida sin tener en cuenta que todo tiene un proceso de maduración. Muchas veces las experiencias vividas nos hacen alimentar la sensación de que ya nada es nuevo, que todo lo hemos vivido y que, por tanto, tenemos argumentos para enfrentarnos a ello. Sin embargo nunca repetiremos la misma experiencia por más que nosotros nos prestemos a decir aquello de: “yo ya pasé por esto”. Quienes han sido padres saben que nunca el nacimiento de un hijo es igual al anterior, así como que las vicisitudes que uno vive cuando se enamora la primera vez no son iguales a las de la última. Es posible que no encontremos un atajo en el tiempo, una senda que nos permita prescindir del tiempo intermedio que va desde el deseo hasta la consecución del mismo. Hoy día, en un momento en que todo es “ya”, parece casi imposible no creer en que alguien descubrirá pronto cómo se ha de plegar el tiempo para conseguir de manera rápida lo que nos pudiese llevar años. Creo, sin embargo, que la vida es para disfrutarla a lo largo y ancho, que no debemos buscar atajos. Todo aquello que experimentamos como personas nos va haciendo lo que somos al final de nuestras vidas. Nunca el tiempo es perdido, todo aporta, incluso las malas vivencias. El aprendizaje es inherente al ser humano. Dicen que todo tiene un final, lo que nadie puede aventurar es cómo será. A no ser, claro está, que tu final lo dicte otro... en todo caso no intentemos plegar el tiempo, dejemos que las cosas vayan a su ritmo...

domingo, 28 de octubre de 2012

La justicia de las leyes injustas

Los desahucios van en aumento, las consecuencias de la crisis que nos envuelve desde hace unos años, arrastra por el tobogán de la angustia y la desesperación a casi 500 personas cada día. Gentes que confiaron en la palabra interesada de banqueros sin escrúpulos que les vendieron la posibilidad de comprar el mundo con papel mojado. Las Leyes, como casi siempre, están del lado de ellos, de los que se benefician de la bajada de pantalones de los políticos; a quienes tienen atrapados por créditos infames. La banca, en connivencia con todas las administraciones públicas permitió que este país viviese muy por encima de sus posibilidades. Sabían, porque eran conocedores de ello, que jamás se pillarían las manos, todo lo más algún que otro escándalo para acallar a la opinión pública. Al final seríamos nosotros, todos nosotros, quienes tendríamos que arreglar su desaguisado. La Ley de desahucios es de 1909, y seguimos infligiendo un castigo atroz a quienes son víctimas, arrastrándolos de sus casas porque un día se dejaron llevar por la mano en la espalda de quienes ahora los empujan al cadalso financiero. Parece difícil entender como una sociedad del siglo XXI se somete a leyes que fueron aprobadas a comienzos del XX. En este caso no se puede echar la culpa a la justicia, que se ve atada de pies y manos por una ley inflexible que ha de aplicar bajo la presión de fiscales y abogados. El problema es del legislador, del Gobierno. Un Gobierno que puede hacer mucho por derogar o modificar dicha ley y hacer mucho más humano un proceso ya proceloso en las formas. La posibilidad de entregar nuestra vivienda hipotecada y cancelar así la deuda no se fija en el Congreso porque los partidos políticos adeudan demasiado dinero a la banca; y esta no tiene reparo alguno en apretar el nudo para que el legislador vaya por otros derroteros. La aplicación de injusta de las leyes se produce cuando el perjuicio que se causa a quien ha cometido una falta o delito, va más allá de la reposición de un bien económico. El daño moral y psicológico que resulta de la aplicación estricta de dicha ley hace que el Estado se haga también cargo de los gastos sanitarios que resultan de las crisis de ansiedad, nervios, etc. Así, los únicos que se van de rositas son aquellos que iniciaron el proceso, los bancos. En los próximos meses los medios de comunicación se irán haciendo eco de los diferentes casos de desahucio, de los suicidios que resulten de este problema y demás. Pero no creo que ningún medio de comunicación permanezca estoico defendiendo al ciudadano de los desmanes de los bancos. El poder económico y financiero, ese que coloca a los políticos donde les gusta, se encargará con maniobras soterradas o públicas de sembrar la opinión publicada de falacias sobre la libertad del cliente para solicitar uno u otro crédito. La inducción a comprar pisos todavía no es delito. ¿Cómo se combate esto? ¿cómo se puede modificar? Desde luego con presión social, elevando al congreso el número suficiente de firmas como para hacer comprender a los políticos que ellos también pueden ser víctimas, incluso de sí mismas. No se trata sólo de protestar delante de cada casa desahuciada, sino de postularse claramente del lado de la acera que es necesario. La pena es que este es un país donde las protestas sociales se llevan a otros campos ideológicos que terminan por hacer perder el interés de buena parte de la ciudadanía por más que se jueguen mucho en ello.

sábado, 27 de octubre de 2012

¿Hacia dónde caminar?

El mundo de hoy está lleno de incertidumbres, quizá siempre lo ha estado, y no es sencillo pararse en un cruce de caminos y decidir cuál tomar. La situación socio-económica está arrastrando a muchas personas a una situación de total desamparo. Cada día crece el desarraigo de las nuevas generaciones para con un país que no sabe cómo va a acogerlos en el inmediato presente. El pensamiento político, soterrado durante largos años, no termina de despegar. Las ideologías públicas no se corresponden con las privadas. Los que protestan y pueden cambiar las cosas luego no votan o, simplemente, mantienen una pose. El dejar hacer nos está llevando a una situación desesperada. Esto no es nuevo, parece algo atávico en el intrincado pensamiento patrio. Aguantamos a políticos corruptos, soportamos las leyes que nos imponen para salvaguardar los intereses de los propios legisladores, avanzamos como podemos por un laberinto angosto donde el cenagal económico amenaza con tragarnos a todos. Al final, como hemos hecho siempre y es tradición aquí, reventaremos y se armará la de Dios es Cristo. Para alguien que se plantee su futuro aquí no es fácil decidir el camino a tomar; optar por la emigración parece hoy día una opción más que plausible. Quienes se decanten por continuar formándose pueden terminar en el pozo de las mentiras, ese que se ha ido llenando de falsas promesas de futuro para quienes hacían de la formación un pilar básico. La formación, siendo necesaria quizá habría que replanteársela en los términos que ahora mismo están en boga. De qué sirve tener dos carreras y un máster si el empresario de turno sólo te va a contratar de becario para después despedirte... Creo en mi país, en la capacidad de sus gentes para salir de esta situación. Sin embargo percibo que nos hemos acostumbrado mal. En los últimos 25 años nos hemos acomodado, nos creímos en la cima de un mundo que se tornó irreal; ahora nos cuesta reconocer que no sólo nos equivocamos al elegir al político equivocado, sino que seguimos permitiendo cualquier desmán si con ello nos podemos beneficiar. La ampliación constante de la Unión Europea, en mi opinión, contribuye de forma exponencial a la deriva constante de economías que se ven infladas con subvenciones para no producir, con el riesgo latente del abuso... Por un lado nos dan para que durante estos años reformásemos nuestra economía y por otro lado ahora pretenden que renunciemos al jamón en favor del pan duro. En los próximos meses, incluso años, el mercado laboral dejará en la calle a una generación entera. Una multitud de personas que frisan hoy los cincuenta años se darán de bruces con una nueva realidad. Una verdad manifiesta que sustituye a personas cualificadas y con experiencia, pero caros, por imberbes jóvenes con mucha formación y nula experiencia. ¿hacia dónde van a caminar estos parados? No se sabe, aunque para muchos su futuro quizá se encuentre en la consulta de algún psiquiatra. Un viejo refrán dice que: “El que quiera truchas, se debe de mojar los pies” y eso es lo que tendremos que hacer. Queremos caminar, no sabemos hacia donde pero debemos iniciar camino...

Tu olor, tu sabor, tu recuerdo

Muchas veces me quedo absorto en mis pensamientos, imaginándote, sintiéndote interiormente. No puedo ni quiero evitarlo. Para mí son momentos en los que me siento afortunado por haberte descubierto. Lo mejor que puedo decir de ti es que me haces sentir mejor, lo peor...no lo recuerdo o tal vez no exista nada malo. Amanezco algunas mañanas con la sensación de tener en mis labios todavía el sabor de tu piel. Una piel a veces dulce a veces salada. Dependiendo de tu estado de ánimo, de tu situación afectiva, de tu excitación interna...los sabores fluctúan. Se mezclan con tu olor. Un aroma embriagador que me transporta siempre a las emociones sentidas, a las vividas, a las que quedan por descubrir. Dicen que el recuerdo de las personas que has amado lo mantienes toda la vida, confío en no perder jamás las esencias que puedas haber dejado en mi. Algún día, cuando sea más mayor, rememoraré los momentos vividos y los haré presentes a cada instante que pueda. La felicidad, ese efímero estado que de cuando en cuando uno puede lograr alcanzar, sin duda la alcancé muchas veces a tu lado. Tan sólo por ello ya merece la pena haberte conocido.

viernes, 26 de octubre de 2012

OTRAS PARTES

Un viejo dicho dice que segundas partes nunca fueron buenas; supongo que el primero que pronunció tal frase fue alguien que no disfrutó la segunda o tercera oportunidad que tuvo de volver a repetir una experiencia pasada. Hoy día se emplea mucho para meter el dedo en la llaga de aquellas personas que intentan otra vez terminar aquello que en su día iniciaron y dejaron. Uno debería plantearse si la vida debe de vivirla del tirón o debe detenerse y repetir aquellas experiencias que en su día dejaron atrás. Si es cierto que el ser humano aprende con el paso de los años, lo lógico sería que pudiésemos repetir aquello que nos salió un día mal y corregir aquellos errores que se cometieron. Un deportista puede no triunfar en un determinado equipo porque las circunstancias de ese momento en lo permiten, luego, a la vuelta de unos años regresa y triunfa. Si lo hace es porque aprendió de los errores para poder enmendarlos. Las rupturas y los desalientos que se producen cuando rompemos una relación interpersonal suponen, casi siempre, una negación del pasado y una cerrazón ante la posibilidad de revivir de nuevo todo. En esos instantes no nos detenemos a pensar que más adelante, cuando la vida y el tiempo hace más pequeños los inconvenientes pasados, podemos ver las cosas con otra perspectiva y ser capaces de retomar el camino para no salirnos del sendero. El protagonista de la película “El exótico hotel Marigold” tiene como frase de cabecera aquello de que: “Al final todo sale bien, y si no ha salido bien, es por que no es todavía el final”. Filosofía simple y audaz que da cabida a cualquier rectificación sobre los actos previamente cometidos. O sobre cualquier hecho que ocurra en un momento dado. Una persona que tiene vicios tiene siempre la oportunidad de desandar el camino hecho y volver a una senda menos lesiva para sus intereses; quien roba puede dejar de hacerlo; quien consume drogas puede dejar de hacerlo; quien ama puede dejar de hacerlo; quien odia, debería dejar de hacerlo.... A lo largo de nuestra existencia siempre podremos encontrar ese hito en nuestro camino que nos ayude a situarnos en la carretera adecuada, aquella que nos haga mejores personas. Cabría preguntarse si tropezar dos veces con la misma piedra no es sino otra forma de saber que somos ciertamente impredecibles. Que podemos cambiar de opinión e incluso de idea de forma fácil, rápida, eficaz.. Así pues no hay otra parte u otra oportunidad; hay tantas como estemos dispuestos a conocer.

martes, 16 de octubre de 2012

PERDIDO ENTRE LA MULTITUD

En algunas ocasiones transitando por las calles de la vida me he sentido perdido entre la multitud de personas que camina en una misma dirección sin preguntarse siquiera por qué. Dan por hecho que van en la dirección adecuada sin saber por qué lo hacen, ni saber hacia dónde van. En otras ocasiones he sido uno más de esos caminantes anónimos que siguen la estela del inmediatamente anterior como un animal en la manada. Perderse entre la multitud es, relativamente, fácil. Sobre todo porque lo más difícil quizá sea nadar contra corriente. Pensar de otro modo supone un ejercicio doble; por un lado implica una reflexión sobre el pensamiento común poniéndolo en solfa y por otro lleva implícito el hecho de tener que explicar, más pronto que tarde, por qué pensamos de otro modo. Ahora mismo, en un momento difícil socialmente hablando, son muchos los que se encuentra perdidos en medio de la multitud que se balancea de una lado a otro en función de la protesta del día. La gran mayoría se mueve en una dirección u otra por la sencilla razón de que el de al lado también lo hace. Si les preguntas por qué se manifiestan lo que hacen es repetir de forma sistemática las consignas que otros idearon y por las que la mayoría allí presente se situó detrás. Uno debería ser capaz de aislar su existencia en medio de las demás para ver si, efectivamente, somos parte de aquello en lo que nos estamos viendo inmersos o si, al contrario, no pintamos nada allí. Apoyar una idea, adherirse a una propuesta debe llevar implícito un conocimiento amplio de nuestra realidad. Por ese motivo me he sentido sólo en medio de la multitud. El ser humano, siendo como es grupal, se siente cómodo caminando rodeado de gentes similares. La percepción de uno mismo como parte de un todo nos da seguridad; por ello, cuando nos sentimos solos rodeados de tanta gente, la sensación de vacío puede llevarnos a la depresión, a la angustia, a la necesidad de refugiarnos en un mundo interior qué dependiendo de cuan amueblado esté, nos permitirá un refugio cómodo y seguro o nos acercará a un abismo del que nos puede costar salir.

EL SONIDO DE LOS LATIDOS DEL CORAZÓN

¿Cómo es el sonido de los latidos del corazón? ¿Qué música es capaz de mecer la máquina que nos da la vida? Todos tenemos más o menos claro cómo describir ese sonido. En algún momento de nuestra vida hemos acercado nuestra oreja al pecho de alguien para escuchar cómo suena. Mas ese no es el sonido al que me refiero en este instante, sino al sonido que se produce cuando las emociones de la vida alteran su normal ritmo. Cuando realizamos un ejercicio físico nuestro corazón se acelera, eso para todos nosotros es obvio; sin embargo no es menos la aceleración que se produce cuando nos encontramos ante esa persona que nos ha robado el aliento. En esos momentos los latidos los percibimos con una brutal fuerza. Si hiciésemos una encuesta para que todos describiésemos cómo se acelera nuestro corazón con las emociones todos lo describiríamos de un modo similar. Pero si tuviésemos que describir su sonido... ahí cada uno tendría sus dificultades para describirlo. Hay corazones románticos que suenan siempre como una canción de Perales, con un ritmo tranquilo; hay corazones rockeros que se saltan del pecho en los solos de batería que provocan las emociones repentinas; los hay cuya partitura apenas se ha podido escribir porque su dureza hace que apenas vibre con la vida. Cuando uno siente algo fuerte por alguien y ese sentimiento es recíproco se logra, en el encuentro físico, una suerte de conjunto armónico en el que el acompasamiento de los latidos puede llegar a crear una melodía maravillosa que tendemos a querer repetir hasta los límites de lo razonable. Puede pasar, y muchas veces pasa, que nuestros latidos parecen detenerse, parecen cesar; normalmente cuando las noticias que nos llegan no son buenas. En estos momentos va a ser la capacidad de asimilación de cada uno la que logre que esa melodía vuelva a sonar o que, por el contrario, sea un disco rayado por un tiempo indeterminado. Me gusta pensar que mi corazón se mueve como una melodía de blues, tal vez la música que más emociones me transmite.

SENTADO EN EL MALECÓN

Siempre me ha gustado estar en la naturaleza, en la cumbre de una montaña desde donde poder divisar infinitas vistas y perder la noción del tiempo extasiado por la magnitud de las proporciones que desde allí se divisan. En medio de una cordillera uno se siente pequeño, a penas un punto insignificante en medio de todo el conglomerado de vida que se percibe en cualquier dirección. Es, sin embargo, en el malecón de una ciudad portuaria cualquiera donde realmente se es consciente de que nuestro mundo, aquel en el cual desarrollamos nuestra vida, apenas alcanza un instante. Sentado frente al mar, en una tarde cualquiera uno puede reflexionar sobre los mundos que se encuentran más allá. Percibir la brisa del mar en nuestra piel es una manera de comenzar a descubrir qué hay allí. Seguramente serán los marineros, los pescadores, quienes se aventuren mar a dentro los que deben de sentir unas sensaciones especiales cada vez que se alejan del malecón y otras muy diferentes cuando se acercan. Para quien es marinero tierra adentro la soledad del mar es, quizá, un lugar en el que le costaría sobrevivir. Prefiero sentarme en la baranda del malecón y escuchar el sonido de las olas al romper. Quedarme con la mirada fija en una espuma blanca que crepita como un fuego invisible y húmedo que tal vez Neptuno utilice como gancho para atraer a futuros moradores de las profundidades marinas. Seguramente en mi retina se ha fijado ese malecón de la Habana tantas veces protagonista de escenas cinematográficas. Lugar mitificado de una decadente ciudad, capital de un todavía más decadente país. No obstante en él se agolpan muchos habaneros que perfilan sus sueños mientras unas buscan clientes, otros cantan canciones de historias reales que disimulan una realidad demasiado cruda para ser contada... El mundo ribereño está lleno de malecones donde los sueños se topan con la realidad; esa costa africana en la que un universo multicolor de frágiles barcos, que en occidente no obtendrían permiso para siquiera flotar, llena las costas de sueños con una vida mejor en otras latitudes. Es el el malecón de mi vida en el que me sitúo de cuando en cuando para poder otear qué hay ahí delante, qué se me ofrece en esta vida que me ha tocado vivir.

viernes, 12 de octubre de 2012

NOVEL DE LA PAZ A EUROPA, UN PREMIO A LA HIPOCRESIA

A la Comunidad Europea le han otorgado el Nobel de la Paz de 2012. En sí mismo este titular ya merece una discusión en sí mismo. Siempre he creído que cuando se da un premio como este se tienen en cuenta los valores reales que se supone tiene el merecedor del galardón. En este caso lo pongo en duda. A mi modo de ver es un premio a la hipocresía. Darle el premio Nobel de la Paz a una institución que representa los intereses de tantos y tantos grupos empresariales cuya única consigna es vender armas a otros Estados o a Estados fallidos pues...cuando menos es cuestionable. Entre las loas que se le atribuyen a la Unión Europea se tiene en cuenta el periodo que va desde la Segunda Guerra Mundial hasta ahora. Se dice que ha sido un tiempo de paz. Obviamente no se tiene en cuenta su participación en los conflictos de los balcanes, tampoco se ha tenido en cuenta la inacción cuando sucedió el Genocidio de Rwanda, o cuando mira para otro lado ante la violación sistemática de los Derechos Humanos que llevan a cabo potencias económicas como Rusia, China, Reino Unido, España... Quizá a alguien sorprenda que nuestro país esté entre los que violan los Derechos Humanos pero...es la cruda realidad. Cada patera que se acerca a nuestras costas con ciudadanos que huyen de lugares en conflicto es tratada como ilegales, como personas non gratas. Las leyes internacionales, que nuestro país ha firmado, establecen el estatuto de refugiado en unas condiciones sin ambigüedades, pero al llegar estos refugiados a la Unión Europea se rechazan porque aquí, en Europa, tenemos a bien no reconocer su Guerra Civil como una guerra; eufemísticamente decimos que es un conflicto armado para así no reconocer los derechos a quien los necesita. Y a Europa llegan por aquí. Por otro lado Europa es una potencia mundial en la venta de armas, en el suministro de teorías y prácticas para la guerra: urbana y en campo abierto. Entonces ¿cómo es posible que obtenga un premio como este? Ya se sabe que la política hace extraños compañeros de alcoba, y este es un ejemplo. La hipocresía subyacente a este premio hace que muchos queramos mirar para otro lado por el asco que nos produce. En estos tiempos de crisis institucional europea cualquier premio bazofia como este sirve para dispersar a la opinión pública de la realidad, de la triste realidad a la que nuestros políticos nos han llevado.

LA AVENTURA DE CONOCERTE

El día que decidí acercarme a conocerte era sabedor de que comenzaba una aventura interesante cuyo final se establecería en el vértice justo de tu propia personalidad. Siempre he creído que un ser humano jamás termina de conocer al de al lado, por más que sea este su amigo, su hijo, su amante o … Para adentrarme en tu personalidad sólo es necesario que tú me franquees el paso de forma voluntaria. Los primeros contactos nos ayudan a establecer los lazos que nos harán más llevadero el sendero del conocimiento mutuo. No es posible querer conocer a alguien sin pretender que esa persona de te conozca a ti. La empatía es fundamental para alcanzar esa paz interior que nos hace sentirnos cómodos en presencia del otro. Adentrarte pues en tu persona es todo un reto. Ambos podemos trazar un plan. En ese plan debemos de incluir aquellos momentos en que los desencuentros sean palpables. Cuando nos aventuramos a descubrir que hay al otro lado, podemos descubrir cosas que no nos gusten, o que simplemente veríamos con ojos diferentes de ser nuestras. Compartir las situaciones agradables es gratificante, pero salir airoso de los duros momentos que se pueden llegar a vivir establece lazos mucho más resistentes. Quizá porque nos acordamos (como norma general) de aquellas cosas que nos han pasado en sentido negativo con una gran nitidez, y nuestros recuerdos de los buenos momentos suelen despistarnos. Sea como sea quiero seguir en el camino ya iniciado y llegar hasta tu vértice, allí donde, quizá, finalices. Descubrir todos los matices, reconocer todas las imperfecciones, disfrutar de tus cualidades....caminemos.

PROSELITISMO EDUCATIVO

Nos ha salido un ministro gallito, un hombre acostumbrado a los medios de comunicación, donde antes de ser ministrable se sentía tan a gusto, que suelta titulares cada vez que habla. La pena es que no sólo suelta la lengua, sino que ha sido capaz de poner letra por escrito a alguna de sus diatribas. Que la derecha ha hecho proselitismo en las escuelas es algo tan antiguo como el modo de vida en el que han desarrollado su existencia. Para esa parte del espectro político el conocimiento detallado es siempre una amenaza. Es mucho mejor que todos conozcan lo que ellos quieren enseñarnos a qué cada comunidad tenga su cuota de poder. “Españolizar a los catalanes” además de ser una frase muy desafortunada que no hace más que echar gasolina al incendio independentista, es exabrupto que no tiene sentido alguno. Cataluña ha tenido siempre una personalidad muy marcada, definida en una institución , La Generalitat, que es más antigua que la propia idea de Estado español. El ruido que una parte importante de la ciudadanía catalana está haciendo cada poco no es más que un deseo baldío de una independencia que más de la mitad de los catalanes no querrían al albur de la realidad que tendrían que afrontar: exclusión de Europa, moneda diferente, etc. El ministro cree que obligando a estudiar todos lo mismo conseguirá sus propósitos. Que su política de propaganda se pueda extender de forma rápida y con el consentimiento de todos. La realidad, mucho menos fácil de lo que cree, es que quienes tienen una identidad de país propia, aunque sea dentro de otras fronteras comunes, hará cuanto pueda por regresar al statu quo anterior que tanto les ha constado conseguir. La pena es que los otros ministros o consejeros de las respectivas comunidades autónomas son tan incapaces como el ministro. Es increíble que no les obliguemos a llegar a un acuerdo global sobre la educación que sea invariable durante un tiempo largo y sostenido. Al paso que vamos en poco menos de medio siglo tenemos a mas de media España formada con diferentes leyes, distintas obligaciones y con conflictos semánticos cada vez que algún iluminado nos cambia las normas gramaticales. A todos les gusta meter mano en la educación, todos pretenden adoctrinar desde pequeños, obviando que es el libre albedrío el mejor de los modos de decidir en libertad.