LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

sábado, 1 de diciembre de 2012

CUAL ES LA VERDAD

Muchas veces nos hemos encontrado en la tesitura siguiente: hablamos con alguien que nos dice que lo que nosotros le decimos no es cierto, que la verdad es la suya. Y nos enfrascamos en una discusión sin sentido cuyo único objetivo es imponer una verdad que siempre será relativa. A no se que lo que diga la otra parte sea manifiestamente mentira. Cuando uno ve las cosas que le suceden de un modo y el de al lado las ve de otro diferente, ¿quién tiene la razón? ¿cuál es la verdad? Hay quien sostiene que la verdad sólo tiene una cara; sin embargo yo creo que la verdad sólo nos parece verdadera cuando llena nuestros oídos con la realidad que esperamos que nos cuenten. La mentira tiene las patas cortas, dice el refranero español, sin embargo no es cierto. La historia del hombre está tallada con medias verdades. La verdadera realidad apenas es conocida por la persona que vive una situación. La segunda vez que narra lo acontecido comienza a incorporar a su discurso nuevas situaciones que, tal vez, no se dieron. Y no se trata de que se inventen cosas a propósito, sino que tendemos a adornar aquello que nos agrada y a minimizar lo que nos puede parecer poco importante. Muchas veces sucede que quedas con alguien parar tomarte un café y no llegas. Seguro que tú tienes tus motivos, razones que te han impedido acudir a la cita. Explicas a la otra parte lo sucedido pero, por norma general, desconfiará de lo que tú le digas porque su realidad, su verdad, es que estuvo esperando. Da igual si es verdad o mentira lo que te ha impedido estar, la otra parte habrá puesto para entonces una pátina de falsedad a tu discurso porque, de lo contrario implicaría asumir que se cometió un error al juzgarnos previamente. Al final de una larga y oscura noche siempre aguarda el alba, esta es una verdad impepinable, sin embargo...no comienza el alba para todos al mismo tiempo. Así, la percepción de la verdad de unos y otros no casa. Sería bueno admitir, al menos en principio, los razonamientos de la otra parte como válidos, dado que lo contrario sería pretencioso. Y si no nos gusta estar con ese amigo, novia, o persona conocida...no hacerlo. Pero no juzgar las cosas que pasen a terceros según nuestra propia óptica, al menos a priori.

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