LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

viernes, 28 de octubre de 2011

LA FLACIDED MENTAL DE CIU

Una vez más, y ya van unas cuantas, uno de los líderes de CIU ataca a ciudadanos de otra parte del Estado español, para intentar defender lo suyo. Son ocurrencias intelectuales de personas públicas incapaces de cerrar la bocaza que les caracteriza. Flaco favor se hacen a ellos mismos y menos a los catalanes.
Entiendo que los ciudadanos de Cataluña, buena parte de ellos hijos de personas que llegaron un buen día desde otras latitudes, pasan mucho de las tonterías que dicen sus candidatos políticos. A veces un puede llegar a pensar que el nivel cada vez está peor.
Es una pena que en un partido donde con tanto brillo figuraba un orador de la talla de Miquel Roca, ahora pululen políticos de medio pelo acostumbrados a lanzar dardos verbales sin sentido.
Para la política uno espera personas capaces, intelectualmente a un nivel tal que les permita ejercer sus cargos públicos con honor, lealtad y respeto. Y no burdos personajes titiriteros como los cargos de CIU y alguna otra como Rosa Díez, quien en su día también hizo amigos en Galicia.
Resulta lamentable y triste; y no por el comentario pues todos podemos hacer un chiste, en privado, sobre andaluces, gallegos, catalanes, etc. Pues eso forma parte del acervo popular; pero a un político no se le puede permitir en un espacio público ya que en los tiempos como los actuales, donde la cultura de muchos es la que es, podemos complicar una situación social que no está precisamente bien.
Eso sí, después, estos mismos “políticos” se llenan la boca enumerando según qué valores, siendo incapaces de demostrar la más elemental educación.

domingo, 23 de octubre de 2011

AHORA QUE PUEDO SENTIRTE

Ahora que tengo la posibilidad de tocarte quiero hacerte sentir de una manera especial. Quisiera ser capaz de lograr que cada mañana de tu vida fuese una nueva primavera. No es una labor fácil, incluso es posible que se encuentre más allá del alcance de mis posibilidades; pero no quiero dejar de intentarlo.
Quiero hacerte partícipe de la felicidad que tu presencia despierta en mi corazón; necesito hacerte comprender que mi vida tiene más sentido desde que sé de ti. Desde que te conozco.
Pocas cosas hay mejores que el sabor de tu piel, pocas hay más escandalosamente ardientes que tu cuerpo entrelazado con el mío. La sensación que recorre mi espinazo sólo es comparable con el éxtasis que quizás Jesús tuvo en algún momento de su vida.
Ahora que puedo sentirte no logro recordar cómo es una vida si ti. Y tampoco quiero hacerlo, no vaya a resultar que el frío del exterior apague este inmenso fuego que siento dentro.
Es posible que todo esto sólo forme parte de un sueño, o tal vez sea deja vu de una experiencia que todavía no ha sucedido. Pero quiero agarrarme a esta sensación.
El mañana siempre comienza con el hoy, no ha noche que no termine al amanecer, éstas y otras son manidas frases que nos vienen a decir que nada es eterno, que todo tiene principio y final. Así las cosas, ahora que puedo sentirte quiero vivir este efímero momento y tratar de convertirlo en una constante en el espacio – tiempo de mi vida y la tuya.
Ahora que puedo sentirte...¿qué más da si el mañana terminó ayer?, lo estoy viviendo, lo quiero vivir, lo viviré...

MI MENTE VUELA HACIA TÍ

Cierro los ojos y estás ahí, presente sin estar...es cómo si mi mente necesitase tu presencia para sentirse bien, para estar mejor.
Resulta curiosa nuestra existencia, esa que nos hace percibir y sentir a nuestras parejas, que nos enseña cada día una nueva arista de quien comparte con nosotros una vida, un día, un minuto, un segundo.
Pero más curioso resulta cómo funciona nuestro organismo en el preciso instante en qué no está, en ese instante divino en el que su cuerpo ya no está de forma material y se convierte en algo tan etéreo como potente.
Creemos en Dios, o en cualquier otra cosa. Y solemos creer en él porque no lo tenemos de forma palpable, porque no es algo tangible. El ser humano tiende a valorar más aquello que no puede palpar que lo que tiene a menudo entre sus manos. Es por eso que añoramos lo que ya no tenemos y cometemos, no siempre, el error de no disfrutar hasta el tuétano de lo que es nuestro.
Siempre que nos alejamos de alguien a quien queremos o amamos, tenemos una sensación interna de necesidad de regresar, de vacío, un ahogo interno que nos aflige.
Ayuda, y mucho dejar volar nuestra imaginación hacia lo que queremos tener; jugamos entonces una partida que luego somos incapaces de plasmar en la realidad. Hacemos esto o lo otro; viajamos de un lado a otro sin premura de tiempo; descubrimos partes de la anatomía del otro que no sabíamos que existían...
Para cuando la mente deja de volar y se vuelve tangible lo que hemos soñado...¿por qué no hacemos lo que deseamos?... Si, ya sé, para muchas cosas hace falta algo material que realmente pocos tienen, dinero. De acuerdo pero...y lo que no necesita dinero, qué sucede con lo que atañe a cuestiones mucho menos alejadas de nuestra realidad..¿por qué nos cuesta manifestar lo que deseamos a la persona con la que deseamos realizar algo?
Tal vez el ser humano tenga en su foro interno el acervo de desear, de intentar, de querer... quien sabe.

DEJEMOS DE SER CAINITAS

Hace más de cuarenta años que estábamos esperando una noticia como la de estos días, el fin de los asesinatos por parte de ETA; más de cuarenta años de lucha absurda contra el enemigo invisible e inventado. Han sido décadas de sufrimiento mayúsculo para víctimas y familiares de verdugos (otras víctimas también).
Siempre he sido respetuoso con los que perdieron a un ser querido por la sinrazón del asesinato, por la vileza de quienes escondiéndose detrás de un pasamontañas eran capaces de cercenar la vida y vidas de personas que tenían el único pecado de estar y ser.
Nadie parece haber reparado en los familiares de quienes matan, de quienes llevan a sus familias al borde de un abismo que los sitúa en la tesitura de radicalizarse o esconder la cabeza.
Habrá muchos que apoyen las acciones de sus hijos, hermanos, padres o lo que fuesen, en aras de una independencia que nadie solicitaba más que ellos; mas me consta que son más los que han tenido que tragar con lo hecho por los suyos y decidir entre arrimarse a la fortaleza del radical o dejar de lado al suyo y sumirse en la miseria del señalado.
Unos y otros, víctimas a fin de cuentas, deberían aprovechar el tirón para lograr un consenso necesario al margen de políticos que sólo pretenden arrimar el ascua a su sardina.
No puede, la sociedad, dejarse llevar por delirios políticos, palabras más altas que otras, de unos pocos que se consideran representantes del pueblo en momentos como los actuales; cuando en su común hacer son representantes de si mismos.
Es el momento en el que deben de dar un paso al frente los que figuran en asociaciones de víctimas del terrorismo; ahora es cuando tienen que hacerse ver, libres del yugo de sus representantes normalmente maleados por los partidos políticos.
Una sociedad, como la nuestra, no puede permitirse el lujo de dejar que los hábitos cainitas vuelvan a dar al traste con una oportunidad como esta.
Este es un país acostumbrado a señalar con el dedo para poder fustigar al de al lado. Quedan lejos las actitudes de otras épocas después de la Guerra Civil y la terrible pos-guerra. Mas la historia es caprichosa y acostumbramos por estos lares a vengarnos a la que tenemos posibilidades. No lo hagamos ahora.
Aquellos que nacimos en el albur de la democracia no podemos comprender la existencia de ETA todos estos años; tan sólo la mirada histórica hacia atrás puede hacernos entender que un día tuvieron el apoyo de muchos y el aplauso de otros. Pero tras la muerte del dictador y la escisión dentro de la banda lo que hicieron en las décadas siguientes no tenía, ya no razón de ser en relación al movimiento original, sino que eran un ataque frontal al ideario en el que ellos mismos se apoyaron cuando nacieron.
Hoy, debemos pensar en que la justicia debe de hacer su labor; tenemos que ser capaces de permitir que uno de los pilares básicos del Estado de Derecho desarrolle sus funciones sin las interferencias interesadas de unos cuantos.
Personalmente me da igual hablar de vencedores o vencidos, pues es una falacia mayúscula. Todos hemos perdido. Y ahora, es el momento de ganar.

miércoles, 19 de octubre de 2011

ENTRE EL PUNTO Y SEGUIDO Y EL PUNTO Y APARTE

La vida es un continuo espacio tiempo en el que suceden muchas cosas; las circunstancias de cada uno hacen que cada vida tenga un color, un olor, un sabor...diferente.
Los días se suceden unos tras otros, con la sola alteración del clima o de situaciones que nos hacen plantearnos nuevas o viejas preguntas sobre el rumbo de las cosas.
Cada decisión que tomamos implica desde a unos pocos hasta la totalidad de una nación, dependiendo del grado de relevancia que cada uno tenga.
Y en medio de todo este transcurrir tranquilo o no, uno debe de decidir cuando va un punto y seguido y cuanto un punto y aparte.
Normalmente, las consecuencias de nuestros actos logran que los punto y seguido sean mucho más habituales, sobre todo porque es importante sostener en el tiempo una línea más o menos continua entre lo que decidimos y hacemos.
Un punto y aparte supone un cambio de rumbo, un paso diferente comienza tras él y no siempre se está preparado para la abrupta ruptura del presente.
Quizá habría que buscar el equilibrio entre el punto y seguido y el punto y aparte con algo tan elemental como el punto y coma; esa forma que tiene el ser humano de seguir haciendo lo mismo pero con un enfoque distinto. No es necesario, para dejar atrás algunos detalles vividos, pasar al otro lado o romper con todo. Basta con ser consecuente con uno mismo y nuestras propias necesidades y plegarse un poco a ello.
Personalmente he construido y destruido mi vida con algún que otro salto de la coma al punto y aparte, y los beneficios de decisiones así son dudosos, cuando no meros charcos a la vera de lo que podría ser un gran río. Aprende uno que los abruptos cambios vienen generalmente sin buscarlos, sin ir a por ellos. Son el resultado de una dialéctica de vida que no siempre termina bien.
Creo en el diálogo, en esa conversación sostenida que ha de mantener el querer con el poder; el desear con la posibilidad; el deseo con la necesidad...la vida con la muerte.

lunes, 17 de octubre de 2011

CUANDO NO SE PUEDE….O NO SE DEBE…

En los últimos tiempos me he fijado en que, cada vez, hay más personas entradas en años (y entradas en más cosas) haciendo deporte. Esto, que es una magnífica noticia, tiene sus matices.
No está mal volveré, después de un tiempo de no hacerlo o sin haberlo hecho nunca, a la práctica del deporte, es de sobra conocido que aporta a nuestro organismo innumerables beneficios.
Lo que sucede es que, con cierta frecuencia, aquellos que, en su día practicamos un deporte en particular, al cabo de unos años pretendemos regresar con la intención de reverdecer viejos tiempos ya ajados en muchos casos. Quienes no dejaron del todo de practicar deporte, no se podrán sentir reflejados aquí.
Somos, yo me incluyo, los que dejamos en su momento aquel deporte que practicamos intensamente, y volvemos al cabo de un tiempo los que ponemos el color y el picante a todo esto.
Pasamos de estar en la grada viendo el espectáculo desde la barrera a decirnos: “yo todavía podría estar ahí”; al día siguiente, animado, ya estás buscando un equipo de veteranos que permita saciar tus ansias de reválida.
El primer día, comienzas a darte cuenta de que las cosas…ya no son como antes, quizá guarden relación, pero no son iguales.
Miras a tus compañeros y te dices “todas las camisetas han encogido”, al cabo de un rato otro colega pasa a tu espalda y te suelta “joder, macho, cómo se notan los chorizos de tu madre, estás redondo”. Y sonríes, qué vas a hacer si te han humillado tan vilmente.
Comienzas a vestirte, tus zapatillas (último modelo comprado el día anterior), te quedan justas, deberías haberlas probado de pie, pero te dolían las piernas y lo hiciste sentado. Te estás poniendo unas rodilleras blancas que no casan ni con esta época ni casi con el deporte. Un deporte que parece haber avanzado sin ti.
Los pantalones cortos que has llevado son del tipo “apretados” y ahora se llevan holgados, así que caminas por la pista como si fueses en bañador corto.
Comienzas a estirar, al fondo de la pista jóvenes de nueva hornada hacen lo propio; tú tratas de alcanzar aquellas cotas que tenías; abrirte de piernas bajando la cabeza entre ellas y un tirón en la espalda, es todo uno. Miras al frente y sonríen, ellos alcanzan con las dos manos… quince minutos de estiramientos ¡quince! Y ya necesitas ir a beber…
Y comienzas a entrenar; veteranos contra noveles; con suerte tienes recursos que ellos todavía no han alcanzado y que te permiten salir airoso de alguna situación, pero… “¡como corren!”. Pasan a tu lado animándote y con cara de perdonarte la vida, mientras tú tratas de hinchar pecho mientras contienes la respiración por el esfuerzo hecho. Resulta imposible para ti hablar y respirar sin que se note que estás para el arrastre. En cuanto puedas sueltas: “a tus años yo…” ¿a tus años? Qué triste…
De pronto, en un ataque de ímpetu, te abalanzas sobre la portería/canasta/red y… te caes aparatosamente; algo que antes suponía una pronta incorporación supone ahora al menos una parada de diez minutos. Te tocas como si te faltase algo, uno de los jóvenes se acerca, lo que supone un acicate para levantarte como una flecha, todavía sudoroso por la vergüenza y el esfuerzo.
Y así, entre trasnochados intentos por volver a ser el que eras, transcurre el tiempo, y te vas a la ducha. Miras a los otros veteranos, ojos hinchados, lenguas fuera, mandíbulas desencajadas, miradas perdidas…buen humor… frases del tipo: “no estamos tan mal” “los de ahora sólo corren” ¿sólo? ¿Nada más?, ¡¡coño, si nosotros casi ni caminamos!!
Tras la humillación recibida llegan las cañas del final, y ahí sí que nos crecemos delante de los jóvenes, y no por lo que bebamos pues ellos se beben el agua de los tiestos; sino porte todos tenemos trabajo, sueldo…pasta.
Al llegar a tu casa, tras unas risas con los amigos y las cañas, tu mujer o pareja te pregunta: “qué tal ha ido”, ya lo hace con una leve sonrisa en la cara; “bien, muy bien” mientes y entras en la habitación para “estirar un poco”
Al día siguiente te despiertas con la misma ropa, te dormiste encima de la cama y ella ha decidido que duermas sin más…
Lo mío es el balonmano, un deporte que implica a casi todos los grupos musculares del cuerpo y que supone un serio esfuerzo a ciertas edades. Así no es infrecuente ver tristes intentos de “tiros en suspensión”… ¿suspensión?, diez centímetros como mucho de salto. Aquí, cuando no tienes fuelle se nota mucho, pues te pasan como aviones y tiendes a caerte en situaciones que veinte años antes habrías solucionado con facilidad.
Sí que hay algo que no cambia: el espíritu competitivo, esa “enfermedad” que hace que te duela perder ante rivales que, tal vez, de joven ganabas con facilidad y que ahora, al albur de los años te superan por recursos…por recursos físicos.
A veces lo que no puede ser no es, pero…quién dijo miedo

jueves, 6 de octubre de 2011

QUIERO PERDERME EN TI

Quiero recorrerte un ratito cada día, pasear la yema de mis dedos por tu piel y marcar en mi cerebro un mapa de tu cuerpo. Necesito percibir los leves cambios de temperatura que se producen en mi cuerpo cada vez que tu piel roza la mía.
Será una excursión maravillosa en una búsqueda permanente para encontrar los lugares donde hacer de tus sensaciones un maravilloso mundo en el que quieras quedarte sin dudar.
Quiero perderme en tu interior, ese lugar mágico lleno de sueños y realidades en el que poder encontrar un lugar privilegiado para observarte, verte, sentirte.
No me importa entrar y dejar la llave por fuera, pues no pretendo salir sino quedarme. No sé si para ser guardián de tu corazón; si para explorador de tus pensamientos; o simplemente para vivir, pero quiero perderme y quiero hacerlo en ti.

SI DE VERDAD QUIEREN AHORRAR

Andan los políticos de nuestro país, los economistas, las amas de casa, los curas y hasta el moro Muza dando soluciones a la crisis, enseñándonos el camino adecuado etc.
Unos hablan de congelar sueldos, de privatizar servicios, de subir impuestos, etc. Y hay soluciones que se antojan más sencillas. Tan sólo se trata de avanzar en la modernización de un país que en algunos niveles y administraciones se han quedado obsoleta.
Tenemos más de 8100 municipios en nuestro país, al menos un 25% son susceptibles de ser integrados en otros mayores, pues no tienen suficiente entidad ni para llamarse pueblos. Se mantienen como concejos por el mero interés electoralista de los partidos que más beneficiados salen de esto. Los dos mayoritarios, cuando hablamos a nivel nacional y algunos nacionalistas cuando se trata lo regional.
Las cuentas son relativamente fáciles, si eliminamos un 25% de los municipios, hablaríamos de 2000 menos, si cada uno de ellos supusiese un ahorro (sin lanzarme a la piscina) de 2 millones de euros en gastos, hablaríamos de un ahorro de 4000 millones de euros al año. Dinero más que suficiente como para garantizar una educación de calidad…por poner un ejemplo.
La eliminación del Senado supondría otro pico importante de ahorro por parte del Estado…entonces ¿por qué no lo hacen? Pues porque eso terminaría con la carrera política de muchos de los que han hecho de la política su modus vivendi.
Cabría plantearse además una verdadera revolución en la política en forma de exigir que todos los políticos fuesen profesionales, que cobrasen como tales y que, por tanto respondiesen con su patrimonio de las decisiones lesivas que tomasen; tal y como hacen los médicos que tienen un seguro que les cubre su responsabilidad civil.
Se puede ahorrar, claro está, pero para ello hay que querer…

20 N, ALGO MÁS QUE UNAS ELECCIONES GENERALES

Está próxima la apertura oficial de la campaña electoral previa a las elecciones que celebraremos el 20 de noviembre de este año y no son un asunto baladí. No se trata de elegir entre un candidato u otro, sino de algo mucho más profundo: decidir el modelo de Estado que queremos para el futuro.
Un candidato representa políticas que encaminarán el Estado hacia el liberalismo estricto; se tratará de un avance en las privatizaciones de las empresas públicas que queden o de los servicios básicos tales como educación y sanidad.
El otro candidato debería llevar consigo políticas encaminadas a mantener y sostener el Estado de bienestar en el cual vivimos, los derechos sociales, las prestaciones…pero nada de ello será gratis, sino a costa de pagar más impuestos.
Hay muchas más diferencias entre unas políticas y otras, como podría ser el que uno representa el modelo de economía que ha fracasado en occidente, un liberalismo que ha abocado al mundo a la mayor crisis económica conocida; el otro representa la “aparente” ineficacia en la respuesta a los problemas derivados de esa crisis...etc.
Somos los ciudadanos quienes deberíamos hacer una reflexión profunda sobre qué queremos a corto plazo y que a largo plazo. La inmediatez del momento y de los estilos de vida que se llevan en la actualidad pueden empujarnos a agarrarnos al primero que nos ofrezca “soluciones maravillosas” a corto plazo. Convendría cerciorarse de que la elección es la adecuada y que no implique una renuncia de facto al modo de vida que conocemos.
Debemos decidir si nuestros hijos tendrán derecho a una educación gratuita o que se garantice, al menos, el libre acceso a los estudios. No vayamos a toparnos de frente con un sistema que beneficie al que más tiene. ¿Queremos una sanidad de pago, o queremos seguir teniéndola como hasta ahora?, a esta pregunta también se da respuesta el próximo 20N, pues decidimos entre encaminarnos hacia el co-pago o mantener las cosas como hasta ahora. Y no se trata de que una opción sea mejor que la otra, se trata de que unos prometan bajada de impuestos, lo cual nos llevará, de forma indefectible hacia la privatización; la otra opción es pagar más impuestos, la única manera conocida y efectiva de sostener el Estado de bienestar. Somos un país que se caracteriza por aplaudir al que desfalca, al que “se va de rositas” sin pagar sus impuestos; y también admiramos la calidad de un Estado como Suecia y sus derechos… Derechos que tienen gracias a la recaudación de impuestos que revierten sobre la ciudadanía.
Así pues deberíamos plantearnos qué tipo de país queremos tener, más allá de las caras que se presentan.