LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

miércoles, 29 de diciembre de 2010

ESPERABA MÁS DE TI... ME HAS DEFRAUDADO...

Estas y otras frases les escuchamos con demasiada facilidad, bien en el ámbito personal, bien en la percepción sobre terceras personas que podamos tener. Son de esas frases engañosas que buscan arrojar sobre el otro la frustración personal que nos embarga.

Por un lado tendemos a esperar cosas de los demás, idealizamos al otro con nuestros propios deseos. Esperamos de ellos lo que nosotros presuponemos que nos tiene que dar. Revestimos su personalidad con rasgos de la nuestra, exigimos después que actúen como esperamos que lo hagan. No reparamos, o rara vez lo hacemos, en que cada individuo es un conjunto de complejidades, una personalidad independiente en sí misma que nos aportará lo que quiera; así las cosas, la apreciación que nosotros tengamos dependerá de nuestro grado de permeabilidad a las otras personalidades.

Nadie nos defrauda, excepto nosotros mismos que nos creamos expectativas que superan la realidad. El ser humano, en una de sus vertientes, tiende a buscar en los demás, aportaciones que por sí mismo es incapaz de adquirir. Pretende tener a su servicio a los demás, razón esta por la que se siente defraudado cuando el otro vive su vida y se desmarca del objetivo que mentalmente le hemos marcado.

El ser humano necesita la empatía para poder socializarse, sin una buena socialización es imposible realizar la mayoría de las tareas que desempeñamos habitualmente. Las personas con dificultades para la comunicación, encerradas en si mismas, terminan por abrazar la soledad o la depresión, por terminar hundidos en las profundidades de su propia miseria personal.

Ahora, inmersos como estamos en las fiestas navideñas, es costumbre felicitar las fiestas y desear un año próspero y demás; Encierran estas frases una actitud un tanto hipócrita, muy ligada a la hipocresía moral de estas épocas del año. Lo normal es que deseemos a los demás un buen día, cada día del año, etc. Sin embargo, el resto del tiempo estamos muy ocupados para pensar en los demás. Pasa lo mismo con los regalos, ¿qué razón hay para regalar sólo cuando hay obligación (cumpleaños, santos, etc.)?, Lo adecuado sería regalar en cualquier instante, sin esperar nada a cambio, simplemente por el mero hecho de demostrar un afecto sobre alguien determinado. Una actitud positiva que sin duda redundaría en un cambio sobre la percepción de los demás y de nosotros mismos.

El ser humano no es una isla en un océano social, forma parte de las mareas, del flujo de unas sociedades convulsas en un mundo tan globalizado. Sociedades que viajan a velocidades diferentes, en marcos espacio – tiempo, también distintos; pero a las cuales el mundo globalizado y manipulado por unos cuantos, pretende empujar para que viajen a una velocidad constante...

Muchas de nuestras frustraciones individuales tienen mucha relación con la necesidad auto – impuesta de seguir la senda marcada por nuestro predecesor, sin tener en cuenta que quizá la senda conduzca a un despeñadero...

martes, 28 de diciembre de 2010

¿Y SI LAS COSAS NO SON COMO CREEMOS QUE SON?

Vivimos una época donde las certidumbres del pasado siglo van dejando paso a las dudas presentes y futuras. Teorías como la de las que se derivan de la Mecánica Cuántica, van acumulándose día a día en la repisa de nuestros pensamientos, poniendo en duda todas las verdades que asumimos como invariables desde muy temprana edad.
Educamos nuestro cerebro bajo los parámetros de las realidades que hemos tenido presentes en el momento de desarrollo intelectual, sin poner en duda los conjuntos de pesos y medidas que se nos dieron; hemos aceptado que la realidad que vemos es aquella que nos enseñaron y aprendimos, que hay cosas que no permiten una duda… ¿o sí?
Con el desarrollo de las nuevas tecnologías científicas y médicas, muchos de los anatemas invariables durante generaciones han tenido que transformarse o mutarse en otros nuevos; la tomografía axial computarizada ha permitido a los médicos y científicos descubrir estructuras profundas de nuestro cerebro que antes no se conocían y que han venido a cambiar el mapamundi de nuestro cuerpo calloso.
La Mecánica Cuántica y la Física Cuántica, ya presentes en los comienzos del siglo XX, se están desarrollando en los comienzos de este nuevo siglo a una velocidad vertiginosa. Surgen poco a poco dudas más que razonables sobre las realidades paralelas que podemos observar; ¿vemos las cosas como son, o en realidad las vemos como nos han dicho que deberíamos verlas? ¿Lo que tocamos existe o es producto de un constructo hipotético de nuestro cerebro? Son muchas las dudas que afloran, en cada esquina de la ciencia existe un parámetro pendiente de ser analizado. Desarrollamos nuevas tecnologías que en el futuro inmediato abortarán muchos de los desarrollos presentes, demostrando su irrelevancia antes ese próximo descubrimiento.
En el futuro desarrollo de CERN se verá más o menos desarrollado sin logra encontrar el Boson de Higgs, la partícula elemental origen de la masa. Dar con esta utopía de la física de partículas, sería un descubrimiento más importante que el de la penicilina…
Durante siglos buena parte del debate filosófico y científico ha girado en torno a temas religiosos y morales; el futuro debate se instalará en la búsqueda de una verdad relativa, que atiende a hipótesis que están por demostrar. Un lugar de encuentro de la ciencia, que como es bien sabido tiende a desmontar verdades irrefutables una tras otra.
Para muchos quedará el libre albedrío, la libertad natural, mental y psicológica que hace que el futuro siempre sea utópico. Me pregunto dónde nos llevará la respuesta a las preguntas: ¿Qué sabemos? ¿Qué somos? ¿Dónde vamos? ¿Qué...? ¿Cuándo...? preguntas, éstas, que están presentes en nuestras vidas desde los Griegos, incluso antes…

viernes, 24 de diciembre de 2010

PERSIGUIÉNDOTE

De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de que tengo una cierta obsesión contigo, que te busco al doblar cualquier esquina de la vida, que te siento cerca cada noche que me doy la vuelta en la cama, sí, me he dado cuenta de que voy persiguiéndote de un tiempo a esta parte.
Yo, como todo el mundo, te persigo a ti, felicidad, con la esperanza de toparme contigo de cuando en cuando y permanecer en tu presencia el tiempo más largo posible; con la certeza de que una vida perenne a tu lado es improbable y del todo imposible.
Muchas han sido las ocasiones en las que me he preguntado ¿qué es ser feliz? ¿Cómo definiría la felicidad? Y no creas, no es nada fácil describirte. Por un lado puedo acudir a la simpleza de decir que es encontrarme bien, contento con alguien o en un momento dado. Sin embargo, ambos, sabemos que la felicidad es algo mucho más intenso. Provoca en el ser humano un torrente de reacciones químicas y físicas que difícilmente serían sostenibles por tiempo indefinido. La consecuencia de tu presencia es que uno puede ver posible lo imposible, hacer realidad sueños irrealizables.
Durante una parte de mi vida no me fue posible siquiera atisbarte, eras como un cometa, que sabemos de su existencia, pero difícilmente solemos encontrarnos con ellos. Más adelante, cuando la vida quiso ser un poco más moderada conmigo, comencé a disfrutarte, en pequeñas dosis. Disfrutando cada instante como el primero y el último. Y soñando, cuando te ibas, que pronto volvería a toparme contigo.
Sigo persiguiéndote…

martes, 21 de diciembre de 2010

HABLAR PARA NO DECIR NADA

Cada día que pasa me sorprende más la capacidad que tienen muchas personas para hablar y hablar y no decir nada. Es fabuloso como rellenan las editoriales de los periódicos día tras día sin aportar nada sustancial; por no hablar de los tertulianos de las diferentes cadenas de televisión, abonados a decir lo mismo un día tras otro. Aquí ya no se trata de no decir nada sino de pronunciar sandeces y tonterías una hora tras otra.
Imagino que la sociedad que consume este tipo de información es una sociedad enferma de valores, que quiere escuchar tonterías varias que desplacen sus problemas a otra zona de su organigrama diario.
Los jóvenes, por el contrario, no dejan de hablar y hablar, de comunicarse ¿o no? Yo tengo mis dudas, creo que los jóvenes de hoy, en general pasa con casi todo el mundo, hablan mucho, pero no para que los escuchen, sino para decir lo que quiere decir y ya está. Da igual si su interlocutor ha prestado atención o no. Sólo hay que sentarse en una cafetería una tarde y ser un poco maleducado, prestar atención a las conversaciones que se producen en el entorno de nuestra mesa; veremos entonces como dos interlocutores hablan de temas distintos, en un orden más o menos educado, pero dejando claro que cada uno dice, lo que tiene que decir. La interacción no va mucho más allá de un: “sí, bueno, puede ser… quizá”
Las conversaciones antológicas donde uno puede prestar atención a su interlocutor, donde participa de la conversación, del todo…han dejado de estar de moda. Parece como si el debate de bar, ese que se producía por cualquier motivo en otras épocas haya dejado paso a otra forma de comunicación, una manera de comunicarse que nos está alejando a los unos de los otros.

HABLAR DEL PRÓJIMO

Este es el verdadero deporte nacional y no el fútbol. Nuestra sociedad, otras también lo hacen, se caracteriza por una desmesurada afición por hablar del vecino, sea este conocido o no.
Hemos pasado de una sociedad donde los valores de daban por supuestos, donde la educación y el respeto se presuponían hasta que uno, en buena o mala lid, lo perdía. Ahora se demoniza al vecino sin conocerle, inventando, acusando, etc.
La presunción de inocencia ha dejado paso al principio de: “yo acuso y si es mentira, ya lo desmentirán…” Goebbels pensaba, allá por los cuarenta, que una mentira repetida muchas veces se terminaba convirtiendo en una media verdad. Y todo el mundo sabe que sólo hay una cosa peor que la mentira y esa es la media verdad.
Cuando somos pequeños, en las aulas nos enseñan que el lenguaje oral tiene la virtud de la desviación de la realidad a poco que los interlocutores se sucedan en el espacio tiempo. Que lo que hoy es un asesinato puede bien terminar en suicidio a poco que la imaginación vaya ocupando el lugar de la verdad.
En las relaciones personales pasa lo mismo. Aquí nadie se atreve a decir: “no se”, “no le conozco”, “no tengo argumentos para opinar”, en nuestro país se opina si o si. Bajo esta absurda defensa del derecho de opinión se esconde algo más profundo, menos prosaico y más humano: la inquina, la envidia, la actitud miserable. Hablamos de nuestros vecinos del cuarto aun cuando no sepamos si son hombre o elefante, y lo hacemos con una dignidad fingida que nos hace acreedores de una verdad que ni de lejos tenemos.
Para más tarde dejamos el deber de rectificar, que rara vez lo hacemos y si se produce es porque la mierda nos llega hasta la nariz.
De un tiempo a esta parte me he especializado en encontrarme ante situaciones donde muchos me conocen, dicen saber todo de mí, conocerme más que yo mismo, alguno hasta me ha dado los biberones que no me he tomado, o me habrán sujetado el preservativo en mi primera vez…todo vale.
Las opiniones, supuestas conversaciones, insultos, etc. Pueden ser de lo más variopinto, según el pelaje del interlocutor. Lo bueno es cuando no tienen reparos de hablar mal de uno cuando se encuentra delante, porque ni saben de quien hablan ni cómo es. Ahí, en situaciones así, lo mejor que uno puede hacer es reírse y entristecerse ante el embrutecimiento mental de una sociedad y de unos seres sociales que perdemos demasiado tiempo en hablar del prójimo en lugar de mirar en nuestro interior y ventilar el mal olor que pueda acumularse.

IZQUIERDA

Tal vez la izquierda no deje de ser nunca el lugar donde los valores humanos tienen cabida, la cámara de las ideas, esa cueva donde han quedado atrapados los sueños del hombre para conseguir un poco más de igualdad, fraternidad y de libertad.
No hace mucho que escuché que la izquierda subsiste en tanto en cuanto no moleste demasiado a la derecha. La libertad de acción del pensamiento de izquierdas está más que nunca acotado al ámbito del pensamiento, la elucubración, la ensoñación y el deseo. La realidad no deja que la ideología de izquierdas pueda asomar más allá de un mitin o de un juego de sueños imposibles.
El mundo está controlado por poderes que supuran en mucho cualquier ideología, están por encima de un pensamiento conservador, liberal o progresista. El mundo está controlado por Corporaciones empresariales que viven más allá del bien y del mal y que, en caso de necesitar una representatividad política, eligirían una política conservadora o liberal.
Para la izquierda ideológica está reservado el derecho al pataleo, el intento de subversión encubierto que se debería llevar a cabo desde las aulas, si estas no estuviesen infectadas de esa ideología única que enarbolan todos los conservadores.
Desde el punto de vista de la educación, ha sido el progresismo el que ha dado pasos de gigante en la mejora de la percepción social, del aprendizaje y demás. Claro que ha sido un progresismo que ha partido de un pragmatismo conservador, del que algunas cabezas negras han querido salir. Esas cabezas, en ningún caso ideológicamente de izquierdas, han terminado por abrazar el título de “progresistas” para poder ubicarse en algún lugar del mapa.
Para la posteridad y la historia quedarán los datos, el que en los últimos 200 años de España, los gobiernos progresistas apenas hayan representado el 10% del tiempo gobernado, sin embargo la impronta y los valores, así como la forma de sociedad han permanecido. El mundo tal y cómo lo conocemos ahora es, sobre todo, el resultado de la ruptura con el conservadurismo y la inclinación, al menos existencial durante un tiempo, hacia la izquierda.
La tradición conservadora ha subyugado durante muchos siglos todas las sociedades que nos rodean, incluida la nuestra, y ha gobernado durante la mayor parte del tiempo (con aciertos y errores). No sería justo, por tanto, atribuir a la izquierda sólo lo malo, como tampoco sólo lo bueno.

jueves, 16 de diciembre de 2010

El sentido imperfecto de las perfectas cosas

Cada nuevo amanecer me sorprende una nueva cosa de ti, la suerte que tengo en la vida es haberte encontrando en la travesía de mi vida, haberme topado contigo y disfrutar de tu compañía. Mi sueño es caminar contigo de la mano mientras no te moleste, no te incomode o simplemente no sea capaz de continuar tu marcha. Esto último, el cuerpo, el corazón y el alma me piden que sea lo más tarde posible, el sentido común me empuja a alentar en ti el deseo de la fuga, de la libertad ganada a pulso, de la búsqueda de tu verdad...
De momento, mientras no llega ese día, me conformo con poder contemplar contigo como la imperfección del mundo que nos rodea nos atrae precisamente por ello. Cómo la belleza de lo efímero queda muchas veces oculta tras la perenne y aparente fealdad de una rareza natural... Quiero enseñarte mi mundo, ese mundo que he imaginado tantos años, que busco en cada una de mis escapadas.
Si un día, sentada en el alfeizar de la ventana de tu casa, miras el horizonte en una clara noche de estío, quiero que puedas cerrar los ojos y transportarte a ese universo de barrancos, valles, árboles, plantas, torrentes, sueños... que permanezcas allí un buen rato, pues si es cierto que existe otra dimensión u otro lugar donde yo pueda estar, sentiré tu presencia.
En ocasiones, cuando paso más tiempo del preciso sin mirarte a los ojos, me pregunto que pensarás de mí, o si lo harás. No puedo dejar de pensarlo, aunque sea un segundo. No se trata de egoísmo, no quiero que pienses en lo que hago, en cómo estoy, en cómo me encuentro, no, no se trata de eso. Se trata de que no te tengo cerca y te echo mucho de menos. De que te quiero y son muchas las ocasiones en las que las lágrimas inundan mis ojos empeñadas en mostrarme lo que ya sé, que eres mi vida.
Te quiero hija mía.

Por todos los Pedro Cárdenas...

Este pasado domingo día 12 él, en mi humilde opinión, mejor programa de documentales periodísticos, En Portada de TVE, emitió un estremecedor relato de la vida, obra y miseria del periodista vocacional Pedro Cárdenas, salían otros muchos que, cómo él, han sido víctimas por el mero hecho de informar, de contar lo que sucedía.
En la narración de José Antonio Guardiola se ponía el acento sobre la integridad de este periodista de provincias, de un colombiano víctima del país donde le ha tocado vivir, represaliado por defender al que no puede hacerlo sólo. Sin duda su narración, su visionado fue todo un homenaje, pero también una llamada de atención; un nuevo grito reclamando la atención de quienes gobiernan el mundo y sobre la sociedad, por el silenciamiento sistemático que se hace, desde gobiernos corruptos, de periódicos y periodistas en muchos lugares del mundo.
Yo me hago una reflexión incluso más profunda que afecta a buena parte de la profesión de periodista. Si en el código deontológico que les enseñan les dicen que lo primero es comprobar la veracidad de la noticia, además de su utilidad, etc., no denuncian a compañeros suyos, incluso jefes, cuando tienen la certeza de que su compañero, su jefe o su empresa se está vendiendo a una empresa, a una dictadura, a un gobierno... por qué no lo hace.
Cada periodista que es asesinado deja ciegos a muchos ciudadanos, cada periodista de investigación que es perseguido por su propio gobierno deja sin voz a una parte de su nación... Hoy día, la prensa es más poder que muchos de los poderes establecidos.
El problema, es una sola opinión quizá radique en que desde el comienzo de la era de la información, quien tiene esta información tiene el poder. Y la erótica del poder atrae mucho. Han sido periodistas los que han encumbrado presidentes, y lo que los han tumbado...
La pena, es que en medio de la podredumbre que se ha establecido en los bonitos edificios de los grandes grupos editoriales, personajes con opiniones dispares como Pedro Cárdenas están llamados a vivir de las miserias de los sótanos herrumbrosos con el peligro de perecer muertos a bocados por las ratas que de cuando en cuando les envían desde arriba.

Papa Doc, pobreza, miseria, terremoto... cólera

Hay lugares en el mundo donde a uno le ponen al nacer una marca en la espalda que dice: aquí, aquí me pueden cargar lo que quieran... yo lo soporto.
Uno de esos lugares es Haití, esa porción de tierra que ocupa la mitad devastada de una Isla rica en casi todo. Una isla que es un vergel en una tercera parte un mundo de absoluta desolación en la otra.
Años de sangría de la familia Duvalier, desastres naturales de todo tipo, mala administración de los pocos recursos que les quedaban. Talaron casi el 90% de los árboles que tenían, hacían galletas con un 70% de arcilla... hasta que llegó el terremoto y los dejó totalmente asolados. A los que tenían dinero, salvo que los matase directamente les dio tiempo de salir del país y establecerse en otros lugares, pero a los que se han quedado allí les ha vuelto a tocar la lotería. Ahora se mueren de una enfermedad que jamás habían tenido allí... el Cólera.
Imaginemos por un instante que en el Reino Unido, por decir un país al azar, se produce un desastre natural que precise la intervención de la ONU, y al cabo de un año de estar los Cascos Azules en las Islas comienzan a fallecer los británicos de Malaria... ¡se arma la de Dios es Cristo!
Pero aquello no importa, es Haití, quien se va a preocupar por ellos, ya ha pasado un año. No son, informativamente hablando, tan importantes. Además ya se ocupan de ellos médicos Cubanos...
Curioso, el mundo al revés, Cuba salvando al mundo... bueno a una parte que también es mundo.

Verdades Reveladas

Durante estas dos semanas que he permanecido más o menos disminuido en mis facultades físicas por diferentes motivos de salud, he estado reflexionando sobre como se mueve el mundo a mí alrededor, cómo la sociedad en la que vivo y aquellas que he podido ver, observar, estudiar o leer...
Todas tienen un patrón de comportamiento similar, todas se creen el eje central sobre el que debe vertebrarse el mundo. Cada una de esas sociedades asume sus Verdades Reveladas como las importantes, las únicas, las que verdaderamente valen. ¿En qué se diferencian entonces? En una única cosa, en cómo entienden y respetan o no, las Verdades de los demás. La diferencia está en la tolerancia. En la capacidad de permitir la coexistencia...
Por Verdades Reveladas entiendo unas cuantas que son comunes: Religión, Forma de Gobierno, respeto o no a los Derechos Humanos, Igualdad...

Cada una de las sociedades, por ejemplo la nuestra, la occidental, cree que lo suyo es lo mejor, que además debemos intentar que los demás vivan como nosotros. Es un debate manido y muchas veces aburrido, pero no debería dejar de obviarse. Seguiremos intentando dar color al mundo según guste a nuestros ojos, sin tener en cuenta si a la sociedad de al lado el sol le llega de cara o de espaldas.

Esas otras sociedades, por lo general reaccionan igual, intentan imponerse sobre la nuestras, nos ven como demasiado subversivos o quizá, demasiado modernos. Cabría preguntarse entonces ¿Cómo encontrar una respuesta?¿Dónde encontrar el punto de equilibro?

Partiendo de que se trata de una quimera, es fácil descubrir que en apenas setenta años hemos pasado de un desconocimiento absoluto de lo que sucedía en tres cuartas partes del mundo, a verlo todo prácticamente en directo. En seis décadas el mundo ha avanzado de manera exponencial. Y no nos hemos dado cuenta de que: si para un español hablar por teléfono móvil era un sueño hace veinte años y ahora hay casi treinta millones de españoles con uno... y a muchos de nuestros padres aun les alucina; imaginemos ahora en medio de África, donde siguen viviendo en 2010 como vivían en 1910, no tienen agua corriente, ni sanitarios, ni sanidad, ni hospitales, pero hablan por teléfono móvil, tienen parabólica, y coches a motor. Obviamente el salto ha sido mucho más salvaje para ellos. Lo que no queremos comprender, aquí, en nuestro bonito mundo, es que ellos quieren todo lo que hay en medio, todo lo que ellos no tienen y nosotros sí: desarrollo sostenido, calles, colegios, policía que les proteja y no de los que tengan que esconderse...

El mundo globalizado en el que vivimos debería servirnos para poder observar a las otras sociedades y dejar que éstas nos observasen; una suerte de cortejo en el que cada uno mostrase sus mejores galas; y finalmente quedarse con lo mejor de cada una, con aquello que pudiese ser llevado de una a otra sin por ello alterar sobremanera el funcionamiento de la sociedad misma.
No se trata de imponer por la fuerza sino de adoptar de buen grado, la diferencia siempre es grande.
Claro que alguien podría decir, por ejemplo en Paris: “Bien Europa puede exportar muchos valores, una forma de vivir en comunidad, la CEE, etc... pero ¿qué me puedo traer yo de la sociedad de los mumhbutu de Guinea, por ejemplo?...
Aparentemente no habría nada en Guinea que nos pudiésemos llevar e Europa... o sí?
Seamos europeos y vayamos a Guinea, intentemos hacer las cosas que hacemos aquí, con los medios que ellos tienen allí. El resultado sería que nos sentiríamos unos inútiles hasta para alimentarnos. De todo el mundo se puede aprender, y todo conocimiento resulta útil en algún momento. Da igual si la proporción es de 1000 a 1, lo que no debemos permitir es que sea de 1 a 0. Y no lo debemos permitir porque todos tenemos nuestras Verdades Reveladas y no es fácil que renunciemos a ellas así, sin más.

jueves, 2 de diciembre de 2010

LA ANATOMÍA DE MI SILENCIO

Soy una persona habladora, que disfruta de una buena conversación, del diálogo constante que se establece entre personas. Considero la comunicación como el elemento vertebrador de nuestra sociedad, la piedra de clave.
Me gusta escuchar música, siempre con un tono elevado; sin que llegue a molestar pero sí que contenga cualquier sonido aleatorio que perturbe la audición de la melodía que escucho.
No soporto sin embargo los lugares muy concurridos donde para hacerse entender, la gente, necesita levantar la voz. Al cabo de un tiempo en lugares así, comienzo a no escuchar lo que me dicen y a dejar de esforzarme en comprender, busco salir del local o simplemente mantenerme al margen de la conversación.
En el silencio me encuentro muy cómodo, su anatomía me gusta. Distingo perfectamente las líneas que separan su presencia del grave ruido que hay a su alrededor. Son muchas las ocasiones en las que busco un lugar en mi casa donde todo quede mitigado, un lugar donde el silencio se pueda escuchar, sentir, mascar... y me relajo.
Los años me han hecho descubrir la verdadera importancia del silencio como elemento de comunicación, incluso como elemento diferenciador entre personas que comprenden y personas que saben. También que para una relación de pareja poder compartir el silencio es uno de los mejores pasos para completar una vida en común.
Cuando he paseado por las montañas he sentido como el manto de silencio difuso que se mantiene siempre presente en ellas, me ha abrazado. Me hace sentir en comunión con el entorno... en silencio comienzas a escuchar sonidos que no creías que existían.
A mi hija se lo expliqué un día, aún a riesgo de que su corta edad la alejase del entendimiento necesario. Le dije: cuando llegas a un bosque traes contigo el sonido de la ciudad, del bullicio; si eres capaz de mantenerte en silencio durante media hora, observando a tu alrededor, comenzarás a escuchar y sentir. Descubrirás que tus oídos encontrarán acomodo en el leve repiqueo de las hojas movidas por el viento; el rápido correr de una ardilla a doscientos metros, el chapoteo de los peces saltando de uno a otro lado... ese silencio difuso es el que merece la pena.
Yo lo busco en los veranos en los que salgo a remar río arriba, sin más compañía que un remo y un kayak. En mitad del río me he sentido lleno, tranquilo...
Pocas veces he experimentado el silencio absoluto, ese en el que no hay absolutamente nada, incluso escuchas con dificultad tu propia respiración. Para ello, claro está, es necesario introducirse en una cabina de medición auditiva. Pedí permiso en una ocasión en la que, ingresado para controlar mi dolencia, tuve un brote de ansiedad y quería aislarme. Fue alucinante, durante diez minutos me costaba incluso mantener una postura cómoda; como si faltasen referencias... al cabo de ese tiempo comencé a sentir mi respiración, a dejarme llevar por la paz del momento...
Imagino que hasta ese punto llegan quienes son capaces de hacer de la concentración mental un modo de vida. No es difícil aislarse del ruido exterior, son los sonidos internos de cada uno los que cuesta más controlar...
Silencio...

Soberbia

El último de los Pecados podría ser también el menor de ellos, si nos atenemos al desarrollo de las sociedades, a la superioridad jerárquica del orgulloso o soberbio sobre el humilde o modoso.
La humildad es una característica maravillosa, pero la soberbia u orgullo también lo son. Sólo dependerá del momento en que una actitud o la contraria se den.
Así las cosas cuando hacemos algo que resulta ejemplarizante para los demás o para con nosotros mismos, no sentimos orgullosos de ello. La soberbia sería en este caso beneficiosa.
En otro orden de cosas la vanidad (otro sinónimo de soberbia) forma parte intrínseca del ser humano o al menos de una gran mayoría. Todos somos un poco narcisos y nuestra vanidad, grande o pequeña, nos encamina hacia una actitud u otra.
Soberbia...

Envidia

La envidia es el Pecado Capital por excelencia, y el deporte nacional en nuestro país. La RAE define la envidia como: la tristeza o pesar del bien ajeno y la emulación, deseo de algo que no se posee.
Yo me aproximo más a la definición, fantástica, que Fernando Fernán Gómez explica en el documental “La Silla de Fernando”, de David Trueba: sostiene Fernán Gómez que la envidia es el deseo de situarse en la piel del otro. En soñar con ser otra persona y beneficiarse de lo que esa persona se beneficia. Lo argumenta con El Quijote y su autor, Cervantes. Un envidioso querría ser Miguel de Cervantes, y haber tenido el ingenio de éste.
Por el contrario, sostiene el actor y escritor, el español no es envidioso sino mala persona; aquí, en lugar de querer ser Cervantes, dirían aquello de: pues no es para tanto; no está bien escrito; tiene muchos errores, etc.
Estoy al cien por cien con él. He conocido a pocas personas que quisieran ser Cervantes y sí a muchos que han criticado su obra. Y lo que es peor, lo han hecho sin tener en cuenta la perspectiva.
Y es esto último, la perspectiva, la que influye de manera determinante en nuestra concepción de la envidia. La óptica del envidioso le hará situarse más próximo o más lejano a la realidad.
El concepto de “envidia en el buen sentido de la palabra” no existe pues la envidia sólo debería tener ese sentido. Para la “otra” envidia, la RAE ya tiene suficientes adjetivos calificativos.
He sentido muchas veces envidia de los diferentes personajes que han trascendido a la historia, he soñado con ser ellos, con disfrutar de las buenas cosas que han hecho o de las situaciones que han vivido. Obviamente lo haría con mi propia perspectiva, no podría ser de otra manera, dado que la objetividad no existe en este ámbito.
En el Purgatorio, de Dante, explica la condena de los envidiosos a coserse los ojos por haber disfrutado observando la caída de los demás...
Para concluir habría que advertir que a la personalidad envidiosa se le suele unir una personalidad manipuladora, mentirosa y mezquina...
Envidia...