LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

lunes, 28 de marzo de 2011

LO QUE NO CONOCEMOS O NO QUEREMOS CONOCER

La sociedad, en general, se divide entre las personas que quieren conocer y las que no. Las que deciden vivir en un mundo o sociedad conocido para ellos y las que prefieren mantenerse en la ignorancia relativa de todo cuanto sucede alrededor, bajo la impresión de que así se pueden aislar de la realidad que les rodea.
Hay quién sigue creyendo que el desconocimiento de una obligación puede eximirle del deber de cumplirlo. Es posible que, en algún caso, legalmente sea así, otra cosa es moralmente.
En todo caso, la cuestión no estiva tanto en lo que no queremos conocer sino en aquellas cosas que nos ocultan, o en aquellas cosas que no tenemos fácilmente a nuestro alcance, o que simplemente no nos facilitan el acceso a ello.
Un ejemplo sería lo que está pasando realmente ahora en la central nuclear de Japón, ese lugar donde las informaciones son, casi siempre, manipuladas; y que esconde tras la pretensión de las cosas bien hechas, un desastre de proporciones dantescas que dejará un área de Japón inhabitable, casi inaccesible y seguramente con consecuencias dramáticas para los próximos veinte años. El que quiera pensar que lo que ha sucedido allí es controlable, y que los efectos negativos son tan pequeños como nos cuentan, es que jamás se ha molestado en leer artículos en profundidad sobre el alcance de un fallo tan grave como el que ha sucedido por el tsunami.
Tiende el ser humano a mirar para otro lado o a obviar lo que sucede fuera de las fronteras que habita, cuando los problemas no le afectan de manera inmediata, sin embargo, lo errores de la industria química o nuclear suelen tener consecuencias importantes; consecuencias que deberíamos pensar que son extrapolables a nuestra sociedad. Donde un accidente también es posible.
Si hablamos de problemas de índole social o cultural, como los malos tratos, la pederastia, la corrupción política… lo hacemos desde una ventana a la que casi nadie se quiere asomar cuando el olor a podredumbre nos coge cerca.
Es fácil mirar por el cristal lo que sucede en estos asuntos tan comunes, en otros países o comunidades. Cuando nos toca al lado tendemos a mirar para otro lado o, en el peor de los casos, a minimizarlo.
La ignorancia siempre ha sido muy atrevida, la ignorancia ha permitido a unos pocos “listos” aprovecharse del vulgo para beneficio propio. Lo desconocido tiende a temerse, por ello deberíamos emprender siempre el camino opuesto, el que lleva al descubrimiento para así, poder dejar el miedo a un lado.
No querer conocer lleva implícito un riesgo, el de darnos de bruces con la realidad, una realidad presente y a al vista, sin la posibilidad de llevarnos luego las manos a la cara en señal de sorpresa.
El conocimiento te hace libre; libre para pensar, para hacer, para negarte…simplemente para saber.

viernes, 25 de marzo de 2011

CRECER CONTIGO Y A TU LADO

Cuando era niño soñaba con ser una persona mayor, no demasiado, pero mayor al fin y al cabo. Quería alcanzar el 1.95 de estatura, quizá influenciado entonces por la irrupción del baloncesto en nuestras casas a través de la televisión y de las narraciones de Ramón Trecet en aquellos partidos de NBA.
Crecer lleva implícito el descubrimiento de que uno es demasiado pequeño para según que circunstancias y eso…no es agradable.
Imagino que todos hemos tenido un desarrollo físico y personal con altos y bajos, con momentos intensos y otros casi desprovistos de interés.
En la edad adulta, en la que, ahora sí, ya me encuentro, el crecimiento obedece mucho más al intento de desarrollo interno, intelectual y afectivo.
Siempre me he preguntado ¿cuándo se es mayor? Porque realmente no es sencillo responder. Dependiendo del momento en el que la pregunta se formule la respuesta variará.
En mi opinión uno es verdaderamente mayor en el momento que comprende que su crecimiento interior nunca cesa, que siempre hay algo más que aprender y, con ello, el crecimiento no se detiene.
Las personas que nos rodean van a contribuir, o no, a ese desarrollo de manera tal que su influencia puede determinar en buena forma cómo vamos a crecer.
Desde que te conozco lo cierto es que muchos de los conceptos que yo tenía más o menos fijos los he tenido que modificar. Por un lado llegamos al lugar común desde puntos de partida diferentes lo que hace que llegados al punto de encuentro las vivencias sean diferentes.
El camino que nos queda por recorrer no será fácil, ni estará exento de dificultades, pero he aprendido en este tiempo que cualquier roca se convierte en arena si las personas quieren.
Calculo, y quiero pensar, que al menos estoy en la mitad de mi ciclo vital, así que tengo muchos años por delante para crecer. Deseo crecer en lo intelectual donde tu ayuda será inestimable y sé que puedo contar con ella. Quiero crecer a nivel afectivo y ahí tu participación será el 50% de la ecuación. Y todo lo deseo hacer cerca de ti, a tu lado.
Uno, con el paso de los años, va aprendiendo a separar de su vida a quienes aportan poco o nada. Participan de la vida de uno quienes dejan una huella tras su paso, quienes apenas dejan una estela, los que renuevan el aire con su ausencia…
Es muy fácil decidir dónde quieres estar y con quién; acertar es otra historia, y la mía, como la de muchos, está plagada de errores de cálculo; de momentos de ceguera transitoria, de errores de bulto, de aciertos, de descubrimientos… situarme a tu vera supone para mí una parada y fonda, un lugar en el que quiero y deseo quedarme.
Será el paso del tiempo y las fortaleza de este lugar común en el que nos estamos encontrando, quien determinará si al final de mi camino tú estarás allí.

miércoles, 23 de marzo de 2011

ECONOMÍA SOSTENIBLE

¿Es la economía sostenible un camelo? ¿Cabe, en el entorno de la economía actual, un desarrollo económico como el que propone?
Son preguntas que muchos de los que somos legos en economía nos planteamos. Por un lado nos quieren vender la posibilidad de un desarrollo sostenible basado en la utilización de los recursos necesarios sin merma para necesidades futuras. La realidad nos indica que el grueso del mundo occidental se dedica a la expoliación de los recursos en beneficio propio; que la manipulación burda de los coeficientes económicos y de los ratios es moneda común, etc.
Soy de los que he creído siempre que la tierra tiene suficientes recursos como para mantener a la población que ahora tiene e incluso mucho más. El problema no es sólo el consumo energético por parte de los países más desarrollados, sino el expolio que estos hacen de los recursos que necesitan los menos desarrollados.
En la síntesis de la economía sostenible se encuentra el no terminar con los recursos que generaciones venideras vayan a necesitar; sin embargo los países que se proponen llevar a cabo este cambio de una economía capitalista de aglutinación a una economía basada en la sostenibilidad, son los mismos que ahora se aprovechan de los recursos comunes. La credibilidad, por tanto, está en entredicho.
No se trata de hacer una regresión en busca de la redistribución de la tierra, un pensamiento utópico y alejado de la realidad, pero sí se trata de aprender un poco de quienes hacen de los recursos naturales un sustento habitual.
Para desarrollar adecuadamente una economía sostenible real, es necesaria una mayor implicación de los países que detentan el cetro económico y que, en modo alguno tiene intención de hacerlo. Tanto Estados Unidos como China se mueven en otra onda, por no hablar de Rusia y los países satélites, que desconocen, no sólo el término, sino que se niegan a adoptarlo.
Creo que la economía sostenible se ceñirá a los países europeos, que con el tiempo serán un parque temático para los demás. Europa lleva camino de ser un lugar de visita cultural, carente de más recursos que los intelectuales y ello, en tanto en cuanto sea capaz de parar el goteo incesante de cerebros que se van hasta naciones dispuestas a implementar los recursos necesarios para que lleven a cabo sus proyectos. Proyectos que, naturalmente, son la consecuencia de una formación aprendida en regiones capitalistas cuya economía, a día de hoy, nada entiende de sostenibilidad.
Esta quimera debe fundamentarse en una formación de inicio, en un aprendizaje social que debe comenzar en la escuela y que, con paciencia, hará de las futuras generaciones los ejecutores necesarios de las reformas precisas para asentar un proyecto como éste.

martes, 22 de marzo de 2011

OTRA GUERRA MÁS

En estos momentos en el mundo se desarrollan al menos una treintena larga de conflictos armados; la mayoría invisibles para buena parte de la población. No son noticia en los medios de comunicación y, por lo tanto, para una inmensa mayoría, simplemente, no existen.
En un mundo globalizado donde las tensiones de la corteza terrestre manifestadas brutalmente en Japón son tan próximas que pareciese que la central nuclear está aquí al lado, las guerras en el África sub-sahariana o en Asia no importan porque, al no aparecer en los medios de comunicación, son menos importantes, menos graves, menos dañinas.
Y claro que lo son, porque la conciencia social del mundo desarrollado se fundamenta en la importancia de lo inmediato ante lo lejano. No somos una sociedad que nos preocupemos realmente por otras sociedades, sino que nos preocupan aquellos problemas que un día pueden ser nuestros. El ejemplo está en que no nos preocupan las víctimas del terremoto, toda vez que aquí difícilmente se producirá, sino los daños de una central nuclear ya que aquí sí las tenemos.
Lo que sucede en Sudán, en Costa de Marfil, o cualquier otro país similar no lo vemos como un problema para nosotros pues difícilmente nos vemos reflejados en esas sociedades y sus problemas no forman parte de nuestro orden social. Ni siquiera cuando la Guerra de los Balcanes estuvo en su máximo apogeo nos preocupó demasiado.
Libia lleva con Gadaffi desde hace más de treinta años, y sólo ha sido noticia cuando los americanos se han enfrentado a él o ahora, cuando la comunidad internacional ha reaccionado tarde y mal contra un sátrapa que martiriza a su pueblo. La conciencia moral del mundo occidental hace que nos echemos las manos a la cabeza ahora cuando este individuo lleva décadas gobernando un vasto territorio como le da la gana, pero claro, poderoso es el gas y el petróleo.
La de Libia será una guerra más, una de tantas. Que se mantendrá en candelero en tanto en cuanto el cacique siga en el poder. Aunque las consecuencias las pagaremos todos de nuestro bolsillo.
El mundo musulmán lleva meses convulsionándose por las revueltas sociales, unas revueltas que se producen en una población hastiada de verse sometida al yugo de dictadores militares o eclesiásticos pero qué, en modo alguno desean tener a occidentales en su territorio. Ni quieren una democracia como la nuestra, ni el mismo sistema de vida… quieren mejorar, pero no saltar a un cuadrilátero en el cual no se sentirían cómodos.
En Libia ha muerto gente y morirá mucha más, quien sabe si incluso occidentales; auque sería deseable que no pisásemos esa tierra, tan árida y dura que sólo los locales la encuentran cómoda.
No hace mucho tiempo a una periodista de TVE la despidieron por decir que era una pena tener que invadir un país para echar al dictador. El tiempo le dio la razón en todo, fue readmitida e Irak no está mejor (no tiene un dictador pero tiene señores de la guerra). Ojalá ningún periodista tenga que invocar las palabras que ese día, Ángela Rodicio, dijo públicamente. Sería la constatación de que algo habríamos aprendido…

COMIENZA EL VIAJE

Cuando emprende la aventura de organizar un viaje, éste da comienzo en el preciso instante en el qué, sobre un papel, plasmas las primeras ideas de lo que quieres hacer y dónde.
Los primeros momentos se inician, hoy día, con una búsqueda en profundidad por este universo binario que es la red. Destinos, vuelos, alojamientos, etc. Con el paso de las horas uno va convirtiéndose en experto conocedor de las rutas que nos llevan al destino deseado.
Calculados los gastos, las distancias, los comos y los cuandos da comienzo el paso siguiente.
La intendencia difiere en función del tipo de viaje que vamos a realizar. Cuando se trata de volar, a la vista de las tarifas, tratamos de meter en una maleta lo imposible para que pese lo improbable. Finalmente terminamos por llevar de más y pagar o de menos y comprar; el resultado final siempre es semejante.
Soy de viajar en coche, siempre lo he sido por múltiples condicionantes. Sobre todo hay uno que hace que siempre que pueda me incline hacia este medio de transporte: la posibilidad de ir donde uno quiere, parar cuando apetece y detenerse donde plazca.
Al hacer el viaje en coche tu único límite es la capacidad del vehículo, así que siempre terminas por llevar demasiadas cosas y siempre te faltará alguna. Aun así organizar la intendencia para el coche es…abrumador. Entra de todo, cabe casi todo y siempre dejarás en casa algo que seguro es imprescindible…y aún así, compensa.
Los viajes vacacionales representan para muchos el principio del fin, el reconocimiento de la imposibilidad de vivir con alguien con quien llevas mucho tiempo y que apenas conoces; para otros supone, por el contrario, una oportunidad bárbara para disfrutar de su pareja, de sus hijos, del momento; para encontrarse de nuevo y disfrutar de esos instantes.
Son éstos últimos los que más fotografías realizan, toda vez que quieren guardarse tantos recuerdos como sean necesarios.
Qué sería de un viaje sin cámara, y por lo tanto, sin fotos absurdas… porque…mira que no hacemos fotografías difíciles en vacaciones. Tendemos a fotografiar todo cuando está a nuestro alrededor, por más que, tal vez, tengamos lo mismo a cien metros de casa; pero claro…no está en nuestras vacaciones sino en nuestra monotonía y por ende no le prestamos atención.
Dicen que un largo viaje comienza con el primer paso… llega Semana Santa y muchos daremos ese primer paso….

lunes, 21 de marzo de 2011

PENSAR

No existen verdades absolutas, nadie tiene la certeza de nada o de casi nada pues con la muerte se puede especular mas la única realidad es que ocurre y nadie ha demostrado lo contrario.
Buena parte de la humanidad necesita creer en verdades reveladas, en absolutos en los que confiar ciegamente dado que de lo contrario su universo se desmoronaría.
El ser humano tiene la capacidad de pensar, de cuestionarse si las cosas están bien o mal, si las verdades que nos venden como tales lo son en realidad o responden a intereses humanos para coartar la libertad del resto de la especie.
La red neuronal que se acumula en nuestro cerebro nos diferencia de los demás seres vivos en que la sinapsis que se produce entre las neuronas es capaz de desencadenar la capacidad de pensar, de sentir y de transmitir lo que sentimos.
El pensamiento abstracto debería hacernos especiales, y de hecho lo somos, pero…buena parte de las capacidades que tenemos las desvían muchos a llenar la vida de los demás de abruptos badenes.
Somos grupales, necesitamos aglutinar esfuerzos en torno a un líder, a alguien que cuantifique nuestras posibilidades; tan sólo unos pocos se convierten en anarquistas morales y sociales, individualistas que fundamentan su existencia en una libertad que casi siempre termina cercenando la libertad de el de al lado.
Me he cuestionado a lo largo de mi vida muchas cosas, y cada día encuentro temas nuevos que cuestionarme. Ello no implica que esté en contra de ellos, ni mucho menos, sino que me planteo ante ellos los diferentes puntos de vista. Así, mi reacción antes ellos, será de una manera u otra según las conclusiones que saque de mis reflexiones.
Cuando abrimos un periódico, escuchamos una emisora de radio o vemos la tele no podemos hacerlos como una esponja, sino desde un punto de vista analítico, crítico si se puede. Sólo así podremos subsistir en un mundo donde las noticias se convierten en hipérboles de la realidad, cuando no en vanidosas opiniones interesadas de quienes publican distorsiones de la realidad que contemplan.

La capacidad de pensar nos ha sido otorgada y es un bien que debemos aprovechar, que tenemos utilizar en nuestro provecho primero y en el de la sociedad a continuación. Mas pensar duele, y lo hace con intensidad, cuando la reflexión se acentúa sobre nuestros actos o los de otros que pueden afectar a nuestra vida. Unos evitan el pensamiento en una huida hacia delante hasta que el muro de la realidad frena sus viaje a ninguna parte…para los que piensan siempre quedará la oportunidad de rectificar, que jamás evitará el sufrimiento ni el dolor, pero al menos da herramientas para soportarlo.

¿QUÉ CLASE DE PAÍS QUEREMOS PARA NUESTROS HIJOS?

Estamos viviendo una época difícil, un momento en el que los criterios económicos están imponiéndose más que nunca sobre los criterios socio – históricos. De un tiempo a esta parte, aunque siempre ha sido así, los términos económicos están presentes en todos los medios de comunicación como una suerte de mantra que repiten una y otra vez todos los medios de comunicación.
Cada día que pasa, sobre todo desde el comienzo de la crisis, incorporamos a nuestro vocabulario habitual términos que no formarían parte de nuestro modo de comunicarnos de no estar ahogados por el fiasco económico del sistema capitalista en el que vivimos.
Llegados a este punto convendría hacer una reflexión seria sobre el país que queremos tener; no es un asunto baladí, y mucho menos algo que debemos dejar correr como hacemos habitualmente. La sociedad debe manifestar a los políticos el camino que deben tomar realmente y no el que ellos piensan que queremos que tomen.
Desde mi humilde punto de vista España debería acometer reformas importantes en el plazo de tiempo más breve posible. Y no hablo de las manidas reformas estructurales que forman parte de ese lenguaje tan ambiguo como ambivalente que tanto sirve para un roto como para un descosido. Hablo de que esta es una tierra donde los niveles de productividad están entre los más bajos de Europa, hablo de un país que fundamenta su economía fundamentalmente en el sector servicios y, por tanto, está supeditada a cosas tan volubles como el clima.
Cuando un país quiere estar en al vanguardia del mundo desarrollado deber destinar, sin recortes, buena parte de su PIB a I+D+I. Y debe de hacerlo de forma sostenida en el tiempo, garantizando a los que investigan una aportación económica suficiente como para llevar a buen puerto sus investigaciones y que las patentes se queden aquí, y no terminemos enviando a nuestras mejores cabezas a otros lugares para que sean esos países los que se lleven todo.
Nuestra clase dirigente es mala, no está bien formada y pertenece a esa clase de políticos que antepondrán siempre sus intereses de partido frente a los intereses nacionales. Sería difícil encontrar aquí un gobierno que acometa las reformas que son necesarias en lugar de las que le garantizan votos. Aunque es posible que, en el ocaso de sus mandatos, como ahora mismo, se acometan las verdaderas revoluciones; lejos sin embargo de las necesarias.
Si uno tiene una familia, con niños pequeños, debe pensar qué exigir, qué clase de país quiere; no existe otra manera.
En poco tiempo (históricamente hablando) hemos pasado de una economía ficticia (dictadura) por una economía irreal (la de las subvenciones europeas) hasta una economía hiper – realista (la de la crisis actual) y en todo este espacio temporal no hemos aprendido otra cosa que a vivir por encima de nuestras posibilidades, sin aprender que para mantener y sostener el tan preciado Estado de Bienestar, es preciso sacrificarse, afrontar realidades y sobre todo trabajar bien, que no más.

Los próximos veinticinco años serán diferentes a los que ya hemos vivido. En el horizonte nuevas potencias aglutinarán buena parte de los recursos que una gran mayoría de países tendrán que producir. Contra las nuevas potencias y los productores de bajo coste, nuestro país sólo podrá competir en tecnología punta, en productividad… de no caminar en esa dirección terminaremos siendo un punto negro en medio de una Unión Europea que nos apretará cada día más.

sábado, 19 de marzo de 2011

FELIZ DÍA

Feliz día, hoy estás de celebración, es tú día, el mío, el de muchos. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te felicité, bueno, en realidad jamás lo había hecho antes y todavía me pregunto la razón de por qué lo hago hoy.
Supongo que ser padre ha condicionado mi pensamiento, mi manera de ver la vida y hacer las cosas con mi hija. Comprendo que un padre siempre desea lo mejor para sus hijos. Sí, hay padre que no piensan así, pero esos, esos no son padres; son otra cosa.
He pasado buena parte de mi vida sin que este día tuviese un significado especial para mí, sin que pasase de un felicidades a Pepe o Pepa, como manda la tradición y la buena educación.
Desde hace siete años ha cobrado un significado diferente, y no porque el día sea diferente de los demás, sino porque quizá sea un día en el que tienes más presente que hay alguien a quien debes buena parte de tu vida futura, además de la que vives.
Muchos creen que uno deja algún día de tener obligaciones, que cuando los hijos se emancipan comienza una nueva etapa en la que nosotros no tenemos nada que ver...¡qué equivocados! ¿verdad? uno no deja de ser padre nunca, ni tampoco hijo.
Ya sabes que no soy especialmente cariñoso, que no demuestro fácilmente los afectos, los de verdad, incluso con ella, en su día, apenas lo soy. Pero soy hijo, tuyo y de ella, y lo seré siempre.
Tal vez ahora, próximo a los treinta y diez me esté volviendo algo "ñoño" no lo sé, pero si es cierto que muchos de esos días en los que los problemas se amontonan, cuando las dudas inundan mi mente, me habría gustado poder mirarte a los ojos y preguntarte ¿y ahora qué?... pero no estás, hace mucho que no estás...
Pero hoy es tú día, el mío, el de muchos...y por ello quiero felicitarte, quiero decirte que te echo de menos...

miércoles, 16 de marzo de 2011

EL HÁBITO DE PENSAR

Para la mayoría de las personas razonar las cosas que le suceden en el día a día es sencillo; reflexionar sobre el por qué le suceden ya es ir un poco más allá. Es adentrarse en razonar en relación con las realidades de cada personalidad. Un lugar donde a muchos les cuesta adentrarse por el temor a verse reflejados, de alguna manera, en un espejo del que siempre han querido huir.

Pensar implica necesariamente razonar. Razonar, por el contrario, se puede hacer bien o mal. Pero ¿qué es razonar mal? ¿qué es hacerlo bien? Existen innumerables opiniones sobre la manera y forma de razonar, atendiendo al cómo y a por qué nos asomaremos a universos personales difícilmente interpretables desde otra óptica que no sea la propia de cada uno.

Para una persona con inclinaciones narcisistas todo razonamiento va a estar, necesariamente, implicándolo a él, tanto en sentido positivo como negativo. Para alguien con tendencias suicidas todo pensamiento enarbolará la bandera de una huída hacia delante, un salto al vacío… no es común el pensar, como tampoco lo deben ser los motivos sobre los que pensamos.

En todo caso, pensar se antoja como un hábito muy necesario para poder abarcar la inmensidad de datos que se acumulan en nuestro cerebro a través de los sentidos. Ver, mirar, sentir, oler, probar…todo ello repercute en nuestros pensamientos. Y éstos en nuestra manera de vivir.

Quien no tiene el hábito de racionalizar su vida quizá viva de una manera mucho más sencilla, pero también de una forma pobre… estar en la vida sin que lo que hagas o pienses repercuta en tu día a día hace que la línea plana se instale en tu pensamiento y con ello vivas en la monotonía. Si bien, habrá quien defienda la monotonía como el modo más tranquilo de vivir.

Deberíamos acostumbrar a nuestros hijos, desde bien pequeños, a desarrollar el hábito de pensar, de racionalizar las cosas, de lanzar hipótesis sobre lo que desconocen con el fin de que un día puedan verificarlas por sí mismos. No podemos hacer de ellos máquinas que sigan patrones conductuales donde el pensamiento es dado.

Nuestra sociedad, la que pertenece al primer mundo, está dominada, en cierto sentido, por el pensamiento único: el del universo capitalista aglutinador de propiedades, sirvan éstas o no.
Así, nuestros infantes crecen en la opulencia de verse acostumbrados a cambiar de tecnología cada seis meses, de ropa cada trimestre, etc. De seguir así, cuando abandonen la pubertad y entren en la adolescencia caerán en la cuenta de que “el conseguidor” que tenían antes, sus padres, van a comenzar a ser incapaces de acometer la labor de renovación de todo cuanto les rodea, en la misma medida que cuando son pequeños. Estamos, en resumidas cuentas, acostumbrando a nuestros hijos a no pensar, a darles las cosas hechas, a que crean que con pedir las cosas es suficiente…

El hábito de pensar…

martes, 15 de marzo de 2011

PROMESAS ELECTORALES Y OTRAS MENTIRAS

Ya queda menos para que nuestras calles se vean inundadas con miles de fotografías de los diferentes candidatos y partidos políticos. Unos nos serán conocidos, otros formarán parte de ese universo de anónimos que contribuye con su careto a calentar los bolsillos de unos pocos.
A partir de ahora cada acto público se convertirá en un panfleto, en un acto de campaña. Lugar común donde la difamación, la mentira, la falsedad y demás atributos políticos estarán presentes.
Vivieremos un tiempo lleno de actos donde proclamaremos como aptos a unos y como ineptos a otros; normalmente de manera equivocada pues suele ser el menos capaz el más elegido por su maleabilidad.
Los votantes asentiremos con la cabeza ante cada mentira que nos digan en la cara, como si quisiésemos creer todo aquello que nos dicen como una suerte de sortilegio sobre el mal fario que parece acompañarnos ultimamente, en lo que a economía se refiere. Los unos dirán que todo está mal y que ellos lo mejorarán, los otros que si continúan podrán dar vuelta a las cosas. Lo único cierto es que la situación ser revertirá sin que ninguno de ellos tenga la menor posibilidad de hacer nada, toda vez que vivimos un mundo global donde lo que tenemos es fruto de otros.
Convendría un ejercicio de responsabilidad (quizá un imposible), en el que exigir a nuestros representantes más modestia ante lo que pueden o no conseguir.
A nosotros mismos, quienes al fin y al cabo, somos responsables de su elección, deberíamos exigirnos, como mínimo, ser capaces de valorar los programas electorales y no la simpatía o antipatía. Si queremos dar ese pequeño salto como país de primer orden social, deberíamos ser capaces de valorar a los partidos por lo que pueden aportar a la sociedad desde un punto de vista programático y no sobre la cara bonita o fea de éste o aquel...Claro que para ello nos queda un largo camino todavía...

domingo, 6 de marzo de 2011

TUS OJOS

Cuando mis ojos se topan con los tuyos comprendo que mi vida ya merece la pena, pues en ellos encuentro el cariño y amor incondicional de quien te observa admirándote por el mero hecho de ser quien eres.
Quizá con los años esa mirada cambie, seguro que lo hará, porque en el normal desarrollo de la vida, ésta irá dejando un poso en tu alma que modificará esa mirada limpia que hoy tienes.
Mas estoy seguro de que seré yo y mi comportamiento contigo quien sea capaz de mantener es tus ojos la misma mirada que hoy veo.
Serán tus ojos mi guía en muchos momentos, la luz que me guíe hacia lo que debo hacer cuando esté alejándome del trayecto que debo seguir. Son tus ojos los que han infundido en mí una responsabilidad que no conocía antes de conocerte a ti.
También en ellos veré lágrimas, y esas gotas corriendo por tu cara encogerán en ocasiones mi alma; será entonces el momento de apoyarte en mi hombro y darte consuelo, reposo y amor. También de explicarte cómo, por qué, y hasta cuándo…entre las miles de preguntas que en ese momento tendrás.
Disfrutaré del brillo de esos mismos ojos que hoy brillan por un juguete o un juego, cuando lo hagan por un amor que inunde de pronto tu vida y lo complique todo. Cuando te creas que todo en la vida es esa sensación que oprime tu pecho y que tan bien reflejarán tus ojos.
Confío en no tener que ver en ellos mucha pena, mucha tristeza… cuando llegue ese momento también confío en estar a la altura y ser capaz de ofrecerte el asidero que necesites…
Estaré atento a tus ojos…

LA AVENTURA DE LA VIDA

Muchas veces en mi vida he escrito sobre las ganas de vivir, sobre la ilusión que me haría poder envejecer con mis facultades mentales intactas, poder contar historias a mis nietos y sobre todo disfrutar de la vida hasta el último estertor.
La vida es una aventura, un momento en el tiempo en el cual deberíamos aprender a concebir, como posible, la idea de una vida posterior.
He defendido muchas veces la idea cierta de que la muerte es la certeza que uno tiene cuando nace; con el paso de los años dejo abierta una posibilidad a que exista una existencia paralela; de nuestra existencia física tenga un fin diferente a nuestra existencia mental…es navegar en un universo complejo.
Así que de momento centro todos mis esfuerzos en vivir esta vida que conozco; en madurar de una manera completa, abriendo mis orejas para aprender de aquellos que puedan aportar a mi vida nuevos conceptos, nuevas ideas. El reciclaje es imprescindible para una continuación en una sociedad que avanza a pasos agigantados en nuevas tecnologías y en otras materias, mientras sufre un cierto retroceso en valores.
La aventura de la vida comienza desde el mismo momento en que llegamos a este mundo, carentes de todo vicio y siendo esponjas que absorben emociones, datos, etc. Del desarrollo de los primeros años de nuestra existencia dependerá, en buena medida, lo que seremos en el futuro.
Disiento de quienes sostienen que seremos únicamente el resultado de estos primeros años. Sé que son importantes y condicionan el futuro, pero creo en la capacidad humana para modificar conductas, para ampliar conocimientos, para poder decir que sí o que no.

La aventura de la vida nos lleva a pasar por la convivencia, esa prueba terrible que implica a todas nuestras capacidades físicas e intelectuales. La creación de una familia, la formación de un hogar, se sostiene en la observación y el aprendizaje sobre los usos y costumbres de quienes comparten su vida con nosotros. Supone la renuncia a unas cosas en aras de obtener otras.
El amor nos acompaña toda la vida, en este viaje itinerante de la vida a la muerte y más; el amor va a condicionar todo nuestro desarrollo, todos nuestros actos. Unas veces será el amor a los demás, otras el amor a nosotros mismos, el otro el amor a lo que está por llegar…
Mi viaje, el que estoy llevando a cabo, es un viaje al que no le faltan baches profundos, montañas elevadas, largas rectas…un viaje al fin y al cabo donde lo importante no es sólo existir, sino cómo se existe.
La vida siempre la he considerado demasiado corta, breve, creo que no tenemos tiempo para hacer todo lo que deseamos y sobre todo, aquello para lo que estamos de sobra capacitados.
Este viaje puede hacerse sólo o en compañía; la soledad lleva implícita el conocimiento intenso de uno mismo, la posibilidad de descubrirnos desde el interior, también lleva aparejada la pérdida en nuestro interior, la caída en esa enfermedad social llamada depresión.
El viaje en compañía puede ser inmensamente placentero o terriblemente complejo. Creo, que en este viaje es necesario desprenderse de equipajes por el camino y también subir nuevas maletas, nuevos pertrechos que contribuirán a formar parte de lo que seremos en la vejez.
Del posterior viaje a una vida ulterior nada sé, todo lo más que puedo hacer es un acto de fe y creer que hay vida más allá. Sería absurdo alcanzar la madurez intelectual, llegar a la vejez con tantos conocimientos adquiridos y que todo ello se fuese al limbo. Imagino que habrá algo más, pero mi temperamento racional me impide asegurar que puede ser así.
El viaje de la vida comenzó para mí hace 38 años… confío en que al menos pueda durarme otros tantos o más… la aventura que supone lo que percibo y siento es fantástico pese a los momentos duros. Siempre es una sorpresa lo que puede esperarte al otro lado de una puerta, de una carta, de un sms, de un chat…

QUÉ DIFÍCIL PUEDE LLEGAR A SER…

De pronto uno se plantea, un buen día, que quizá no merezca la pena tanto esfuerzo, que los suspiros, las agonías, los sinsabores, hacen que lleguemos a decir: Qué difícil puede llegar a ser…
Las relaciones personales, son eso, personales, con lo que la subjetividad estará siempre presente. Uno siempre desea que le amen cómo el ama él. Uno siempre confía en alcanzar metas tal y cómo el exitoso lo ha logrado… mas no todo el mundo nace de la misma madre ni del mismo padre.
Siempre he creído en la libertad de oportunidades, en que cualquiera puede llegar a ser lo que se proponga, dentro de lo razonable. Pero me he topado en ocasiones con que hay situaciones que se vuelven insostenibles por lo difíciles, por lo complejas, por lo ridículas…
No reír o no llorar no implica que carezcamos de emociones, y ahí es donde confluye la desazón de quien se siente ninguneado por aquellos que tienen sus prioridades ordenadas.
Las relaciones humanas y más las de pareja, pueden ser terriblemente duras sobre todo cuando uno ama y otro se deja amar. O cuando uno quiere y el otro simplemente se deja ir.
También son difíciles las situaciones de desafección, aquellas que son producidas por la distancia o por el exceso de proximidad. El ser humano precisa de los demás seres humanos para socializarse, para vivir.
Nadie nos ha dicho nunca que la vida sea fácil, razón de más para darle la razón a aquellos que se empeñan en descubrir qué hay bajo los pies sin mirar nunca hacia arriba.
Qué difícil es todo…

viernes, 4 de marzo de 2011

RECHAZADOS

No me he sentido rechazado muchas veces a lo largo de mi vida; pero cuando lo he sentido, además del dolor que causa, he intentado encontrar un lado positivo. Descubrir que no te quieren en un lado es traumático, puede llegar a cercenar de raíz el equilibrio mental de cualquiera si lo coge a uno en un momento de debilidad. Superado el trance me he visto salir fortalecido interiormente, con cicatrices claro, pero más entero, más curtido. La superación de la adversidad siempre ha sido la forja forzosa a la que el ser humano se ha visto avocado desde la noche de los tiempos.
El rechazo al diferente es también una forma de marginación, a veces cruel, siempre triste. No tenemos que soportarnos todos, unos con otros, la multiculturalidad trae aparejado el problema de las diferentes velocidades a las que se mueven las sociedades de origen. Cuando convergemos diferentes personalidades en una pareja, en un grupo, en una sociedad, ya es un trabajo encomiable el llegar a acuerdos, si a ello le sumamos, cuando existe, la diferente procedencia geográfica; añadimos un hecho diferenciador que no siempre coexiste de manera natural con los demás.
La amplitud de miras, la capacidad del hombre para superar esta dificultad, es la que logra que las sociedades plurales lo sean de verdad. El mestizaje siempre había sido consecuencia de la imposición de unos sobre los otros. De un tiempo a esta parte el mestizaje se da de manera aleatoria y natural y con ello la interconexión entre diferentes se hace latente en cada estrato social.
Cuando una sociedad vive situaciones de crisis económicas comienza a adentrarse en una espiral perniciosa que empuja al diferente hacia el exterior.
Para aquellos que, dejando atrás familia y recuerdos, se adentran en sociedades ajenas, intentando aprender en cuatro días lo que a los nativos les lleva generaciones, supone un esfuerzo añadido al normal desempeño de las naturales labores que no quieren hacer los locales. En momentos como el actual, donde nos vemos abocados a desempeñar cualquier labor, por mala que parezca, comienzan a sobrarnos los foráneos, ya que, ahora sí, “vienen a quitarnos el pan”. Un pan, que antes no nos preocupábamos en comprar pues dábamos por hecho el tenerlo.
Del rechazo al diferente han surgido los conflictos bélicos más importantes de la historia de la humanidad. Somos el resultado de una evolución social que nos ha llevado desde la conquista al mestizaje…mas hay muchos que siguen creyendo que seguimos conquistando, que el diferente, el de fuera es alguien que está a nuestro servicio.
La vileza del espíritu radica en el abandono de los valores humanos…

En el interior de un paraíso natural

Los árboles se cimbrean por la corriente de aire que es casi imperceptible aquí, a ras de suelo. En el ambiente se respira el fuerte aroma a naturaleza viva.
Si uno cierra los ojos y se mantiene inmóvil puede disfrutar del sonido del agua en su discurrir entre esta ingente masa forestal. Cuando los abres y descubres que puedes ver todo el fondo a través de sus cristalinas aguas, te das cuenta de que aquél es un lugar especial.
Todo el entorno invita a un aquelarre nocturno, a una “queimada” a media noche, a fiestas y conjuros, a caminar y caminar para ir de un lado hermoso a un lugar indescriptible. La naturaleza impone su esplendor en este cuadro vivo, un cuatro que para sí querría el mejor museo.
Hace años, cuando era un crío, el lugar era recorrido por pocas personas, todo lo más grupos de estudiantes de historia que recorrían este paraje para acercarse a un monasterio único por su enclave; o bien para recorrer el empinado camino que lleva de un monasterio a otro.
El monasterio de Caaveiro es uno de esos lugares donde hace muchos siglos uno debería sentirse pequeñito. Y no por lo grande del edificio, que no lo es, sino por el enclave. Monfero era un monasterio mucho más grande, más tardío también. Con una singular fachada, restaurado en parte en los últimos tiempos.
Cada vez que recorro sus senderos encuentro un detalle nuevo en el que fijarme, y si lo hago en solitario, además suelo encontrar una parte nueva de Juan en cada viaje.
Muy pronto, en primavera volveré a perderme en sus entrañas…quiero ver partes que no conozco…

jueves, 3 de marzo de 2011

SOPLA EL VIENTO

Noche fría, noche de bufanda y gorro, noche de invierno en la que el ulular del viento es el sonido más latente al otro lado de mis ventanas.
Una noche para el silencio y el recogimiento aquí, en mi trabajo, donde el sueño va tomando poco a poco posesión de mi cuerpo. La acumulación de noches en vela hace que mis pensamientos reverberen dentro de mi cerebro. Quiero pensar con lucidez y sin embargo el embotamiento de la falta de sueño logra que los puntos se conviertan en suspensivos.
Cuando era pequeño, que en algún momento recuerdo haberlo sido, disfrutaba sentado en la arena de la playa de Valdoviño de las voces que el viento emitía en su roce con las rocas. Creía entonces, y lo creo ahora, que el viento transmite los sonidos perdidos de aquellos que hablan contra el viento; de los que están perdiendo el poder de sus voces…pero también nos trae la fuerza del discurso verbal de quien se revela….
Dicen, quienes han vivido en Cartagena o Tarifa, que el uuuuuu del viento azotando continuamente los oídos termina provocando en los lugareños la sensación de hablar para nada, de emitir sonidos que escucharán otros distintos de a quién van dirigidas sus palabras; y que por ello son más callados..
Mi experiencia en la costa, siendo persona de interior, es que cuando el viento sopla con intensidad uno percibe sonidos que no le son propios, que llegan de lejos...mas para poder oírlos es preciso escuchar con detenimiento.
El viento sopla…es una noche fría…