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viernes, 25 de marzo de 2011

CRECER CONTIGO Y A TU LADO

Cuando era niño soñaba con ser una persona mayor, no demasiado, pero mayor al fin y al cabo. Quería alcanzar el 1.95 de estatura, quizá influenciado entonces por la irrupción del baloncesto en nuestras casas a través de la televisión y de las narraciones de Ramón Trecet en aquellos partidos de NBA.
Crecer lleva implícito el descubrimiento de que uno es demasiado pequeño para según que circunstancias y eso…no es agradable.
Imagino que todos hemos tenido un desarrollo físico y personal con altos y bajos, con momentos intensos y otros casi desprovistos de interés.
En la edad adulta, en la que, ahora sí, ya me encuentro, el crecimiento obedece mucho más al intento de desarrollo interno, intelectual y afectivo.
Siempre me he preguntado ¿cuándo se es mayor? Porque realmente no es sencillo responder. Dependiendo del momento en el que la pregunta se formule la respuesta variará.
En mi opinión uno es verdaderamente mayor en el momento que comprende que su crecimiento interior nunca cesa, que siempre hay algo más que aprender y, con ello, el crecimiento no se detiene.
Las personas que nos rodean van a contribuir, o no, a ese desarrollo de manera tal que su influencia puede determinar en buena forma cómo vamos a crecer.
Desde que te conozco lo cierto es que muchos de los conceptos que yo tenía más o menos fijos los he tenido que modificar. Por un lado llegamos al lugar común desde puntos de partida diferentes lo que hace que llegados al punto de encuentro las vivencias sean diferentes.
El camino que nos queda por recorrer no será fácil, ni estará exento de dificultades, pero he aprendido en este tiempo que cualquier roca se convierte en arena si las personas quieren.
Calculo, y quiero pensar, que al menos estoy en la mitad de mi ciclo vital, así que tengo muchos años por delante para crecer. Deseo crecer en lo intelectual donde tu ayuda será inestimable y sé que puedo contar con ella. Quiero crecer a nivel afectivo y ahí tu participación será el 50% de la ecuación. Y todo lo deseo hacer cerca de ti, a tu lado.
Uno, con el paso de los años, va aprendiendo a separar de su vida a quienes aportan poco o nada. Participan de la vida de uno quienes dejan una huella tras su paso, quienes apenas dejan una estela, los que renuevan el aire con su ausencia…
Es muy fácil decidir dónde quieres estar y con quién; acertar es otra historia, y la mía, como la de muchos, está plagada de errores de cálculo; de momentos de ceguera transitoria, de errores de bulto, de aciertos, de descubrimientos… situarme a tu vera supone para mí una parada y fonda, un lugar en el que quiero y deseo quedarme.
Será el paso del tiempo y las fortaleza de este lugar común en el que nos estamos encontrando, quien determinará si al final de mi camino tú estarás allí.

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