LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

miércoles, 26 de junio de 2013

LA EUGENESIA DEL SIGLO XXI

Vivimos en un Estado otrora bandera del Estado de Bienestar, un modelo de Estado que tiene sus raíces en lo profundo del Siglo XIX, pero que fue desarrollado con posterioridad a 1948 una vez el mundo pudo haber dejado atrás los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Llegar hasta aquí supuso no pocos esfuerzos, además de renuncias y aprendizajes de quienes, en otro tiempo, detentaban un poder casi absolutista. En 1956 Karl Popper describe: “ En ningún otro momento, y en ninguna otra parte, han sido los hombres más respetados, como hombres, que en nuestra sociedad. Nunca antes los Derechos Humanos y la dignidad humana, han sido tan respetados y nunca antes ha habido tantos dispuestos a hacer sacrificios por otros; especialmente por aquellos menos afortunados que ellos...Esos son los hechos”; y sigue: “quiero enfatizar que estoy al tanto de otros hechos. El poder todavía corrompe, incluso en nuestro mundo. Empleados públicos todavía se comportan a veces como amos descorteses. Todavía abundan dictadores de bolsillo...pero todo esto no se debe tanto a la falta de buenas intenciones como a la falta de habilidad e incompetencia” Estas palabras podrían muy bien ser suscritas por cualquiera hoy día. Los que han luchado tanto por alcanzar las cotas sociales de hace nada, deben de estar a punto de “cortarse las venas” ante la desfachatez de quienes hoy nos gobiernan y que están a nada de dejar la Sociedad del Bienestar como un erial sobre el que no crecerá la hierba en muchos decenios. Los recortes en leyes fundamentales para un país como la Educación, la Investigación...nos llevarán de regreso a unos años en los que sólo los “señoritos” podían vivir bien. A los políticos que pertenecen a ese nicho no les gusta que la clase media prospere. Son descendientes de quienes creían en la servidumbre y el vasallaje y, por tanto, señaladores de falsos aquelarres en los que los que no pensaban igual urdían terribles contubernios. Pero donde es terrible que se recorte es en Dependencia. Los recortes para aquellos que más lo necesitan y los recortes en Sanidad, van encaminados a una suerte de Eugenesia de Estado. La eugenesia es una filosofía social que busca la mejora de la especie a través de medidas coercitivas de los derechos humanos fundamentales. Si tú no puedes acudir a tu médico porque estás impedido, desapareces; y para ellos serás una carga menos. Poco antes de la instauración del Estado de Bienestar en Europa, otros en lo profundo de Europa creaban el programa Aktion 4, un programa de eutanasia que buscaba la higiene racial eliminando a todos aquellos que no podían defenderse: disminuidos físicos y psíquicos. Es posible que esta comparación no se pueda sostener en datos cuantitativos, pero si en datos cualitativos, pues lo que buscaba ese programa era hacer desaparecer a los necesitados del mapa social y, con ello, situar a su sociedad en la élite mundial. Las políticas de recortes que nuestro gobierno, el de aquí y el de Europa, están llevando a cabo persiguen eliminar de las listas sanitarias y de las cargas del Estado a quienes más lo necesitan. Recortar gastos en Sanidad, Educación y Dependencia, nos hará avanzar a pasos agigantados hacia un modelo social como el Americano. Ese modelo que tanto nos venden las series de televisión pero cuya realidad nos dice que hay más de un tercio de su población sin acceso a la sanidad. Un modelo que nos señala el camino hacia, ya no el fracaso escolar, sino hacia el abismo social. Estas políticas nos encaminan hacia dos situaciones posibles: la instauración de guetos en las ciudades, más allá de los barrios marginales actuales. O bien hacia una revuelta social de final incierto. Cabría, para terminar, recordar que hace 77 años otros, entonces en la oposición, iniciaron una Guerra Civil en este país, por bastante menos. Por suerte, la educación, hizo que el español sea hoy menos pelele que antes. Sólo era un dato.

viernes, 21 de junio de 2013

SI, LO HE TENIDO...

Resulta fácil respirar cuando el aire inunda tus pulmones sin nada que te oprima el pecho. Es sencillo conciliar el sueño cuando los cuervos vuelan lejos de tus encuentros con Morfeo. Las sonrisas vuelven a ocupar el lugar de las caras largas cuando las certidumbres terminan con esa losa pesada que el la incertidumbre que va derrumbándote interiormente. En este tiempo reciente he intentado no hacer caso de algo tan atávico como es el miedo a la muerte; he procurado llevar mis pensamientos de un rincón al otro de mi cerebro deteniéndome lo menos posible ante la mera suposición de un encuentro con los cuervos. Uno se encuentra un buen día ante un señor que, con rictus serio le dice: amigo, cabe la posibilidad de que tengas Cáncer. Y en ese preciso instante te cambia la perspectiva de la vida, te sitúas (por fuerte que seas) en la tesitura peor. Imaginas, sobre todo cuando desconoces, la peor de las situaciones. Para animarte alguien te comenta: “no te preocupes, después de la operación la esperanza es larga”; te dan ganas de partirle la cara o de echarte a llorar. Los “ánimos” que pretende darte no hacen más que socavar la tierra a tu alrededor. Empiezas esa tarea infructuosa de la información verosímil, casi siempre alejada de la realidad particular de cada uno, pero que se convierte en ariete de tus emociones. Analizas cada línea que lees tratando de arrimarte a la perspectiva que mejor te puede ir; encuentras asideros, claro que los encuentras, pero no aciertas con la forma de asirte a ellos. La zozobra se va instalando en tu cerebro, toda vez que la incertidumbre va haciendo mella en ti. Un día, sin darte cuenta, te topas de bruces con él. El miedo es algo que no tiene olor, ni siquiera sabor; mas casi puede uno mascarlo cuando lo siente. Es como un gas que desplaza tu oxígeno cada vez que quieres dar una bocanada de aire. Pasan los días, tu cabeza para sobrevivir trata de alejarse de aquello que te infunde miedo. Así intentas hacer muchas cosas a la vez, incluso las que no te llevan a ningún lado; la cuestión no es tanto qué hacer, sino por qué lo haces: Y lo haces por tener la mente en otro lugar que en la soledad de uno mismo. Sentado en la sala de espera, mientras pasaban uno y otro paciente, el aire que respiraba era denso, me provocaba un temblor nervioso en una de mis piernas, o en las dos, o en todo el cuerpo...sólo era miedo, pero cómo lo sentía. Y llegó el momento, y el señor que otrora taciturno te advertía, hoy me miró jovial, sonriente: “no es nada, no te preocupes. Estás perfecto.” Y la sonrisa volvió de repente. El día gris se tornó soleado y dichoso. La vida sigue ahí, para que yo pueda vivirla. Pero miedo, sí, lo he tenido...

martes, 18 de junio de 2013

UN MUNDO DE COLORES

ener hijos supone muchas cosas; lleva aparejada una implicación de por vida, asumir que en adelante cualquier acto que nosotros llevamos a cabo puede tener implicaciones para ellos, etc. Tener hijos, por tanto, es un ejercicio de responsabilidad del que no conviene alejarse mucho. Lo bueno, que es mucho, es la cantidad de intangibles que traen a tu vida. Esas situaciones inverosímiles que sólo se dan en el universo “niño”, ese espacio tiempo que les corresponde y en el que somos meros invitados. Eso sí, con la capacidad de destrozar ese su universo. En los últimos tiempos, debido a mi dedicación como entrenador de equipos de categorías menores, además de cómo padre efectivo; he podido acercame mucho más a su mundo. Se trata de un mundo de colores en el que uno puede descubrir innumerable matices en función del origen de cada uno de ellos. Escuchamos en muchos foros que la protección del menor debe de ser una de las piedras angulares sobre las que edificar cualquier sociedad que quiera avanzar. Los medios de comunicación hacen hincapié cientos de veces en la necesidad de crear el mejor modo de vida para que puedan desarrollarse...La realidad es que los niños forman parte de un mundo de colores donde la paleta puede ser infinita. Aunque no todos los colores sean uniformes. Cuando, además, los colores son de procedencia geográfica dispar, los matices se multiplican. Que cada uno venga de un lugar implica que tiene, también, sus propios hábitos; que los valores que lleven por bandera no sean los mismos; que la forma de manifestar sus afectos y frustraciones tampoco lo sean. Este universo de matices se organiza más o menos bien si la intromisión de los adultos no es muy profunda. El tiempo me ha demostrado que cuando la convivencia se establece en un periodo largo, en mundo de colores se organiza sin mucho esfuerzo. Sí, hay colores que nunca mezclarán, porque, de hacerlo, uno de ellos debería desaparecer. Lo bueno de disfrutar de este arco iris permanente es que uno aprende, con sólo observar, que lo importante siempre es relativo. A nivel personal creo que me ha enriquecido el encontronazo cultural, el toparme con colores que han llegado desde diferentes espacios geográficos, de diferentes estratos sociales...a pesar de que, ha habido oportunidades en las que no he sido capaz de establecer un razonamiento lógico de los acontecimientos. Mas, la naturaleza del ser humano es así de maravillosa...

martes, 11 de junio de 2013

LOS OJOS QUE NO VEN

LOS OJOS QUE NO VEN Dicen que no hay nadie más ciego que el que no quiere ver. Sin embargo son muchos los ojos velados por lágrimas los que no aciertan a ver más allá de ahora. La vida no nos prepara para sufrir, ni para sentir desengaños, ni para la pérdida. La vida, en realidad no nos enseña nada, sino que supone en si misma un aprendizaje. Una forma de enseñanza de la que no todos salimos del mismo modo. Hay ojos que no quieren ver que tras una mala experiencia es posible encontrar un nuevo horizonte, un lugar hacia el que encaminarse por los angostos senderos de la vida. Los ojos que no ven forman parte del pasado; el futuro es un lugar luminoso en el que se encuentran incómodos. Incómodos de no poder seguir generando tristeza, anclados en el dolor reciente. Es cierto que muchos son los afortunados que aprenden bien pronto, que las lágrimas se secan con rapidez cuando las ilusiones aparecen por la puerta. Entonces uno entorna la mirada para aclararse las penas y descubrir así que la vida siempre te da oportunidades para la felicidad. Los ojos que no ven son ojos muertos en vida...y quien va a querer acercarse a una fuente sin agua cuando tiene sed.... A los ojos que no ven les diría que para sentir basta cerrar los ojos, que para creer sólo es necesario tener fe, que para disfrutar de la felicidad tan sólo hay que salir a su encuentro. Mis ojos, que han enjugado no pocas lágrimas en todos estos años, han decidido asomarse a ventana para disfrutar de la vistas. Así, con la mirada fija en el futuro puedo atisbar que los cambios están próximos, cercanos...

domingo, 2 de junio de 2013

PUERTAS

Las puertas son una constante en nuestra vida. Avanzamos por ella cruzando un umbral tras otro. Las etapas que vivimos quedan a nuestras espaldas, tras una puerta en la memoria de la que dejaremos salir sólo aquellos episodios que nos serán útiles. El resto quedará guardado tras una puerta segura. Muchos son lo que son incapaces de salir porque la puerta les es demasiado pesada; a veces el peso no es más que el montón de vivencias que han ido acumulando y que han sido incapaces de ir haciendo a un lado. A veces avanzamos por la vida sin soltar lastre, soportando pesos innecesarios que se van acomodando en las escapatorias. Para cuando queremos salir, el peso de la puerta nos supera. También están los que empujan la puerta en sentido opuesto al sistema de apertura. Quieren salir de una situación haciendo todo lo posible por impedirlo. Las puertas no pesan, apenas son leves hojas por las que se puede ver el otro lado, sin embargo no empujan en el sentido correcto. En las puertas giratorias muchos pierden parte de su vida. No salen del bucle en el que un día entraron y para el que no encuentran asidero en el que agarrarse. Quizá la única manera es salir de un salto, a pesar de correr el riesgo de salir trastabillado pero...siempre será mejor arriesgarse a un moratón que permanecer aturdido por el continuo giro sobre nosotros mismos. Poner puertas al campo es una labor tan absurda como estéril. Mas hay quien pretende ponerlas; tal vez porque el campo abierto es un lugar donde uno sólo puede mostrarse tal y cómo es. Y para ello hay que tener la capacidad de mirarse en un espejo y reconocerse. Me enseñaron que las cuando una puerta se abre otra se cierra. Qué siempre debemos avanzar, porque las dudas pueden ocasionarnos un tiempo extra entre dos puertas. La vida, el continuo espacio tiempo en el que vivimos, siempre pasa de forma inexorable. Podemos intentar ralentizar el proceso por el que suceden las cosas, mas al final, ocurren. Y para cuando llegue el momento lo ideal es haber cerrado bien la puerta de procedencia. Existen dos últimas opciones: la primera consiste en encerrarnos en nosotros mismos, incapaces de abrir la siguiente puerta en nuestra vida. Éste es, sin duda, el error más grave que podemos cometer y, por tanto, sería bueno tener en cuenta la otra opción: tirar la siguiente puerta a patadas. Tal vez no se una forma encantadora de avanzar, pero...avanzamos. Las puertas son necesarias, pero siempre dependiendo de dónde las vayamos a situar.