LUGARES PARA SOÑAR

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viernes, 21 de diciembre de 2012

YA QUE NO ES EL FIN...QUE TAL SI COMENZAMOS

A estas alturas del día parece claro que las predicciones no se cumplirán, como no lo hicieron antes otras (como la del famoso efecto 2000). De todos modos, y ya que muchos sí creían que sería el fin del mundo o de una era, o de un partido, podríamos aprovechar y comenzar de nuevo con algunos temas que se han quedado un tanto atrasados en el tiempo. Es el momento, ya que la Iglesia ha cambiado el Belén estos días, de añadir un nuevo Sacramento a los siete que ya tienen. Tras el Matrimonio sería bueno santificar el Divorcio. A fin de cuentas el matrimonio es la principal causa de divorcio y cada vez hay más. Ellos, la Curia, sabe que el negocio está ahí, pero tal vez no sean muy aperturistas todavía. De todos modos cuando la necesidad apriete de verdad santificarán el divorcio, las bodas entre homosexuales y lesbianas, el re-casamiento y lo que sea menester. Buenos son ellos. Desear que se terminen las Guerras en el mundo es algo tan inocente como pretender que los políticos actuales sean honestos. Pero sí podríamos hacer más por presionar a estos mismos políticos y decirles que si nos meten en conflictos no les votaremos. Los conflictos armados son el resultado de la necesidad de la industria armamentística de generar “enemigos” contra los que disparar todo cuanto fabrican. La paz nunca ha sido negocio, a no ser que sea impuesta por las armas. El mundo produce suficiente comida como para abastecer toda la demanda que existe. Entonces ¿por qué hay hambre en el mundo? Pues sencillo, porque unos estamos del lado de los que joden y otros se sitúan del lado de los que se joden. El mundo occidental sólo se acuerda de quienes no tienen para comer cuando una imagen nos impacta en televisión, mientras tanto desperdiciamos la mitad de lo que compramos. ¿es culpa nuestra? Sí, claro que sí, pero nos gusta decir que son otros los que deciden. Puede que sea tiempo de reiniciarnos y buscar, de verdad, la producción sostenible (aunque sólo sea un deseo utópico). La violencia contra las mujeres y los niños sigue presente, podemos desear que se erradique, lo cual está bien pero...si reflexionamos seriamente ¿cuantos miran para otro lado? ¿por qué lo permitimos? Pues porque hay mucho de atavismo en la violencia y porque nos miramos con demasiada frecuencia el ombligo sin percatarnos de que a pocos metros alguien no tiene ni la oportunidad de mirárselo. Estoy seguro de que todos encontraríamos mil y una causa que pulula a nuestro alrededor que merecería ser cambiada, reiniciada de otro modo. Tenemos las herramientas, tenemos las posibilidades, incluso tenemos la responsabilidad de cambiarlas. Entonces...¿por qué no lo hacemos?¿por qué año tras año deseamos lo mismo si después no hacemos nada? Es fácil de comprender. En este mundo en el que vivo, nos han enseñado a mirar sólo al espejo y descubrirnos cada mañana un poco mejor, aunque para ello precisemos guerras, hambre, violencia, corrupción... No somos meros observadores, aunque nos guste decirlo, sino que formamos parte de un todo. Un universo en continua transformación que, sin embargo, lleva muchos siglos con problemas similares. ¿Falla entonces la raza humana? No lo sé, no encuentro respuestas para todas las preguntas que me hago, pero sí me hago una reflexión: Desde que el hombre es hombre ha intentado someter al de al lado y ejercer el liderazgo sobre los demás. Y no le han dolido prendas a la hora de hacerlo por los medios más expeditivos, si así lo ha precisado. A lo mejor lo que debe cambiar no es la era, sino el hombre.

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