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domingo, 25 de noviembre de 2012

Los bancos, el dinero, los ladrones...políticos

Hubo un día en el que, sin pretenderlo, nos dimos cuenta de que en los bancos ya no había dinero porque se lo habían llevado los ladrones. Unos ladrones que dirigían los bancos que nos daban hipotecas que más tarde convertían en embargos con los que quedarse con nuestras casas. Es obvio que no todos los ladrones trabajan en los bancos, ni que todos los bancos sean ladrones; tampoco tengo del todo claro que en sus cajas se encuentre nuestro dinero. Con la banca todo lo que parece blanco es negro una vez lees la letra pequeña. Con el dinero que vamos a aportar todos los españoles en la próxima década vamos a salvar en breve a las entidades que se han llevado lo que era nuestro. Esto habla bastante mal de nosotros mismos. Les vamos a pagar por haberse llevado nuestro dinero, lo que no deja de ser un ejercicio de idiotez supina. Eso sí, como “no nos vamos a enterar” pues... que sigan mangoneándonos como hasta ahora. Hoy nos enteramos, para más inri, de que la Comunidad Europea va a obligar a esos bancos a liberarse de casi 8000 empleados, con lo cual la ecuación ya les va a salir redonda. Ya no sólo salvaremos sus entidades, sino que les liberamos de la carga de nóminas que, ahora, pasaremos a pagar, otra vez, todos en las oficinas del INEM. Si es que somos tontos. Para rematar ya esta operación falaz están los políticos que hemos elegido en nuestro país no hace mucho. Personajes capaces de vender su ropa interior a Europa con tal de que les den el dinero suficiente como para mantener en sus asientos a los banqueros que, tal vez, les colocaron en la parte de arriba de las listas electorales de sus partidos. La política y la banca siempre se han llevado bien. Unos y otros se han cubierto sus desmanes con un sólo objetivo: vivir bien a consta de la sociedad. Cabría pensar entonces que la sociedad en la que estamos es tonta...pues sí, y de remate. Todo cuanto sucede a nuestro alrededor ocurre con nuestra connivencia, y cuando algunos, pocos, salen a protestar por las injusticias que se comenten el resto mira desde la barrera; pero no como cuando van a ver a un matador experto, sino cuando ven al mono torero. ¿Soluciones? La hoguera tal vez.

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