LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

viernes, 2 de enero de 2015

¿QUE HAY DE AQUELLOS SENTIMIENTOS?

A menudo hablamos de los sentimientos con la seguridad de que sabemos de qué estamos hablando. Escuchamos los "te quiero" con una facilidad que, casi nunca va unida a un verdadero sentimiento. De un tiempo a esta parte me estoy dando cuenta de lo absurdo de la utilización de un "te quiero" cuando, en realidad, lo único que quieren es estar un rato contigo. No me considero el paradigma de cómo debe de quererse o de cómo deben de expresarse y demostrarse los sentimientos. Pero hoy día, algunas personas, frivolizan demasiado con ellos. No es sencillo llegar a querer a alguien; una cosa es tener cariño y afecto y otra diferente querer. Sin duda existe también diferencias entre enamorarse y amar mas cualquiera de ambas expresiones deberían llevar implícito un sentimiento profundo y real. No se puede decir, así a la ligera, "te quiero", porque uno corre el riesgo de arrastrar a la otra persona hacia un tobogán de emociones del qué, después, es complicado salir. Lo mismo ocurre con los odios. Uno escucha con demasiada frecuencia frases como: "te odio tanto..." cómo si el hecho de decirlo nos obligase a tener un sentimiento tan fuerte. Pues nadie debería de olvidar que para odiar, casi siempre, hay que haber amado antes. Y odiar lleva acarreado un peso para nuestra mochila de vida que uno debe de valorar si merece la pena cargar. Todos tenemos sentimientos, unos los manifiestan más y otros menos, pero nadie está carente de ellos. Y a todos nos duele cuando los nuestros no coinciden con los suyos. Y estaría bien ser capaz de ser coherentes, al menos durante más de una semana, con aquello que decimos sentir. Qué hay de aquellos sentimientos que se mostraban sin ambigüedades, qué hay de aquellos sentimientos que no estaban supeditados a un condicionante social, económico o familiar. Qué hay de la pureza de las emociones que nos embriagan y nos llenan de verdad. Me niego a creer que han desaparecido. Invitaría a todo el mundo a manifestarse tal y cómo se siente. A dejar abiertas las puertas para la salida y entrada de emociones. A no encerrarse en un ilusorio mundo seguro que, con más frecuencia de la debida, arrastra a uno a laberintos sin fácil salida. Sí, ya sé que superar el dolor no es algo que se haga fácilmente; pero sí se que jamás se sale de él si no somos capaces de experimentar nuestras emociones verdaderas, ya sea el llanto o la alegría. Lo contrario nos lleva al terreno de la indiferencia. Nunca llorar ha sido malo si con ello conseguimos extraer de nuestro interior la pena que nos atenaza; jamás reír ha sido contrario a la salud física o mental. ¿Y amar? ¿acaso es malo dejarse llevar por un sentimiento así? Yo creo que no, incluso cuando al final uno descubre que en lugar de oro había cartón.

3 comentarios:

  1. Hay una gran diferencia entre querer y amar. Pero no todo el mundo sabe apreciarla. Y en ocasiones los sentimientos más profundos son aquellos que no se pueden expresar. En cuanto al odio...duele mucho más la indiferencia

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