LUGARES PARA SOÑAR

cerrar lo ojos y sentir
sábado, 20 de agosto de 2016
Golondrina
Dicen que una golondrina no hace verano, sin embargo su sola presencia alegra a quien la observa.
Así sucede en nuestras vidas cuando, de pronto, se cruza en nuestro camino alguien capaz de llenar de luz el espacio donde nos encontramos.
Y si, es cierto que nada te garantiza la llegada del buen tiempo, mas es suficiente como para cambiar el semblante taciturno de los momentos menos claros.
El estío nunca será permanente, tampoco podríamos tolerarlo; pero la transición de una etapa a otra es más fácil cuando uno disfruta de la sutil transformación de los días.
Ahora que caminamos hacia los colores ocres y oxidados del otoño multicolor, toparse con una golondrina es, cuando menos, un buen motivo para sonreír.
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