LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

miércoles, 25 de julio de 2012

UN CICLO NUEVO

A lo largo de mi vida he ido abriendo y cerrando ciclos. Unos han sido breves espacios de tiempo y otros largas temporadas; unos fáciles de cerrar, otros tremendamente difíciles. La montaña rusa de los sentimientos y el sendero de la amistad, son lugares comunes donde la felicidad, la complicidad, el placer...se entrecruzan continuamente con los desencuentros, el dolor, la pérdida..es el equilibrio lo complicado y donde realmente radica ese lugar llamado “felicidad”. Nunca he creído en verdades absolutas, ni el amor para toda la vida. Y no por no desearlo o por no esperarlo sino como resultado de una experiencia personal y, por tanto, subjetiva. Hay amistades que sí son para toda la vida, suelen ser amistades sostenidas en el tiempo ancladas en pilares soberbios que son revisados con frecuencia. No hay amistades sin desencuentros. Lo que sucede es que, a esos desencuentros le siguen los abrazos. La amistad de forja en la capacidad de poder decir lo que al otro no le gusta escuchar, sin que ello suponga un ataque personal. El terreno de los sentimientos se complica todavía más. De la alegría al llanto puede haber la misma distancia de que de aquí a la luna en este minutos y al minuto siguiente de pocos mili-segundos. Querer, amar, enamorarse, son palabras que uno emplea con cierta frecuencia pero que, con sus matices, apenas significan lo mismo. El proceso de enamoramiento tiende a tiznar del color que más nos gusta las paredes de cuanto nos rodea. El embrujo del enamorado acalora nuestro interior, atenúa nuestros temores, enciende nuestro sentidos. Querer se puede querer a un animal, a un coche, a una persona, a un país, uno puede pasar de estar enamorado a querer y con ello dejar de sentir muchas de las cosas que sentía la comienzo. Es como si el tiznado del comienzo se fuese desvaneciendo y quedando al descubierto las aristas que antes no eran visibles. Amar es algo más, es el paso siguiente que te lleva del enamoramiento al amor intenso y sin contemplaciones. Uno cambia el tiznado por una pintura fuerte, que se agarre a las paredes; y si para ello es preciso limar las aristas...se liman. Amar a alguien (creo humildemente que sólo se puede amar a las personas) supone encontrar el equilibrio perfecto entre lo que se desea y lo que se tiene; entre lo que siente uno por alguien y lo que ese alguien le hace sentir... El equilibrio de una relación se tambalea cuando comienza el: “y tú más”, es proceso destructivo que avanza lenta o rápidamente en muchas parejas que socavan su futuro en un presente de enzarzamientos, pueriles en muchos casos. Si se supera ese impás quizá sea posible retomar el camino y avanzar hacia un lugar común. Lo contrario aboca a un cambio de ciclo. Equilibrio en un pareja es, para mí, el punto exacto entre lo que aceptas del otro, respetas de ti mismo y cedes ante los dos. En todo caso lo importante es darse cuenta de, en qué lugar te encuentras. Correr el riesgo de enquistar una situación irreversible no lleva sino a la bolición de uno mismo por nuestra propia estupidez. Si algo no puede ser y, además, es imposible...¿para qué insistir?

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