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sábado, 25 de abril de 2015

EN BUSCA DE RESPUESTAS

Hace mucho tiempo ya que he dejado de encontrar respuestas a las preguntas que me hago, y he encontrado otras muchas respuestas para preguntas que jamás me he hecho. Supongo que en eso consiste la vida. Qué pensar cuando estás donde no quieres estar o no estás donde en realidad lo deseas… nuestra vida es el resultado de las decisiones que tomamos sumadas a las realidades que las circunstancias y otras personas nos llevan. No llegamos a este mundo con un manual básico de funcionamiento. Vamos creando el nuestro con el devenir de los años y en ningún lugar aparece señalado el “modo correcto” de hacer las cosas. He querido a personas que a mí no me han querido; me han amado otras a las que yo he sido incapaz de querer en la misma medida. Y me han entrado dudas, no pocas veces, ante la disyuntiva de si mis decisiones eran las correctas o errores manifiestos. Al final del trayecto el tiempo dirá qué decisión resultó más adecuada. Uno trata de educar a sus hijos según los patrones de conducta que creen adecuados, sin embargo siempre está presente la incertidumbre de si dichos cánones se ajustan a la realidad de nuestros hijos (habida cuenta de la diferencia de perspectiva respecto a ellos). Tengo claro que, hasta cierto punto, nuestros hijos son el resultado de nuestro modo de actuar con ellos más la idiosincrasia propia de cada uno de ellos. Nunca habrá una respuesta común. Tener ideas políticas o implicación social debería ser un pilar básico en la formación de cada persona. Uno no debe permanecer impasible ante lo que acontece a su alrededor, ni permanecer en silencio. Los avances sociales que implican a todos tienen como punto de partida, generalmente, la implicación de unos pocos. La lucha por las creencias propias, la persecución de un ideal, la ambición de un lugar mejor donde vivir…son argumentos más que sólidos que pretendo inculcar en quienes me rodean. Lo conseguiré? No lo sé, pero si no se intenta, no se logra. Buscar en las respuestas una verdad tangible es tan improbable como ser capaz de ver la cara oculta de la luna sin ayuda. Es en las preguntas donde siempre se encuentra “todo”. Y qué es “todo”. Pues ser capaz de argumentar cada respuesta de un modo coherente con el momento en el que uno se formula la respuesta. No tendremos la misma opinión del amor al inicio de una relación que al final de ella. Supongo que las respuestas a las preguntas sobre la muerte son las más complejas de responder. El atávico miedo morir hace que, de cuando en cuando, nos asomemos a su balcón en una búsqueda errática de respuestas. Tal vez las únicas respuestas estén en aquellos que se han ido y que difícilmente nos las podrán contar. Así que lo más sensato es apartar nuestros pensamientos de aquellas preguntas cuyas respuestas encierran angustia y desazón. Seguiré haciéndome preguntas y buscando sus respuestas…

1 comentario:

  1. Es curioso. Yo me he hecho muchas veces preguntas parecidas. Supongo que en eso consiste la vida. Tambièn en decidir y elegir. Me gusta tu blog. Un abrazo. Mabel

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