LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

miércoles, 15 de febrero de 2012

EN TU COMPAÑÍA ESTOY MEJOR

Sucede en la vida que uno suele encontrarse mejor consigo mismo en presencia de otro. No es que no tengamos la capacidad de sentirnos bien en solitario, que sí podemos, sino de que hay personas con las que nos encontramos mucho mejor, como si su sola presencia contribuyese de forma notable a nuestro estado de ánimo, etc.

No es un asunto menor, en tanto en cuanto la empatía funciona como el mejor estimulante en casos de necesidad emocional. La cuestión es encontrar a esa persona que nos hace mejores y ser capaces de mantenerla en nuestro entorno, lo cual implica un sacrificio personal, en tanto en cuanto hay que cuidar mucho este tipo de relaciones.

Muchas veces no es necesario intercambiar una palabra, incluso en casos extremos ni ver a la persona. El mero conocimiento de que sí está, puede resultar suficiente para que nos encontremos mucho mejor.

Si la participación es activa, y ésta se produce desde la crítica constructiva, entonces el crecimiento personal es mucho mayor, más notorio. La interacción personal es, sin ninguna duda, una de las razones de ser del ser humano en tanto a ser social, valga la redundancia. Así que no es de extrañar que sean los mejores amigos o los mayores amores, quienes logren con su presencia una mejoría en nuestro estado de ánimo.

La diferencia entre la amistad y el amor en relación a nuestro estado, reside no tanto en cómo logra que nos encontremos mejor, como en lo que lleva implícito la palabra amor. El amor de un padre, de una madre, de un abuelo, de un hermano...nada tiene que ver con el amor de una pareja. No se trata de cual es mejor, sino de la diferente reacción que provocará en nosotros una misma crítica constructiva en un determinado momento.

Yo siempre he considerado a mi familia a aquellas personas que en cada momento han compartido conmigo su vida. Si he tenido pareja, ella era mi familia. Con el tiempo también he aprendido que una consideración personal, como esta, no tiene que ser cierta ni siquiera adecuada. Uno debe dejarse querer, debe entender a cada persona que se acerca con buenas intenciones en su peculiaridad personal. Quizá un madre o un padre puedan resultar más duros en un momento dado que una pareja, mas, en condiciones normales, no querrán hacernos daño. Otra cosa serán sus capacidades...y las nuestras.

Lo que no cambia, tanto en un caso como en otro, es la conveniencia de hacer partícipes a quienes nos hacen sentirnos mejor de ese hecho. De que su presencia nos hace sentirnos mejores. Es de bien nacidos ser agradecidos, y, generalmente, aquel que te ayuda de forma altruista agradece mucho el reconocimiento no buscado del otro.

Por esta razón quiero decirte que con tu presencia...soy mucho mejor persona. Gracias.

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