LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

lunes, 27 de febrero de 2012

SIMPLEMENTE...PENSANDO

Nunca podré comprender a las personas que aceptan la regresión social como solución a los problemas del futuro. La lucha por los derechos de los trabajadores ha costado muchas vidas a lo largo de la historia. Hoy día, como antes, la historia apenas se tiene en cuenta, como si los problemas presentes no volviesen a ser algún día futuros...

El deporte, como la religión, es una de las adicciones sociales más importantes, toda vez que son capaces de cubrir con una pátina de momento feliz, los problemas reales que nos asolan como individuos. Por eso en tiempos de crisis económica, social o emocional se suelen incrementar el número de “deportistas” ocasionales...

Cuando un juez es condenado uno suele creer que ello demuestra que la justicia es igual para todos. Nada más lejos de la realidad; no sólo no es igual para todos sino que muchas veces forma parte de la manipulación social. Esa que hace que veamos como el mayor de los delincuentes a quien suele perseguirla en las altas cotas...lugares donde el hedor de la corrupción alcanza el nivel de nausea...

Los ciudadanos deben dinero a los bancos, las empresas deben dinero a los bancos, los países amontonan deudas con los bancos; los partidos políticos deben a los bancos; ergo...quién nos dirige realmente? Alguien lo duda?... el dinero...siempre el dinero y quien lo posee...

LA MIRADA PERDIDA

De un tiempo a esta parte, no sé si por la manida “crisis” percibo en muchas personas su mirada perdida, buscando en lontananza no se sabe qué, ni por qué razón.
Siempre ha habido alrededor nuestra personas atribuladas por “sus cosas”, mas parece ser que en este instante social esas “sus cosas” pertenecen al lugar común que compartimos entre todos.
La ausencia de recursos hace que muchos terminen sus días acodados en la barra de un bar, respirando los escapes de los coches en la calle, o bajo cualquier manta de cartón en las frías noches de este invierno, cada vez más largo.
La situación actual invita al abandono, al dejar de lado lo superfluo, aunque muchas veces lo que le sobre a muchas personas son...otras personas...
Me viene a la memoria ahora mismo aquella campaña de no hace mucho tiempo en la que se llamaba la atención sobre el abandono de animales en las gasolineras, también de personas mayores; y me viene a la memoria porque hoy día, en el que la carestía de la vida ha llevado a muchos a vivir con la mirada perdida sin ningún bien propio ni prestado; cada vez son más lo que son abandonados, se sienten abandonados o simplemente son ignorados por encontrarse fuera del sistema al que pertenecían hace un minuto.
La mirada perdida de estas personas no es más que el reflejo de una sociedad manifiestamente desigual, donde la opulencia y la indigencia se cruzan con demasiada frecuencia; un mundo en el que las diferencias sociales son cada vez más amplias, situando a los de la mirada perdida a un paso del abismo. Al que, seguramente, serán empujados por aquellos que, acostumbrados a no mirar nunca a los ojos, deciden sobre qué será de nuestro futuro.
Me gusta mirar a los ojos de las personas, interpretar aquello que sus ojos dicen, pues muchas veces hablan más que sus palabras o gritan más que los silencios. Mirar a los ojos de quien tiene su mirara perdida es una forma de explicarles en silencio que existen, que están presentes, que son algo más que un cuerpo inane.
La mirada perdida

miércoles, 15 de febrero de 2012

EN TU COMPAÑÍA ESTOY MEJOR

Sucede en la vida que uno suele encontrarse mejor consigo mismo en presencia de otro. No es que no tengamos la capacidad de sentirnos bien en solitario, que sí podemos, sino de que hay personas con las que nos encontramos mucho mejor, como si su sola presencia contribuyese de forma notable a nuestro estado de ánimo, etc.

No es un asunto menor, en tanto en cuanto la empatía funciona como el mejor estimulante en casos de necesidad emocional. La cuestión es encontrar a esa persona que nos hace mejores y ser capaces de mantenerla en nuestro entorno, lo cual implica un sacrificio personal, en tanto en cuanto hay que cuidar mucho este tipo de relaciones.

Muchas veces no es necesario intercambiar una palabra, incluso en casos extremos ni ver a la persona. El mero conocimiento de que sí está, puede resultar suficiente para que nos encontremos mucho mejor.

Si la participación es activa, y ésta se produce desde la crítica constructiva, entonces el crecimiento personal es mucho mayor, más notorio. La interacción personal es, sin ninguna duda, una de las razones de ser del ser humano en tanto a ser social, valga la redundancia. Así que no es de extrañar que sean los mejores amigos o los mayores amores, quienes logren con su presencia una mejoría en nuestro estado de ánimo.

La diferencia entre la amistad y el amor en relación a nuestro estado, reside no tanto en cómo logra que nos encontremos mejor, como en lo que lleva implícito la palabra amor. El amor de un padre, de una madre, de un abuelo, de un hermano...nada tiene que ver con el amor de una pareja. No se trata de cual es mejor, sino de la diferente reacción que provocará en nosotros una misma crítica constructiva en un determinado momento.

Yo siempre he considerado a mi familia a aquellas personas que en cada momento han compartido conmigo su vida. Si he tenido pareja, ella era mi familia. Con el tiempo también he aprendido que una consideración personal, como esta, no tiene que ser cierta ni siquiera adecuada. Uno debe dejarse querer, debe entender a cada persona que se acerca con buenas intenciones en su peculiaridad personal. Quizá un madre o un padre puedan resultar más duros en un momento dado que una pareja, mas, en condiciones normales, no querrán hacernos daño. Otra cosa serán sus capacidades...y las nuestras.

Lo que no cambia, tanto en un caso como en otro, es la conveniencia de hacer partícipes a quienes nos hacen sentirnos mejor de ese hecho. De que su presencia nos hace sentirnos mejores. Es de bien nacidos ser agradecidos, y, generalmente, aquel que te ayuda de forma altruista agradece mucho el reconocimiento no buscado del otro.

Por esta razón quiero decirte que con tu presencia...soy mucho mejor persona. Gracias.

¿MEDICINA PARA TODOS?

Los médicos se manifiestan en España contra los recortes de la administración; temen que los bajos presupuestos con los que, cada vez más, cuenta la Sanidad Universal o pública, no alcancen para poder atender a los ciudadanos con la debida seriedad y compromiso.
Tengo claro que, desde la clase dirigente, lo que se busca es menoscabar la capacidad de la Medicina Pública para hacerla todo lo residual que pueda. No se intenta garantizar lo que indica nuestra Constitución, medicina para todos, sino de dividir en el medio y largo plazo a la sociedad entre aquellos que puedan pagarse un seguro privado y lo que deban asirse a la Medicina Pública como único recurso.
Tal vez crean que ahí resida el adalid de una sociedad evolucionada, o que con una Sanidad privada el Estado pueda tener más recursos... y se equivocan. Lo único que conseguirán es que el estrangulamiento social se complete y terminen dos tercios de la población en el lado de una Sanidad Pública depauperada por la escasez de medios.
Quizá esto no tendría mucho impacto en un país como USA, donde no han conocido la universalidad de la medicina, donde siempre ha habido clases para poder acudir al médico. Pero aquí, donde hemos disfrutado de la igualdad en algo tan tangencial como la salud, no nos quedaremos parados. Saldremos a la calle para protestar contra una mutilación más de derechos.
Estoy de acuerdo en que debemos de terminar con el dispendio sin control que se produce en cuanto a recetas y medicamentos subvencionados por parte del Estado. Ese control es fácil de producir, pues la Ley Orgánica que regula la Medicina no lo hace con el medicamento. La industria farmacéutica siempre ha sabido implementar los salarios de los que necesite manejar para alcanzar sus objetivos. Por ese lado ellos lo saben resolver bien.
El co-pago está al caer, en la medida en que nuestra economía baje unas décimas o puntos más, será algo a lo que eche mano el Gobierno para mermar nuestro derecho sanitario a cuenta de endulzar cualquier otra partida presupuestaria. El ciudadano, al final, será esclavo de sus propias decisiones: si se mantiene silencioso aceptando su condena terminará sus días en la cola de la beneficencia o en la puerta de su aseguradora, en todo caso suplicando una ayuda que hoy, es un derecho.