LUGARES PARA SOÑAR

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sábado, 16 de noviembre de 2013

De Ítaca a Utopía, un camino paralelo a la realidad

Vivir es toda una experiencia, podría decirse incluso que vivir es todo aquello que transcurre desde nuestro nacimiento y hasta nuestro deceso. Esta, que parece una verdad sin ningún género de dudas, puede convertirse en una verdad a medias si tenemos en cuenta que, paralelamente a nuestra realidad, transcurre otra vida. Esa que todos llevamos en el interior de nuestra imaginación y que vamos persiguiendo en la real. A medida que vamos creciendo vamos elaborando sueños, vamos creando nuestros propios paraísos a los que refugiarnos cuando las cosas vienen mal dadas. Homero decía en su Odisea que el camino hacia Ítaca debería ser largo, lleno de experiencias, lleno de aventuras. Ítaca, su isla paraíso, no es más que una representación para nosotros de aquel lugar que cada uno idealizamos a nuestra manera y que nos mantiene en la senda marcada cuando las experiencias no son agradables y las aventuras se convierten en sucesos. Vivir está bien, incluso muy bien. Particularmente me gusta estar vivo. Hay quien, pese a parecer increíble, no está feliz por estar vivo, su existencia es un sufrimiento constante (real o inventado). Muchas personas existen porque sus padres les han traído a este mundo y porque respirar es un acto involuntario. ¿Podríamos soportar las desventuras de nuestra existencia sin un lugar mental donde guarecernos? Posiblemente no. La mal llamada locura no es más que una huida hacia delante de nuestra mente ante la imposibilidad de afrontar problemas que se le presentan. Divagamos continuamente buscando nuestra propia Utopía. Una Utopía que no es más que el mundo idealizado que Tomás Moro reflejaba en aquella isla de ese mismo nombre. Una sociedad casi perfecta, un modo de vida en el que cualquiera querría estar. Mi utopía siempre me ha ayudado en la vida. Soñar viviendo es mucho mejor que vivir soñando; parece que no es mucha la diferencia, pero la hay. Los sueños me equilibran en la zozobra, me permiten arrinconar los problemas cuando estos amenazan con invadir mi espacio vital, sobre todo el mental. El abandono del puerto de Ítaca, alejarse de Utopía, suele llevar aparejado un enfrentamiento cruel con la realidad del que es difícil no salir herido. La vida es maravillosa 364 días al año, pero basta un sólo día para derribarla y terminar con el sueño utópico al que habíamos dedicado los demás días. Así que mi recomendación es vivir la vida del modo más intenso posible. Aquello que no hagas hoy tal vez no puedas hacerlo mañana, vive....

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