LUGARES PARA SOÑAR

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domingo, 22 de diciembre de 2013

¿POR QUÉ NOS GUSTA EL BALONMANO?

Hace años una brillante campaña de abonados del Atlético de Madrid comenzaba con un niño preguntándole a su padre: “papa ¿por qué somos del Atlético de Madrid?, sin duda se trataba de una excelente promoción de un club. Explicaba el anuncio los valores sentimentales y no, por las que ellos eran socios y seguidores de ese club madrileño. Años más tarde mi hija me preguntó: ¿Por qué te gusta el balonmano? Yo traté de explicárselo con palabras que pudiese entender, no en vano tenía apenas siete años. Esta tarde, aquí, en mi trabajo he vuelto a acordarme de aquella pregunta y tal vez pueda responderle de otro modo, ya que ahora quizá pueda entender mejor las cosas. ¿Por qué nos gusta el balonmano? Podría decir que el balonmano ha sido mi vida, pero eso sería decir demasiado. Sin embargo no podría desligar la práctica del balonmano de los últimos 26 años de mi vida y eso, en realidad, supone que ha sido algo que situaría sin duda entre las tres cosas más importantes. De la práctica de este deporte he extraído para mi vida valores y emociones que son intrínseco¡as a la práctica deportiva: el compañerismo, la amistad, al emotividad, la superación, el sacrificio, el aprendizaje, las ganas de aprender, el deseo de ganar, la pena por la derrota, la rabia por las injusticias... el balonmano, sin ninguna duda, me ha hecho mejor persona. En el plano meramente deportivo pocos deportes aúnan en una cancha la fuerza física, el rigor táctico, la velocidad, la variabilidad como lo hace este deporte que jugamos en una pista de 40 por 20 metros. En esos 800 metros cuadrados se da una batalla, a veces épica, entre rivales que, de común terminan fundidos en un abrazo después de haberse dado no pocos golpes de forma recíproca durante una hora. No conozco otro deporte, tal vez el rugby, donde lo físico y lo emotivo vayan tan de la mano. El balonmano es plasticidad, se trata de un deporte visualmente muy atractivo donde el universo aéreo de los extremos se funde con el rojo sangre de los pivotes fajadores. Las posturas imposibles de los porteros frenando contraataques sólo son comparables con la valentía que tienen por mantenerse ante el francotirador (a menudo con mucha puntería) que amenaza con llevarse por delante su cabeza. El balonmano es inteligencia, no sólo en lo táctico (algo que se entrena y que diferencia en poco a unos equipos de otros) sino en el libre albedrío que cada jugador debe de llevar al máximo cuando decide saltarse una atadura táctica (esto es lo que verdaderamente diferencia a un equipo bueno de uno excelente). Siempre he creído, tal vez sea una mirada demasiado romántica del balonmano, que un jugador bueno de verdad es aquel que despierta en ti una emoción cuando lo ves o cuando compartes cancha. No me gustan los autómatas. El balonmano es una fuente inagotable de valores con los que transmitir, a una sociedad empobrecida de ellos como la nuestra, el respeto (por los demás y por uno mismo). He vivido en estos años situaciones en las que compañeros que vivían en situaciones complejas en sus hogares encontraron en el equipo un lugar donde cobijarse, unas horas en las que la tensión desaparecía o se relativizada. Los lazos de amistad que he establecido con los años a través de este deporte permanecen ahí, con independencia del tiempo que pase sin visitar a algunos. Lo que vive el grupo pertenece a ese grupo y queda ahí. ¿por qué me gusta el balonmano? Porque creo, sin ningún género de dudas, que es el mejor deporte del mundo, por ello sigo practicándolo....

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