LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

jueves, 28 de abril de 2011

¿Sentimos lo que vivimos o sentimos lo que pensamos?

La mayoría de las personas creen que los sentimientos que tienen cada día son la consecuencia de sus vivencias, atribuyen a cada acto cotidiano la capacidad de influir en sus emociones, en una suerte de causa – efecto donde lo que realizamos cada día canaliza de una u otra forma lo que sentimos.
Para muchas personas su estado de ánimo es consecuencia directa de su desempeño profesional, de sus relaciones personales, de terceras personas, etc.
Hay otro grupo de personas, este mucho menor, que sostiene que nuestros pensamientos influyen de manera determinante, no sólo en lo que sentimos, sino en el normal desarrollo de nuestras acciones.
Está claro que los pensamientos positivos son capaces de canalizar nuestros actos de una manera tal que todo lo que realizamos termina siendo un refuerzo positivo del pensamiento original. Si nuestro pensamiento es negativo, los actos derivados de tal pensamiento no harán otra cosa que socavar nuestras verdaderas capacidades.

Yo soy de los que opina que no todo el mundo piensa, para muchos es más cómodo dejar su mente en una situación de “calma chicha” donde es más influenciable por las corrientes de pensamiento externo, ajenas a su voluntad, y por tanto convierte a estas personas en más volubles.

Entre el grupo mayoritario de personas pensantes está claro que son mayoría quienes enarbolan el pensamiento positivo como bandera de sus actos y emociones diarias. Cuando alguien piensa que tal o cual son, por ejemplo, “malas personas, a priori” está: no sólo, emitiendo un juicio de valor, sino atribuyendo a tales sujetos una condición que pueden no tener a la luz de un conocimiento más profundo; sin embargo este pensamiento “a priori” hará que los actos desempeñados en torno a esas personas tengan un cariz negativo.

Cuando somos capaces de interpretar nuestros pensamientos de una manera más positiva nuestra manera de ser, nuestro modo de vida, será, casi con total seguridad, mucho mejor.

Cuando creemos que nuestra vida es desgraciada por “esta persona” o por “aquel trabajo” etc., no tenemos en cuenta que somos nosotros mismos y los pensamientos que tenemos respecto a ellos los que contribuyen a manipular nuestra realidad. Vivimos pues, embargados por nuestra capacidad de discernir lo positivo de lo negativo, unas veces con conciencia de ello y otras fuera de nuestro alcance.

1 comentario:

  1. En mi humilde forma de ver o sentir, considero que ambas situaciones van enlazadas. Si no sintiéramos lo que vivimos no correría sangre por nuestras venas. Si no sentimos lo que pensamos... para que tenemos pensamientos.

    ResponderEliminar

La opinión siempre es libre