LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

miércoles, 16 de octubre de 2013

EL LUGAR DONDE LA REALIDAD Y LOS SUEÑOS SE ENCUENTRAN

Me ha ocurrido con cierta frecuencia el encontrarme con personas que, al referirse a los sueños me dicen: “soñaba cuando era joven, ahora vivo la realidad”. Yo suelo asentir por educación pero los miro con cierto escepticismo. ¿cómo pueden dejar a un lado el mundo de los sueños? ¿Cómo afrontar la realidad cada día sin la evasión que te permiten los sueños?. Supongo que cada uno decide cómo quiere vivir su vida. Afrontamos nuestros problemas como mejor sabemos y podemos; la congoja que nos suponen los diferentes inconvenientes diarios va en detrimento de nuestra calidad de vida y, por ende, en el modo en cómo afrontamos la vida. Desde pequeño elegí soñar como un modo de disfrutar de una realidad paralela a la mía, pues por diferentes circunstancias la vida que habría querido vivir de forma consciente se alejaba a la misma velocidad a la que yo la perseguía de un modo inconsciente. Quiero pensar que los menos favorecidos por la vida pueden disfrutar al menos los sueños. Aunque sé que mis sueños siempre serán diferentes de aquel que no ha podido acercarse nunca a las comodidades que uno puede percibir alrededor. El lugar donde los sueños y la realidad se encuentran es ese instante en el que, permaneciendo despierto, soy capaz de evadir mi mente y percibir una realidad diferente. Puede que no sea habitual en los demás, sólo puedo hablar por mí. Mas no es menos cierto que me sirvo de esta treta para afrontar de nuevo la realidad de un mejor modo. Un preso debería soñar a diario con la libertad, pues en el momento que deje de hacerlo y asuma que su realidad siempre será la prisión, jamás podrá escapar del sistema. Tal vez por ello muchos delincan una y otra vez. Cuestión que se torna diferente en aquellos lugares en los que la prisión es una certeza hasta el fin de los días. E incluso en ese caso estoy seguro de que muchos viven cada día en “libertad”. Espero tener la fortaleza mental de seguir soñando día tras día. Quiero que el mundo real que me toque vivir tenga un lugar paralelo en la dimensión que sea; la certeza de la muerte no impide que uno pueda creer que hay vida después de ella. En mi caso, que no creo tal cosa, soñar me ayuda a vivir lo que tal vez nunca suceda...

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