LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

viernes, 27 de septiembre de 2013

LOS SUEÑOS QUE NO SE CUMPLEN

¿Quién no ha soñado alguna vez? Seguramente podríamos aseverar que todo el mundo sueña en algún momento de su vida. El sueño nos ayuda a relajar la mente, a establecer una conexión entre lo real y lo inventado. La eterna lucha entre el deseo y la realidad. Son, sin embargo, los sueños que no se cumplen los que yo considero verdaderamente importantes; en tanto en cuanto me aproximan con certeza a la realidad que debo de vivir. Acostumbramos, con cierta frecuencia, a crear castillos en el aire; presumimos una vida que nunca tendremos basándonos en indicios poco fiables del futuro que realmente nos aguarda. La vida, la compleja existencia que mantenemos, se empeña día a día en enseñarnos la bondades de la existencia plena. Una existencia que debe de alejarse de lo metafísico para quedarse en lo terrenal. Vivir es sentir, es emocionarse, es llorar, es percibir.... los sueños nos permiten disfrutar de estas emociones de un modo tal que, al despertar, pueden llegar a crearnos ansiedad. Cuando somos conscientes de que nuestros sueños no van a cumplirse aprendemos, en el camino, que las limitaciones inherentes a cada uno están ahí. Si aprendemos de ellas creceremos interiormente de un modo exponencial, toda vez que los sueños incumplidos deben dar paso a las realidades posibles. Ambicionamos cada noche, al introducirnos en los terrenos de Morfeo, cumplir los deseos que de un modo real nos parecen inalcanzables. Nos lanzamos así a por un tobogán de emociones enlatadas en las que vivimos de un modo simulado, pero vívido, la fantasía de la vida. Al despertar somos, sin duda, mejores personas. Si no recordamos el sueño, nuestro cerebro guardará para sí ese secreto. Si descubrimos, al despertar, que todo terminó en ese preciso momento...habremos avanzado...

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