Ya queda menos para que nuestras calles se vean inundadas con miles de fotografías de los diferentes candidatos y partidos políticos. Unos nos serán conocidos, otros formarán parte de ese universo de anónimos que contribuye con su careto a calentar los bolsillos de unos pocos.
A partir de ahora cada acto público se convertirá en un panfleto, en un acto de campaña. Lugar común donde la difamación, la mentira, la falsedad y demás atributos políticos estarán presentes.
Vivieremos un tiempo lleno de actos donde proclamaremos como aptos a unos y como ineptos a otros; normalmente de manera equivocada pues suele ser el menos capaz el más elegido por su maleabilidad.
Los votantes asentiremos con la cabeza ante cada mentira que nos digan en la cara, como si quisiésemos creer todo aquello que nos dicen como una suerte de sortilegio sobre el mal fario que parece acompañarnos ultimamente, en lo que a economía se refiere. Los unos dirán que todo está mal y que ellos lo mejorarán, los otros que si continúan podrán dar vuelta a las cosas. Lo único cierto es que la situación ser revertirá sin que ninguno de ellos tenga la menor posibilidad de hacer nada, toda vez que vivimos un mundo global donde lo que tenemos es fruto de otros.
Convendría un ejercicio de responsabilidad (quizá un imposible), en el que exigir a nuestros representantes más modestia ante lo que pueden o no conseguir.
A nosotros mismos, quienes al fin y al cabo, somos responsables de su elección, deberíamos exigirnos, como mínimo, ser capaces de valorar los programas electorales y no la simpatía o antipatía. Si queremos dar ese pequeño salto como país de primer orden social, deberíamos ser capaces de valorar a los partidos por lo que pueden aportar a la sociedad desde un punto de vista programático y no sobre la cara bonita o fea de éste o aquel...Claro que para ello nos queda un largo camino todavía...
LUGARES PARA SOÑAR

cerrar lo ojos y sentir
martes, 15 de marzo de 2011
domingo, 6 de marzo de 2011
TUS OJOS
Cuando mis ojos se topan con los tuyos comprendo que mi vida ya merece la pena, pues en ellos encuentro el cariño y amor incondicional de quien te observa admirándote por el mero hecho de ser quien eres.
Quizá con los años esa mirada cambie, seguro que lo hará, porque en el normal desarrollo de la vida, ésta irá dejando un poso en tu alma que modificará esa mirada limpia que hoy tienes.
Mas estoy seguro de que seré yo y mi comportamiento contigo quien sea capaz de mantener es tus ojos la misma mirada que hoy veo.
Serán tus ojos mi guía en muchos momentos, la luz que me guíe hacia lo que debo hacer cuando esté alejándome del trayecto que debo seguir. Son tus ojos los que han infundido en mí una responsabilidad que no conocía antes de conocerte a ti.
También en ellos veré lágrimas, y esas gotas corriendo por tu cara encogerán en ocasiones mi alma; será entonces el momento de apoyarte en mi hombro y darte consuelo, reposo y amor. También de explicarte cómo, por qué, y hasta cuándo…entre las miles de preguntas que en ese momento tendrás.
Disfrutaré del brillo de esos mismos ojos que hoy brillan por un juguete o un juego, cuando lo hagan por un amor que inunde de pronto tu vida y lo complique todo. Cuando te creas que todo en la vida es esa sensación que oprime tu pecho y que tan bien reflejarán tus ojos.
Confío en no tener que ver en ellos mucha pena, mucha tristeza… cuando llegue ese momento también confío en estar a la altura y ser capaz de ofrecerte el asidero que necesites…
Estaré atento a tus ojos…
Quizá con los años esa mirada cambie, seguro que lo hará, porque en el normal desarrollo de la vida, ésta irá dejando un poso en tu alma que modificará esa mirada limpia que hoy tienes.
Mas estoy seguro de que seré yo y mi comportamiento contigo quien sea capaz de mantener es tus ojos la misma mirada que hoy veo.
Serán tus ojos mi guía en muchos momentos, la luz que me guíe hacia lo que debo hacer cuando esté alejándome del trayecto que debo seguir. Son tus ojos los que han infundido en mí una responsabilidad que no conocía antes de conocerte a ti.
También en ellos veré lágrimas, y esas gotas corriendo por tu cara encogerán en ocasiones mi alma; será entonces el momento de apoyarte en mi hombro y darte consuelo, reposo y amor. También de explicarte cómo, por qué, y hasta cuándo…entre las miles de preguntas que en ese momento tendrás.
Disfrutaré del brillo de esos mismos ojos que hoy brillan por un juguete o un juego, cuando lo hagan por un amor que inunde de pronto tu vida y lo complique todo. Cuando te creas que todo en la vida es esa sensación que oprime tu pecho y que tan bien reflejarán tus ojos.
Confío en no tener que ver en ellos mucha pena, mucha tristeza… cuando llegue ese momento también confío en estar a la altura y ser capaz de ofrecerte el asidero que necesites…
Estaré atento a tus ojos…
LA AVENTURA DE LA VIDA
Muchas veces en mi vida he escrito sobre las ganas de vivir, sobre la ilusión que me haría poder envejecer con mis facultades mentales intactas, poder contar historias a mis nietos y sobre todo disfrutar de la vida hasta el último estertor.
La vida es una aventura, un momento en el tiempo en el cual deberíamos aprender a concebir, como posible, la idea de una vida posterior.
He defendido muchas veces la idea cierta de que la muerte es la certeza que uno tiene cuando nace; con el paso de los años dejo abierta una posibilidad a que exista una existencia paralela; de nuestra existencia física tenga un fin diferente a nuestra existencia mental…es navegar en un universo complejo.
Así que de momento centro todos mis esfuerzos en vivir esta vida que conozco; en madurar de una manera completa, abriendo mis orejas para aprender de aquellos que puedan aportar a mi vida nuevos conceptos, nuevas ideas. El reciclaje es imprescindible para una continuación en una sociedad que avanza a pasos agigantados en nuevas tecnologías y en otras materias, mientras sufre un cierto retroceso en valores.
La aventura de la vida comienza desde el mismo momento en que llegamos a este mundo, carentes de todo vicio y siendo esponjas que absorben emociones, datos, etc. Del desarrollo de los primeros años de nuestra existencia dependerá, en buena medida, lo que seremos en el futuro.
Disiento de quienes sostienen que seremos únicamente el resultado de estos primeros años. Sé que son importantes y condicionan el futuro, pero creo en la capacidad humana para modificar conductas, para ampliar conocimientos, para poder decir que sí o que no.
La aventura de la vida nos lleva a pasar por la convivencia, esa prueba terrible que implica a todas nuestras capacidades físicas e intelectuales. La creación de una familia, la formación de un hogar, se sostiene en la observación y el aprendizaje sobre los usos y costumbres de quienes comparten su vida con nosotros. Supone la renuncia a unas cosas en aras de obtener otras.
El amor nos acompaña toda la vida, en este viaje itinerante de la vida a la muerte y más; el amor va a condicionar todo nuestro desarrollo, todos nuestros actos. Unas veces será el amor a los demás, otras el amor a nosotros mismos, el otro el amor a lo que está por llegar…
Mi viaje, el que estoy llevando a cabo, es un viaje al que no le faltan baches profundos, montañas elevadas, largas rectas…un viaje al fin y al cabo donde lo importante no es sólo existir, sino cómo se existe.
La vida siempre la he considerado demasiado corta, breve, creo que no tenemos tiempo para hacer todo lo que deseamos y sobre todo, aquello para lo que estamos de sobra capacitados.
Este viaje puede hacerse sólo o en compañía; la soledad lleva implícita el conocimiento intenso de uno mismo, la posibilidad de descubrirnos desde el interior, también lleva aparejada la pérdida en nuestro interior, la caída en esa enfermedad social llamada depresión.
El viaje en compañía puede ser inmensamente placentero o terriblemente complejo. Creo, que en este viaje es necesario desprenderse de equipajes por el camino y también subir nuevas maletas, nuevos pertrechos que contribuirán a formar parte de lo que seremos en la vejez.
Del posterior viaje a una vida ulterior nada sé, todo lo más que puedo hacer es un acto de fe y creer que hay vida más allá. Sería absurdo alcanzar la madurez intelectual, llegar a la vejez con tantos conocimientos adquiridos y que todo ello se fuese al limbo. Imagino que habrá algo más, pero mi temperamento racional me impide asegurar que puede ser así.
El viaje de la vida comenzó para mí hace 38 años… confío en que al menos pueda durarme otros tantos o más… la aventura que supone lo que percibo y siento es fantástico pese a los momentos duros. Siempre es una sorpresa lo que puede esperarte al otro lado de una puerta, de una carta, de un sms, de un chat…
La vida es una aventura, un momento en el tiempo en el cual deberíamos aprender a concebir, como posible, la idea de una vida posterior.
He defendido muchas veces la idea cierta de que la muerte es la certeza que uno tiene cuando nace; con el paso de los años dejo abierta una posibilidad a que exista una existencia paralela; de nuestra existencia física tenga un fin diferente a nuestra existencia mental…es navegar en un universo complejo.
Así que de momento centro todos mis esfuerzos en vivir esta vida que conozco; en madurar de una manera completa, abriendo mis orejas para aprender de aquellos que puedan aportar a mi vida nuevos conceptos, nuevas ideas. El reciclaje es imprescindible para una continuación en una sociedad que avanza a pasos agigantados en nuevas tecnologías y en otras materias, mientras sufre un cierto retroceso en valores.
La aventura de la vida comienza desde el mismo momento en que llegamos a este mundo, carentes de todo vicio y siendo esponjas que absorben emociones, datos, etc. Del desarrollo de los primeros años de nuestra existencia dependerá, en buena medida, lo que seremos en el futuro.
Disiento de quienes sostienen que seremos únicamente el resultado de estos primeros años. Sé que son importantes y condicionan el futuro, pero creo en la capacidad humana para modificar conductas, para ampliar conocimientos, para poder decir que sí o que no.
La aventura de la vida nos lleva a pasar por la convivencia, esa prueba terrible que implica a todas nuestras capacidades físicas e intelectuales. La creación de una familia, la formación de un hogar, se sostiene en la observación y el aprendizaje sobre los usos y costumbres de quienes comparten su vida con nosotros. Supone la renuncia a unas cosas en aras de obtener otras.
El amor nos acompaña toda la vida, en este viaje itinerante de la vida a la muerte y más; el amor va a condicionar todo nuestro desarrollo, todos nuestros actos. Unas veces será el amor a los demás, otras el amor a nosotros mismos, el otro el amor a lo que está por llegar…
Mi viaje, el que estoy llevando a cabo, es un viaje al que no le faltan baches profundos, montañas elevadas, largas rectas…un viaje al fin y al cabo donde lo importante no es sólo existir, sino cómo se existe.
La vida siempre la he considerado demasiado corta, breve, creo que no tenemos tiempo para hacer todo lo que deseamos y sobre todo, aquello para lo que estamos de sobra capacitados.
Este viaje puede hacerse sólo o en compañía; la soledad lleva implícita el conocimiento intenso de uno mismo, la posibilidad de descubrirnos desde el interior, también lleva aparejada la pérdida en nuestro interior, la caída en esa enfermedad social llamada depresión.
El viaje en compañía puede ser inmensamente placentero o terriblemente complejo. Creo, que en este viaje es necesario desprenderse de equipajes por el camino y también subir nuevas maletas, nuevos pertrechos que contribuirán a formar parte de lo que seremos en la vejez.
Del posterior viaje a una vida ulterior nada sé, todo lo más que puedo hacer es un acto de fe y creer que hay vida más allá. Sería absurdo alcanzar la madurez intelectual, llegar a la vejez con tantos conocimientos adquiridos y que todo ello se fuese al limbo. Imagino que habrá algo más, pero mi temperamento racional me impide asegurar que puede ser así.
El viaje de la vida comenzó para mí hace 38 años… confío en que al menos pueda durarme otros tantos o más… la aventura que supone lo que percibo y siento es fantástico pese a los momentos duros. Siempre es una sorpresa lo que puede esperarte al otro lado de una puerta, de una carta, de un sms, de un chat…
QUÉ DIFÍCIL PUEDE LLEGAR A SER…
De pronto uno se plantea, un buen día, que quizá no merezca la pena tanto esfuerzo, que los suspiros, las agonías, los sinsabores, hacen que lleguemos a decir: Qué difícil puede llegar a ser…
Las relaciones personales, son eso, personales, con lo que la subjetividad estará siempre presente. Uno siempre desea que le amen cómo el ama él. Uno siempre confía en alcanzar metas tal y cómo el exitoso lo ha logrado… mas no todo el mundo nace de la misma madre ni del mismo padre.
Siempre he creído en la libertad de oportunidades, en que cualquiera puede llegar a ser lo que se proponga, dentro de lo razonable. Pero me he topado en ocasiones con que hay situaciones que se vuelven insostenibles por lo difíciles, por lo complejas, por lo ridículas…
No reír o no llorar no implica que carezcamos de emociones, y ahí es donde confluye la desazón de quien se siente ninguneado por aquellos que tienen sus prioridades ordenadas.
Las relaciones humanas y más las de pareja, pueden ser terriblemente duras sobre todo cuando uno ama y otro se deja amar. O cuando uno quiere y el otro simplemente se deja ir.
También son difíciles las situaciones de desafección, aquellas que son producidas por la distancia o por el exceso de proximidad. El ser humano precisa de los demás seres humanos para socializarse, para vivir.
Nadie nos ha dicho nunca que la vida sea fácil, razón de más para darle la razón a aquellos que se empeñan en descubrir qué hay bajo los pies sin mirar nunca hacia arriba.
Qué difícil es todo…
Las relaciones personales, son eso, personales, con lo que la subjetividad estará siempre presente. Uno siempre desea que le amen cómo el ama él. Uno siempre confía en alcanzar metas tal y cómo el exitoso lo ha logrado… mas no todo el mundo nace de la misma madre ni del mismo padre.
Siempre he creído en la libertad de oportunidades, en que cualquiera puede llegar a ser lo que se proponga, dentro de lo razonable. Pero me he topado en ocasiones con que hay situaciones que se vuelven insostenibles por lo difíciles, por lo complejas, por lo ridículas…
No reír o no llorar no implica que carezcamos de emociones, y ahí es donde confluye la desazón de quien se siente ninguneado por aquellos que tienen sus prioridades ordenadas.
Las relaciones humanas y más las de pareja, pueden ser terriblemente duras sobre todo cuando uno ama y otro se deja amar. O cuando uno quiere y el otro simplemente se deja ir.
También son difíciles las situaciones de desafección, aquellas que son producidas por la distancia o por el exceso de proximidad. El ser humano precisa de los demás seres humanos para socializarse, para vivir.
Nadie nos ha dicho nunca que la vida sea fácil, razón de más para darle la razón a aquellos que se empeñan en descubrir qué hay bajo los pies sin mirar nunca hacia arriba.
Qué difícil es todo…
viernes, 4 de marzo de 2011
RECHAZADOS
No me he sentido rechazado muchas veces a lo largo de mi vida; pero cuando lo he sentido, además del dolor que causa, he intentado encontrar un lado positivo. Descubrir que no te quieren en un lado es traumático, puede llegar a cercenar de raíz el equilibrio mental de cualquiera si lo coge a uno en un momento de debilidad. Superado el trance me he visto salir fortalecido interiormente, con cicatrices claro, pero más entero, más curtido. La superación de la adversidad siempre ha sido la forja forzosa a la que el ser humano se ha visto avocado desde la noche de los tiempos.
El rechazo al diferente es también una forma de marginación, a veces cruel, siempre triste. No tenemos que soportarnos todos, unos con otros, la multiculturalidad trae aparejado el problema de las diferentes velocidades a las que se mueven las sociedades de origen. Cuando convergemos diferentes personalidades en una pareja, en un grupo, en una sociedad, ya es un trabajo encomiable el llegar a acuerdos, si a ello le sumamos, cuando existe, la diferente procedencia geográfica; añadimos un hecho diferenciador que no siempre coexiste de manera natural con los demás.
La amplitud de miras, la capacidad del hombre para superar esta dificultad, es la que logra que las sociedades plurales lo sean de verdad. El mestizaje siempre había sido consecuencia de la imposición de unos sobre los otros. De un tiempo a esta parte el mestizaje se da de manera aleatoria y natural y con ello la interconexión entre diferentes se hace latente en cada estrato social.
Cuando una sociedad vive situaciones de crisis económicas comienza a adentrarse en una espiral perniciosa que empuja al diferente hacia el exterior.
Para aquellos que, dejando atrás familia y recuerdos, se adentran en sociedades ajenas, intentando aprender en cuatro días lo que a los nativos les lleva generaciones, supone un esfuerzo añadido al normal desempeño de las naturales labores que no quieren hacer los locales. En momentos como el actual, donde nos vemos abocados a desempeñar cualquier labor, por mala que parezca, comienzan a sobrarnos los foráneos, ya que, ahora sí, “vienen a quitarnos el pan”. Un pan, que antes no nos preocupábamos en comprar pues dábamos por hecho el tenerlo.
Del rechazo al diferente han surgido los conflictos bélicos más importantes de la historia de la humanidad. Somos el resultado de una evolución social que nos ha llevado desde la conquista al mestizaje…mas hay muchos que siguen creyendo que seguimos conquistando, que el diferente, el de fuera es alguien que está a nuestro servicio.
La vileza del espíritu radica en el abandono de los valores humanos…
El rechazo al diferente es también una forma de marginación, a veces cruel, siempre triste. No tenemos que soportarnos todos, unos con otros, la multiculturalidad trae aparejado el problema de las diferentes velocidades a las que se mueven las sociedades de origen. Cuando convergemos diferentes personalidades en una pareja, en un grupo, en una sociedad, ya es un trabajo encomiable el llegar a acuerdos, si a ello le sumamos, cuando existe, la diferente procedencia geográfica; añadimos un hecho diferenciador que no siempre coexiste de manera natural con los demás.
La amplitud de miras, la capacidad del hombre para superar esta dificultad, es la que logra que las sociedades plurales lo sean de verdad. El mestizaje siempre había sido consecuencia de la imposición de unos sobre los otros. De un tiempo a esta parte el mestizaje se da de manera aleatoria y natural y con ello la interconexión entre diferentes se hace latente en cada estrato social.
Cuando una sociedad vive situaciones de crisis económicas comienza a adentrarse en una espiral perniciosa que empuja al diferente hacia el exterior.
Para aquellos que, dejando atrás familia y recuerdos, se adentran en sociedades ajenas, intentando aprender en cuatro días lo que a los nativos les lleva generaciones, supone un esfuerzo añadido al normal desempeño de las naturales labores que no quieren hacer los locales. En momentos como el actual, donde nos vemos abocados a desempeñar cualquier labor, por mala que parezca, comienzan a sobrarnos los foráneos, ya que, ahora sí, “vienen a quitarnos el pan”. Un pan, que antes no nos preocupábamos en comprar pues dábamos por hecho el tenerlo.
Del rechazo al diferente han surgido los conflictos bélicos más importantes de la historia de la humanidad. Somos el resultado de una evolución social que nos ha llevado desde la conquista al mestizaje…mas hay muchos que siguen creyendo que seguimos conquistando, que el diferente, el de fuera es alguien que está a nuestro servicio.
La vileza del espíritu radica en el abandono de los valores humanos…
En el interior de un paraíso natural
Los árboles se cimbrean por la corriente de aire que es casi imperceptible aquí, a ras de suelo. En el ambiente se respira el fuerte aroma a naturaleza viva.
Si uno cierra los ojos y se mantiene inmóvil puede disfrutar del sonido del agua en su discurrir entre esta ingente masa forestal. Cuando los abres y descubres que puedes ver todo el fondo a través de sus cristalinas aguas, te das cuenta de que aquél es un lugar especial.
Todo el entorno invita a un aquelarre nocturno, a una “queimada” a media noche, a fiestas y conjuros, a caminar y caminar para ir de un lado hermoso a un lugar indescriptible. La naturaleza impone su esplendor en este cuadro vivo, un cuatro que para sí querría el mejor museo.
Hace años, cuando era un crío, el lugar era recorrido por pocas personas, todo lo más grupos de estudiantes de historia que recorrían este paraje para acercarse a un monasterio único por su enclave; o bien para recorrer el empinado camino que lleva de un monasterio a otro.
El monasterio de Caaveiro es uno de esos lugares donde hace muchos siglos uno debería sentirse pequeñito. Y no por lo grande del edificio, que no lo es, sino por el enclave. Monfero era un monasterio mucho más grande, más tardío también. Con una singular fachada, restaurado en parte en los últimos tiempos.
Cada vez que recorro sus senderos encuentro un detalle nuevo en el que fijarme, y si lo hago en solitario, además suelo encontrar una parte nueva de Juan en cada viaje.
Muy pronto, en primavera volveré a perderme en sus entrañas…quiero ver partes que no conozco…
Si uno cierra los ojos y se mantiene inmóvil puede disfrutar del sonido del agua en su discurrir entre esta ingente masa forestal. Cuando los abres y descubres que puedes ver todo el fondo a través de sus cristalinas aguas, te das cuenta de que aquél es un lugar especial.
Todo el entorno invita a un aquelarre nocturno, a una “queimada” a media noche, a fiestas y conjuros, a caminar y caminar para ir de un lado hermoso a un lugar indescriptible. La naturaleza impone su esplendor en este cuadro vivo, un cuatro que para sí querría el mejor museo.
Hace años, cuando era un crío, el lugar era recorrido por pocas personas, todo lo más grupos de estudiantes de historia que recorrían este paraje para acercarse a un monasterio único por su enclave; o bien para recorrer el empinado camino que lleva de un monasterio a otro.
El monasterio de Caaveiro es uno de esos lugares donde hace muchos siglos uno debería sentirse pequeñito. Y no por lo grande del edificio, que no lo es, sino por el enclave. Monfero era un monasterio mucho más grande, más tardío también. Con una singular fachada, restaurado en parte en los últimos tiempos.
Cada vez que recorro sus senderos encuentro un detalle nuevo en el que fijarme, y si lo hago en solitario, además suelo encontrar una parte nueva de Juan en cada viaje.
Muy pronto, en primavera volveré a perderme en sus entrañas…quiero ver partes que no conozco…
jueves, 3 de marzo de 2011
SOPLA EL VIENTO
Noche fría, noche de bufanda y gorro, noche de invierno en la que el ulular del viento es el sonido más latente al otro lado de mis ventanas.
Una noche para el silencio y el recogimiento aquí, en mi trabajo, donde el sueño va tomando poco a poco posesión de mi cuerpo. La acumulación de noches en vela hace que mis pensamientos reverberen dentro de mi cerebro. Quiero pensar con lucidez y sin embargo el embotamiento de la falta de sueño logra que los puntos se conviertan en suspensivos.
Cuando era pequeño, que en algún momento recuerdo haberlo sido, disfrutaba sentado en la arena de la playa de Valdoviño de las voces que el viento emitía en su roce con las rocas. Creía entonces, y lo creo ahora, que el viento transmite los sonidos perdidos de aquellos que hablan contra el viento; de los que están perdiendo el poder de sus voces…pero también nos trae la fuerza del discurso verbal de quien se revela….
Dicen, quienes han vivido en Cartagena o Tarifa, que el uuuuuu del viento azotando continuamente los oídos termina provocando en los lugareños la sensación de hablar para nada, de emitir sonidos que escucharán otros distintos de a quién van dirigidas sus palabras; y que por ello son más callados..
Mi experiencia en la costa, siendo persona de interior, es que cuando el viento sopla con intensidad uno percibe sonidos que no le son propios, que llegan de lejos...mas para poder oírlos es preciso escuchar con detenimiento.
El viento sopla…es una noche fría…
Una noche para el silencio y el recogimiento aquí, en mi trabajo, donde el sueño va tomando poco a poco posesión de mi cuerpo. La acumulación de noches en vela hace que mis pensamientos reverberen dentro de mi cerebro. Quiero pensar con lucidez y sin embargo el embotamiento de la falta de sueño logra que los puntos se conviertan en suspensivos.
Cuando era pequeño, que en algún momento recuerdo haberlo sido, disfrutaba sentado en la arena de la playa de Valdoviño de las voces que el viento emitía en su roce con las rocas. Creía entonces, y lo creo ahora, que el viento transmite los sonidos perdidos de aquellos que hablan contra el viento; de los que están perdiendo el poder de sus voces…pero también nos trae la fuerza del discurso verbal de quien se revela….
Dicen, quienes han vivido en Cartagena o Tarifa, que el uuuuuu del viento azotando continuamente los oídos termina provocando en los lugareños la sensación de hablar para nada, de emitir sonidos que escucharán otros distintos de a quién van dirigidas sus palabras; y que por ello son más callados..
Mi experiencia en la costa, siendo persona de interior, es que cuando el viento sopla con intensidad uno percibe sonidos que no le son propios, que llegan de lejos...mas para poder oírlos es preciso escuchar con detenimiento.
El viento sopla…es una noche fría…
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