APOSTASÍA SOCIAL

Quisiera poder apostatar de la sociedad en la que vivo, una sociedad que me tiene engañado. Una sociedad que difiere mucho de aquella que me vendieron durante años. Resulta que vivimos en el paraíso, pero en el paraíso de ladrones, maleantes y personas de mal vivir que se esconden en parapetos de buen gusto. Los ideales con los que crecí se están quedando en los márgenes de la realidad. Camina esta sociedad hacia la des-humanización de la vida. Vivimos, pero no como queremos, sino como nos dejan o empujan. Siempre hemos tenido algo de marionetas, mas últimamente son demasiados los titiriteros que nos utilizan. Unos pocos mueven el mundo, manipulan nuestra realidad, sugieren e imponen lo que luego nos hacen creer que pensamos o deseamos. Y ya está bien. ¿Hasta cuando vamos a aguantar?¿Cuándo vamos a decir basta? Nos tienen asustados con la amenaza de un nuevo invierno nuclear. Es como una guerra fría sin más armas que la amenaza financiera. Nada teme más el ser humano actual que la pérdida de poder adquisitivo. Tanto nos hemos acostumbrado al poder del dinero que olvidamos que el mundo en el que vivimos es, sobre todo, resultado de la lucha de muchos por los ideales que unos pocos defendieron al principio. Renunciamos demasiado fácilmente al la libertad que tanto les costó a muchos antes. Miramos para otro lado ante la quiebra de derechos que han costado no pocas vidas. Nos hacemos los locos con la vulneración premeditada y diaria de los mínimos derechos para con los menos favorecidos. ¿por qué? Porque la sociedad de consumo nos domina, porque hemos vivido los últimos años en la mentira de la felicidad paradójica. Tanto tienes, tanto vales...podría ser perfectamente el eslogan de los últimos quince años aquí. A la mierda con las capacidades, al garete con las habilidades...todo se fundamentó en la ingeniería financiera. Una ingeniería que fracasó en los cálculos de sus principales pilares y que, ahora, nos arrastra al lodazal de las calles sin asfaltar porque no llegan los recursos. Si uno recorre el país puede pensar perfectamente que se encuentra, en muchos lugares, ante la viñeta de cómic futurista de los años ochenta donde se representaban ciudades abandonadas, llenas de pintadas, lugares inhóspitos, abandonados al pairo..así esta España. Muchos son los que creen que son los políticos lo que deben encontrar la solución pero ¿pondrías una zorra a guardar tu gallinero? Supongo que no. ¿Entonces? Entonces lo que cabría esperar es una apostasía general de una forma de sociedad que ha fracasado. La regeneración social tan sólo es posible desde la propia sociedad. Y, con la experiencia de la Historia, bueno sería hacer una revuelta pacífica que terminase de una vez con la calaña de mal nacidos que nos tienen con el culo al aire...