LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

domingo, 10 de junio de 2012

SEXO ANAL

El sexo anal ha estado ahí desde tiempos inmemoriales, ha formado parte de la naturaleza curiosa y ociosa del ser humano desde siempre. Tan sólo la aparición de las religiones ha conseguido que una práctica tan estimulante resulte pecaminosa. La sodomía la practicamos a diario desde que comenzó la crisis, unas veces sin darnos cuenta y otras sonriendo. Pero no se trata de ese tipo de pedicación de lo que toca hablar, sino de uno de los muchos modos de tener relaciones de pareja y disfrutarlas. Son muchas las personas que, víctimas de una educación parca en sexualidad, se sorprenden coloradas y azoradas hablando de estos temas. Piensan que la profanación de las regiones, en principio, destinadas a la evacuación de otros residentes en nuestro organismo, no debería ser motivo de placer. Sin embargo, a poco que cierren los ojos y reflexionen sobre el placer de defecar, les hará percibir, por analogía, que lo mismo...no está mal. Como todo en la vida, uno puede ser sujeto pasivo, sujeto activo, o ambas cualidades. La exploración personal de los orificios propios entra dentro de lo que yo llamaría: descubrirse a uno mismo. Uno debe de tentar todo tipo de suertes para no caer en la tentación de permanecer anclado en el inmobilismo. La exploración de los orificios de los demás, por el contrario, ha de ser una práctica habitual y común de todos los que, en algún momento, nos abandonamos a Eros. Parece ser que en el interior del ano, pasados los esfínteres, se encuentran terminaciones nerviosas que, dependiendo del dueño, producen al portador placer o dolor, o placer doloroso...que nunca se sabe. Imagina uno, que el tamaño de lo introducido en dicho lugar influirá de manera determinante en el placer resultante. Aunque hay culos y culos..que diría aquel. Una exploración del perineo siempre resulta interesante, pues es posible percibir en ello una predisposición a una posterior invasión del territorio ignoto que se aproxima. Cuando, este territorio ya es visitado con frecuencia, se dice que el placer es tan intenso que llega a confundir. Desconozco la diferencia entre el placer que puede sentir un hombre y una mujer, en cuanto a sujeto pasivo. Es de suponer que siendo receptor uno disfruta de lo contrario tiene siempre la decisión de no seguir. En cuanto a sujeto activo, en la mujer siempre se ha de producir con las manos o con apéndices postizos, por lo que el placer debería de ser mental. En el hombre...tal vez en los homosexuales y en los heteros sea diferente. Para los primeros quizá sea una manera totalmente natural y la que más cómoda le resulte y para los heteros pueda suponer un puntito canalla, algo más allá del placer de las relaciones sexuales habituales. En todo caso, en estos tiempos en los que la vaselina la van a imponer los políticos en nuestro país, sería prudente animarse a la práctica aunque sólo sea para estar ya entrenados y no sufrir demasiado...

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