LUGARES PARA SOÑAR

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domingo, 1 de enero de 2012

A PROPÓSITO DEL AMOR

Hablando hoy con una buena amiga sobre las vicisitudes que ella está viviendo en su amor he reparado en todo cuanto significa el amor.
Cuando llega uno tiene que envalentonarse y abalanzarse sobre él, no dejarlo escapar, disfrutarlo, porque el amor no entiende de pamplinas, el amor hay que vivirlo, sentirlo, mascarlo...
En nuestra sociedad, y antes en otras, las relaciones personales están marcadas por los complejos morales que se nos han impuesto, por la incapacidad de cada uno para asumir sus sentimientos sin mirar a los demás para obtener un consentimiento que no necesitamos.
Amar es algo mucho más profundo que enamorarse, amar llega justo después de que ese episodio de hormonas alteradas comienza a decaer. Amar implica la comprensión del otro en toda su persona y la aceptación tal y como es. No se trata del mundo mono color del enamoramiento que hace que todo sea maravilloso aun cuando nos pisen un pié con un tacón.
Al amor no se llega cuando se quiere, ni siquiera cuando se necesita; llegamos al amor cuando él quiere, cuando se presenta en nosotros y somos incapaces de apartarnos de su presencia. Y hay personas, muchas, que quieren rehuirle, que quieren dejar pasar la oportunidad de amar, o que renuncian voluntariamente al amor por... gilipolleces generalmente. Uno no debe renunciar jamás al amor, pues lo peor que puede suceder a una persona, obviamente es mi opinión, es lamentarse toda la vida de la oportunidad que tuvo y no aprovechó.
Prefiero lamerme la herida de la pérdida, que mirarme en el espejo y descubrir la cobardía ante el amor.
Así que amiga mía, ahora que lo tienes, ahora que lo disfrutas, ahora que lo sientes hasta las tripas... agárrate fuerte a él, el futuro...el futuro está por escribirse y nadie sabe cómo irá.

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