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martes, 22 de mayo de 2012

EL MIEDO A SER FELIZ

¿Cual es el verdadero objetivo de la vida? ¿Retrasar la muerte tal vez? Lo cierto es que la vida no deja de ser un espacio tiempo demasiado breve, si tomamos como referencia el universo. Uno puede plantearse preguntas existencialistas y encontrar miles de respuestas más al final de lo que se trata de de vivir, pues de lo que sucede después sabemos más bien poco. Vivir se puede hacer de muchas maneras, aunque simplificando mucho podemos dividirlas entre intentar ser feliz y hacer lo posible por no serlo. Muchas veces pasamos días, incluso semanas pensando en lo desgraciados que somos, en la mala suerte que tenemos, en que nada de los que nos sucede nos lo merecemos, sin embargo somos lo que somos como consecuencia básica de los actos que realizamos a lo largo de nuestras vidas. Nuestras aflicciones son, generalmente, el resultado de nuestras decisiones erróneas. Las ganas de ser feliz contribuyen de manera exponencial a la duración de la vida. Se ha demostrado muchas veces que personas con ganas de vivir superan graves enfermedades de manera “sorprendente”, otras al contrario, con patologías con mucha menor morbilidad dejan de existir o llevan una existencia penosa como resultado de las pocas ganas de ser feliz. La felicidad es una idea que flota en la mente de todos nosotros y que cada uno interpreta de una manera distinta. Cada cual con sus problemas intenta alcanzar lo que le hace feliz. Hay quien tiene miedo a alcanzar la felicidad, personas que no son capaces de aferrarse a ella porque la negatividad ha sido una constante en su vida. Para quienes viven así la felicidad ajena siempre ha sido motivo de crítica. El miedo a ser feliz puede ser tan angustioso como el contrario. Quienes disfrutan la felicidad temen perderla. Quizá porque no han comprendido que la vida es una atracción de feria en la que unas veces las luces son brillantes y la música agradable y al minuto siguiente la atracción se para en algún punto incómodo volviendo estridente su sonido.

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