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miércoles, 29 de septiembre de 2010

EDUCACION

Un día, como otro cualquiera, haciendo lo mismo que otros días caí en la cuenta de que se habían perdido los «buenos días», se habían cambiado por una gesto adusto de movimiento de cuello, eso en el mejor de los casos.
Decidí entonces observar como se comportaba la gente que entraba y salía de mi oficia, la que compraba el pan en la tienda de la esquina, la que se cruzaba en un paseo por la orilla del río, etc; y descubría que además casi habíamos perdido el «hola», el «buenas tardes», el «hasta mañana».
Me fui a mi casa pensando en ello, pensando en la pérdida de eduación tan grande que hemos tenido en nuestro país en los últimos veinte años. En lugar de una pretendida igualdad, que en realidad no existe, nos hemos instalado en una mala eduación tremenda, con una degeneración del léxico y del lenguaje que nos llevará en breve, no más de diez años, a gruñir en lugar de hablar.
Mucha culpa de ello lo tienen las nuevas tecnologías, encaminadas a favorecer la comunicación, sobre todo entre los más jóvenes, y que han logrado encumbrar a modo de nuevo Código Morse, este lenguaje procaz que aparece cada día en los sms de los adolescentes, y no tan adolescentes, de nuestro país.
No estoy en contra de ello si paralelamente se desarrollase, se estudiase y se mejorase nuestra manera de hablar. Al paso que vamos un día nos encontraremos con personas que dominan el lenguaje escrito en esa forma moderna pero que es incapaz de argumentar, con un léxico suficiente, cualquier cosa que necesite.
Convendría, en los centros educativos, mostrar cómo se puede hablar en castellano utilizando mil un una palabras, como ejemplo podrían mostrar una entrevista a un director de cine joven de nuestro país, hecha por Iñaki Gavilondo en fechas pasadas en su programa Hoy. Entenderían entonces lo amplico que puede llegar a ser nuestro idioma, la conjunción de palabras extraordinarias que dicho director (Rodrigo Cortés) pronunciaba con una facilidad asombrosa, rara por lo anormal hoy en su rango de edad.
Muchos son los padres que creen que la educación consiste en enviar a nuestros hijos al colegio, como si ese fuese un lugar donde ellos se convertirán en personas adultas, pocos son los que caen en la cuenta de que esos son centros de formación sobre todas las cosas. Allí nuestros hijos aprenderán lo necesario para comenzar a defenderse en la vida dentro del universo formativo - académico. Mas es en nuestras casas donde debemos incidir en la educación, en los buenos modales, en la adquisición de más y más vocabulario por parte de nuestros menores.
En estos momentos, que entreno un equipo de balonmano, me choca el hecho de que muchas veces, cuando les hablo utilizando tiempos compuestos u otro vocabulario fuera del habitual, no me entienden o me piden que les repita... tremendo.
Uno debería darse una vuelta por un instituto de secundaria, una escuela de primaria y osbervar, a la par que escuchar, el comportamiento de toda ese océnano humano lleno de especies por descubrir. Muchos serían los padres que se asombrarían, o no, de ver a sus hijos allí. Claro que negarán la mayor.
La educación debería ser el pilar fundamental, la clave de bóbeda sobre la que sustentar los valores de una sociedad moderna. En mucho estamos fallando cuando lo que está de moda es colgar vídeos en Youtube de agresiones, insultos, vejaciones, sexo, etc.

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