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jueves, 5 de abril de 2012

LA VIDA ES TEATRO...PURO TEATRO

Siempre he creído que la vida es un conjunto de vivencias que solemos repetir con frecuencia; como si de una ¡obra de teatro se tratase. Llegamos todos los días a nuestro trabajo, saludamos a las mismas personas y comenzamos nuestra actuación particular.
En un momento dado dejamos de hablar a alguien y comenzamos una distendida conversación con otros a quien no hablábamos y así sucesivamente.
En toda obra hay actos que marcan el devenir de su conjunto; nuestros actos también marcan el tempo de nuestra obra personal. Con nuestras decisiones hacemos cambios en la escena, incluso en el tipo de teatro que estemos desarrollando.
Capaces de la comedia de situación más desternillante somos capaces de mostrar un registro totalmente contrario y hacer de nuestra vida un drama de tintes calderonianos.
Y que nuestra vida sea así es algo brillante, una casualidad del destino quizá, pero brillante. Porque si debo de imaginar una vida en continua comedia o en continuo drama sería muy muy aburrido.
No siempre acertamos con la obra que queremos realizar, las equivocaciones forman parte de nuestra existencia, del carácter intrínseco del ser humano. Tenemos la “habilidad” de abandonar obras que están siendo un éxito para acometer representaciones de dudoso gusto y de menor interés; pero ahí estamos, dispuestos a un fracaso de taquilla que puede dejarnos con el culo al aire.
El cine, otro de los artes difusos en los que conviene bucear de cuando en cuando, es la alternativa clara pero, no es lo mismo el cara a cara real que vivir una vida de película alejada de la realidad. Mas hay muchas personas que acostumbran interpretar papeles en películas de bajo presupuesto toda la vida y no quieren salir de ese cliché en el que se encuentran tan ricamente fantaseando sobre esto o aquello sin querer darse cuenta de que la vida termina casi al mismo tiempo que comienza.
Es por ello que aun siendo actores de forma continuada es mucho mejor mantenerse encima de nuestro escenario particular y vivir el cara a cara, sentir el aliento de quienes comparten la escena diaria de nuestra vida. A fin de cuentas la vida es teatro...puro teatro.

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