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jueves, 5 de abril de 2012

EL EMPORIO DE ROUCO NO SUFRE RECORTES

En estos tiempos tan duros que nuestra sociedad está viviendo, donde la economía de guerra es una constante en muchos hogares y en otros es tan sólo una utopía, resulta desalentador ver como la dotación que recibe la Iglesia Católica del Estado no mengua un ápice.
La mayoría de nosotros sufrimos recortes, apreturas, denegación de préstamos, imposibilidad de pagar hipotecas.... El país entero está haciendo un esfuerzo tremendo, tan sólo la cúpula de la Iglesia parece ser ajena a este endémico mal que a todos nos afecta.
Muchos serán los que me dirán que la Iglesia hace una enorme obra social con Cáritas, y no seré yo quien se lo niegue pero...¿cómo se financia Cáritas? Desde luego no lo hace con el dinero que el Estado da a la Iglesia, ni siquiera con una tercera parte. Las organizaciones sociales vinculadas a la Iglesia se financian en gran medida de aportaciones voluntarias, por lo que resulta todavía más aberrante el uso demagógico que la Conferencia Episcopal realiza año tras año a cuenta de Cáritas y otras organizaciones afines.
Oficialmente han recibido 159 millones de euros, dinero que proviene de las cuentas del Estado en virtud de un Concordato que no se ajusta, en absoluto, a la realidad de los tiempos. Una organización religiosa que fundamente su existencia en la ingente cantidad de fieles y feligreses, debería ser autosuficiente y sostenerse a cuenta de quienes asistan a sus ceremonias o quienes así lo consideren oportuno.
Muchos dirán que sólo los fieles marcan con una cruz en su declaración de la Renta. A ellos habría que decirles que quienes profesan otra fe, y en España cada vez son más, no tienen ninguna oportunidad de destinar ese dinero a sus congregaciones. Tan sólo lo pueden hacer en el ámbito privado y siempre teniendo en cuenta que en su declaración el dinero irá al Estado, a la Iglesia católica u otras organizaciones, nunca a su fe.
En la búsqueda de un mundo más justo y equilibrado parece fuera de lugar que un Estado que se dice aconfesional en su Constitución, sostenga sine die a una organización religiosa con un marcado componente político que, para mas inri, no siempre converge con el del partido en el poder.
Pero Rouco y sus huestes siguen a lo suyo...a estar calentitos y ahora, con la barriga agradecida, a hacer proselitismo político en forma de fe.

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