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martes, 17 de abril de 2012

LAS HOMILIAS DEL SEÑOR OBISPO

Dice el monsén que los homosexuales son reprobables, que deben acudir a centros dogmáticos donde, sin ninguna duda, les cambiarán sus cabezas. Unas cabezas llenas de peligros, de vicios perniciosos, de...
Estamos en el siglo XXI y nada ha cambiado en una institución con tantos siglos de existencia. El anacronismo del Obispo de Alcalá es paralelo al de la Iglesia que representa. Una iglesia (que obviamente no es toda la Iglesia) que abrazada al camino neocatecumenal transita en una dimensión diferente de la real.
Convendría al señor Obispo hacer una reflexión profunda de las palabras que lanza; seguro que ha hecho una reflexión de parte, pero no una completa en la que se detenga con calma a analizar las barbaridades que puede llegar a decir.
Asimismo sería prudente, por su parte y la de sus superiores, no alimentar ciertos debates sociales que terminarán derribando la puerta tras la que se esconde; pues no es descabellado pensar que tras esa pátina de moralina se esconde mucha suciedad, sobre todo intelectual.
Es labor de los líderes espirituales ayudar a sus acólitos a caminar por las sendas que ellos les marquen, como buenos pastores deben guiar a su rebaño para que termine siendo cada vez mayor o, en el habitual caso, esté cómodo. No es bueno para el pastor pretender confortar a los suyos atacando a los otros, no sea que alguno propio se sienta identificado y abandone el redil.
Un redil, todo sea dicho de paso, cada vez menos abundante. La falacia del crecimiento de seguidores tan sólo se sustenta en la crisis económica. Un momento puntual en el que cada uno tiende a asirse a aquello que le es próximo y le ofrece cierta seguridad. Pasado el momento...aire.
Una recomendación haría al Obispo de Alcalá: Motivos hay más que suficientes, en otros órdenes de la vida, con los que llenar los tiempos dedicados a homilías sin que termine la misa con un halo de mitin político de medio pelo...

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