IMPONIENDO LA PAZ. LA PAZ DE LOS CEMENTERIOS

La Paz ha estado de moda muchas veces, todos hemos sido partícipes directos o indirectos de los intentos más o menos veraces de apaciguar no pocas guerras o conflictos a lo largo del tiempo. La Historia, caprichosa testigo del tiempo, me ha demostrado que la única paz que las diferentes potencias han logrado imponer, ha sido la paz de los cementerios; aquella que acalla los gritos de dolor, las voces de los exaltados, la ilusión de los liberados... Esta tarde charlaba un grupo de señores en el bar donde tomo café sobre cómo los Estados Unidos o la OTAN llevan la paz a los diferentes lugares del mundo; atónito con algunas afirmaciones que, voz en alto, decían, no me quedó otra que reflexionar brevemente en silencio sobre ello. Y lo único realmente cierto es que sólo han sido capaces de imponer la paz a través de la muerte. Aquellos que luchan por un ideal (incluso equivocado a nuestros ojos) sólo son aplacados por la fuerza bruta, que lejos de intentar derribar dichos ideales con otros, los somete a cañonazos, disparando primero y preguntando después. La soberbia de los poderosos, entre los que naturalmente se encuentra Europa, nos hace creer que ´solo las guerras crean cementerios, qué sólo los ejércitos cometen atrocidades. Cuando la verdad está ahí fuera, es latente que para que exista un primer mundo tal y como lo conocemos, afligido por las desgracias del Tercer Mundo, tiene que existir éste. Nuestra capacidad de comunicarnos vía satélite, de disfrutar de todas las comodidades que poseemos va en paralelo con la explotación de los recursos de países que reciben como compensación hermosos terrenos donde enterrar a sus muertos, o, en el mejor de los casos “gomas de borrar” imaginarias con las que tratar de eliminar la memoria de los vivos. Podría ser como la mayoría, que suele acudir a los medios de comunicación para descubrir el mundo tal y cómo se lo pintan, pero me gusta acudir a la historia y a los vericuetos de realidad para descubrir que no somos tan buenos como nos gustaría creer. El “buenismo”, es un invento del primer mundo que se cree el ombligo del universo. Consideramos nuestro modo de vida cómo el ideal. Algo que no debería sorprenderme pues desde los antiguos Griegos hemos sido así. Las diferentes culturas dominantes a lo largo de la historia de la humanidad han ido sometiendo a sus predecesores bien por una mejor cultura bien por la fuerza de las armas. Siendo casi siempre el silencio ruidoso del cementerio quien ha logrado bajar la cabeza al sometido La paz de los cementerios...