LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

lunes, 7 de febrero de 2011

AL CERRAR LOS OJOS…

La realidad en la que vivo se difumina, desparecen por completo los complejos problemas que atacan al mundo cada día, se estrecha la distancia entre la realidad y la ficción y comienzo a distribuir mentalmente las cosas tal y como las imagino en ese preciso instante.
Emanciparme de la realidad a través de los sueños conscientes y de los momentos oníricos inconscientes es el mejor recurso que conozco para equilibrar mi vida; una vida llena de avatares, sin sabores, alegrías, penas…
El breve instante en que mi mente se presta a imaginar y construir un mundo personal donde las cosas funcionan siempre bien y a mi manera, se ve golpeado una y otra vez por una realidad difusa que esconde la diáfana verdad de una vida donde la carencia de afecto en una edad temprana convierte la madurez en una búsqueda consciente e inconsciente de un afecto tan necesario como esperado.
El mundo fantástico que encierra la mente de una persona cuando cierra los ojos sólo es comparable a la prosa de un narrador de historias, que fluye sin demora, presto para concluir una historia hermosa. Por toda suerte, mi momento onírico está lleno de saltos inconexos en el tiempo y las formas. Lo mismo me veo de levita en un taller de construcciones metálicas, que con una moto – sierra en un pleno del Congreso.
Siempre he creído, seguro que estoy equivocado, que uno sólo puede soñar lo que alcanza a comprender de la realidad tangible que observa o de la realidad ficticia que es capaz de leer y descontextualizar. No creo que alguien que no conozca a Marx tenga sueños con El Capital, por poner un ejemplo.
Cuando cierro los ojos también logro transformar, por un instante la realidad que llega a continuación; después, en una suerte de dejavu uno reacciona a las situaciones que termina de imaginar, con la sorpresa interna de que se ha cumplido un deseo. Y eso no existía no? …o sí.
Cuando cierro los ojos también te imagino a mi lado, entre mis brazos, cálida, empujando con tu trasero contra mí, ávida por sentir mi cuerpo despertando al placer junto al tuyo. Ansioso por descubrir el calor de tu interior…
Cuando cierro los ojos…

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