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miércoles, 23 de febrero de 2011

TAL DÍA COMO HOY

Pero hace treinta años un grupo muy numeroso de civiles y militares organizaron el segundo de los tres intentos de golpe de Estado que hubo en nuestra democracia. El primero de ellos fue desmantelado por el Gobierno de Suárez antes de llevarse a cabo y en medio de la caída descarnada de militares a manos de terroristas; el segundo fue el infame 23 de febrero de 1981, del que hoy se cumplen treinta años y aún habría otro intento posterior, silenciado por el Gobierno de González y que fue la antesala de la entrada de Narcís Serra en el Ministerio de ´Defensa y el posterior descabezamiento de la cúpula militar…
Un país, el nuestro que vivió tiempos convulsos, momentos en los que todo pendió de un hilo, un hilo no muy fino, pero hilo a fin de cuentas. Sería fácil decir que el intento de golpe se fraguó en el ejército, o que se fermentó en sectores de la ultraderecha, por aquello de que los dos gremios nunca han tenido predilección por la democracia…pero en este intento hubo muchos implicados, demasiados; al final pagaron pocos y sólo militares o Guardia Civiles.
Qué fue de los civiles que participaron desde todos los ámbitos políticos? Nada se sabe, es uno de los misterios más insoldables de este país, tan habituado a mirar para otro lado en lugar de averiguar verdades.
Un Golpe de Estado no se fragua desde la vida militar solamente, para contener a los civiles es necesaria la “fuerza” de personas de paisano que sean capaces de aglutinar a un sector importante de la sociedad. El militar, por sí sólo, sería incapaz.
Tal día como hoy corrimos el serio riesgo de una nueva Guerra Civil, de un enfrentamiento fratricida entre adeptos a un Régimen ya extinto y partidarios de un sistema democrático. Al final fue el sentido común y sobre todo, el claro colapso económico de una dictadura que había dejado a España al borde de la quiebra y con un sector industrial sobredimensionado y sobre todo poco productivo.
Este último, la productividad, un mal del que esta nación parece no querer desprenderse.
Nuestra actual sociedad ni se plantea un escenario similar al de entonces, por más dura que sea esta quiebra. Treinta años han sido suficientes para mostrar a la mayoría de la población, incluidos los escépticos, que una mala democracia es mucho mejor que la más brillante de las dictaduras, siendo esto último tan utópico como pasear por Plutón…
Tal día como hoy pudo haber cambiado la historia reciente de nuestro país, afortunadamente para nosotros la vida sigue…

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