Somos muchos los que en algún momento de nuestras vidas hemos deseado iniciar una nueva etapa, partir de una hoja en blanco, de cero.
Ello significa comenzar a partir de este punto y aparte un recorrido personal diferente, que no tiene por qué complementar el pasado y tampoco debería tener demasiada relación con él. ¿Es posible escribir el futuro sin tener presente el pasado? No lo creo, o al menos lo veo bastante improbable. ¿Podemos, por el contrario, olvidarnos del pasado y pensar en el presente y futuro? Claro que podemos, es un ejercicio mental, físico…un trabajo ímprobo que no siempre tiene final feliz.
Romper con el pasado reciente, adentrarnos en el presente desconocido o incluso en el futuro incierto es una prueba muy dura, no exenta de riesgos, pero que a quién la consigue superar le reporta notables beneficios a todos los niveles.
Pero ¿cómo comenzamos una hoja en blanco? ¿En qué momento debemos situar el punto y aparte? Yo creo que deberíamos hacerlo en el preciso instante en que seamos conscientes de que el pasado reciente nos está invadiendo el futuro inmediato. Cuando las situaciones vividas, las congojas, los miedos, los errores…no dejan ver más allá. En ese momento tendríamos que comenzar a reescribir nuestra propia historia vital, iniciar un nuevo ciclo…
Si, es más fácil decirlo que hacerlo, lo sé. Mas prefiero arriesgarme a emborronar la hoja en el intento que seguir apretando renglones en un lugar donde ya nada se entiende…
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