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jueves, 13 de enero de 2011

CUANDO EL ESPAÑOL SE HACE EL SUECO

En los últimos tiempos de lo único que se habla en nuestro país es de la crisis económica, de la recesión, del paro, de…. Casi todo malo, casi todo manipulado, casi todas las opiniones interesadas…
Convendría mirar nuestro país desde otra óptica; parece como que todo lo que tenemos es malo y bueno lo de fuera. Y desde luego no es así. Hablamos de fuga de cerebros, de mala educación, de falta de inversiones, de una tasa de paro que amenaza ahogar la economía, etc. Mas en realidad lo que sucede es que somos un pueblo acostumbrado a hacerse el sueco, a tergiversar datos y estadísticas en nuestro propio beneficio o en intereses que nos son comunes.
Una mirada más objetiva nos haría ver que “los cerebros” siempre van donde más dinero les dan, con independencia del país. Si se van muchos a Estados Unidos, no es desde luego por su nivel educativo o su nivel social (bastante peor que la media europea) sino porque tienen dinero facilitado por instituciones privadas financiadas por capital privado, que no público. La diferencia es que aquí se le pide al Estado que aporte dinero, en lugar de pedírselo a las grandes corporaciones, tipo Telefónica, que en lugar de invertir aquí lo hacen deslocalizando su atención al cliente a países a miles de kilómetros del nuestro.
La mala educación, endémica en nuestro país, hace que nos situemos en el puesto número 20 mundial, de un total de 400 naciones. Si uno mira los países que nos preceden, encontrará que más de la mitad de los que dominan el ranking son países con menos de diez millones de habitantes, dato este que no es baladí si te tiene en cuenta el nivel de gasto económico per cápita necesario. Si es cierto que estamos a menor nivel que Alemania, Francia o Inglaterra, pero acaso no lo estamos también en lo económico…
Lo del paro es un problema muy serio para cualquier nación, sin embargo aquí todo el mundo hace la vista gorda ante la picaresca nacional y se aprovecha sin vergüenza alguna de los privilegios que tiene vivir en un país donde, casi todo el mundo, tiene derecho a una prestación por desempleo y otras.
Aquí, en España, cuando todo ha ido bien y fue necesario traer gente de fuera a trabajar, había registradas en el INEM casi 1.8 millones de personas, lo que nos indica que de los 4 millones de parados actuales, casi un 47% no quiere trabajar ni en las mejores circunstancias. Sería conveniente exigir a los partidos políticos una depuración de unas listas donde caben todos y no todos quieren o buscan trabajo. Así, en nuestro país, basta ser mayor de edad para estar apuntado en el paro, por lo que un número indeterminado de estudiantes lo están, amas de casa que no quieren trabajar pero que están por si cae algo, etc.
Soslayar estos datos es ser muy corto de miras y no querer ver más que lo que se quiere.
Resulta obvio que todo es mejorable, que las inversiones deben realizarse con eficacia, que el paro es un gravísimo problema, etc. Pero criticar por criticar sin aportar soluciones a problemas reales obedece a una actitud cainita y a una falta de aptitud para mejorar lo presente.
Las leyes, cuando se aprueban, tienen que dotarse presupuestariamente, crearse los reglamentos para su aplicación, etc. Todo este proceso lleva un tiempo amplio, incluso aunque se apruebe o modifique mediante un Real Decreto. Este hace que entre en vigor de forma inmediata, lo cual nunca garantiza su buen funcionamiento. La nueva Ley de Salud Pública habrá de ser observada y analizada para, al cabo de un tiempo, valorar si su implantación mejora o empeora lo existente. Y así con todas las leyes.
Las empresas privadas son las responsables del 80% de la deuda de España, y no veo a nadie en ninguna tertulia política o de bar, exigir a los Alierta, Botín etc, que subsanen un problema que nos afecta a todos; antes bien se convierten den arietes contra el gobierno de turno. Las comisiones que ahora cobran los bancos salen de nuestros bolsillos para pagar las deudas que ellos tienen por sus malas inversiones…y nadie dice nada.
En un Estado autonómico como es España, el gobierno central (este o el que sea) apenas controla el 30% del presupuesto y sólo puede legislar sobre determinados ámbitos con libertad, y me pregunto ¿cómo es que se le exige que responda del 100% de los problemas? ¿Y los gobiernos autonómicos?
El español hace años que aprendió a hacerse el sueco, a mirar para el otro lado, a subirse en la moto de ida sin pensar en la de vuelta. Vendemos a nuestras madres para comprar a nuestros padres…luego pedimos perdón con una sonrisas y … ancha es Castilla!

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