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lunes, 28 de marzo de 2011

LO QUE NO CONOCEMOS O NO QUEREMOS CONOCER

La sociedad, en general, se divide entre las personas que quieren conocer y las que no. Las que deciden vivir en un mundo o sociedad conocido para ellos y las que prefieren mantenerse en la ignorancia relativa de todo cuanto sucede alrededor, bajo la impresión de que así se pueden aislar de la realidad que les rodea.
Hay quién sigue creyendo que el desconocimiento de una obligación puede eximirle del deber de cumplirlo. Es posible que, en algún caso, legalmente sea así, otra cosa es moralmente.
En todo caso, la cuestión no estiva tanto en lo que no queremos conocer sino en aquellas cosas que nos ocultan, o en aquellas cosas que no tenemos fácilmente a nuestro alcance, o que simplemente no nos facilitan el acceso a ello.
Un ejemplo sería lo que está pasando realmente ahora en la central nuclear de Japón, ese lugar donde las informaciones son, casi siempre, manipuladas; y que esconde tras la pretensión de las cosas bien hechas, un desastre de proporciones dantescas que dejará un área de Japón inhabitable, casi inaccesible y seguramente con consecuencias dramáticas para los próximos veinte años. El que quiera pensar que lo que ha sucedido allí es controlable, y que los efectos negativos son tan pequeños como nos cuentan, es que jamás se ha molestado en leer artículos en profundidad sobre el alcance de un fallo tan grave como el que ha sucedido por el tsunami.
Tiende el ser humano a mirar para otro lado o a obviar lo que sucede fuera de las fronteras que habita, cuando los problemas no le afectan de manera inmediata, sin embargo, lo errores de la industria química o nuclear suelen tener consecuencias importantes; consecuencias que deberíamos pensar que son extrapolables a nuestra sociedad. Donde un accidente también es posible.
Si hablamos de problemas de índole social o cultural, como los malos tratos, la pederastia, la corrupción política… lo hacemos desde una ventana a la que casi nadie se quiere asomar cuando el olor a podredumbre nos coge cerca.
Es fácil mirar por el cristal lo que sucede en estos asuntos tan comunes, en otros países o comunidades. Cuando nos toca al lado tendemos a mirar para otro lado o, en el peor de los casos, a minimizarlo.
La ignorancia siempre ha sido muy atrevida, la ignorancia ha permitido a unos pocos “listos” aprovecharse del vulgo para beneficio propio. Lo desconocido tiende a temerse, por ello deberíamos emprender siempre el camino opuesto, el que lleva al descubrimiento para así, poder dejar el miedo a un lado.
No querer conocer lleva implícito un riesgo, el de darnos de bruces con la realidad, una realidad presente y a al vista, sin la posibilidad de llevarnos luego las manos a la cara en señal de sorpresa.
El conocimiento te hace libre; libre para pensar, para hacer, para negarte…simplemente para saber.

1 comentario:

  1. Efectivamente son muchos los que se aprovechan de aquellas personas que, más que ignorantes son de diferente nivel de cultura general, hoy en día, si no sabes de todo te consideran un inculto un ignorante, incluso por no saber que equipos de fútbol hay en la liga y los jugadores que la forman, ya que son muchos que consideran este deporte como lo más preciado... lo más importante. También es verdad que cuando hay un conflicto o alguna catástrofe en otro país, estado o nación lejana a la nuestra... nos conmueve su situación, pero enseguida miramos hacia otro lado aliviados de que no nos toca de cerca.
    La ignorancia puede ser muy atrevida, pero en muchas ocasiones es cauta, silenciosa, humilde, incluso miedosa, depende de la persona que la sufre o del cristal con que se mire. Considero que no se es ignorante, más bien hay personas que te hacen creer, o por lo menos lo intentan, que te sientas así.
    Todos los días emprendemos camino hacia lo desconocido, todos los días descubrimos algo, pero nunca dejamos de tener miedo, siempre está a nuestro lado por mayor o menor que sean las circunstancias, por más grandes o pequeños que sean los echos, siempre está con nosotros; llámalo como quieras...prudencia, precaución, etc., en realidad es miedo.
    El conocimiento te hace libre... pero también te hace demostrar día a día tu valía. En algunas ocasiones, me gustaría ser la persona más ignorante y volver a empezar a adquirir conocimientos, para poder diseñarlos y moldearlos a mi manera...

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