LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

lunes, 17 de septiembre de 2012

LA VIDA (II)

¿Qué es la vida? Una buena pregunta con no pocas respuestas. Diría que la vida son instantes, momentos, episodios...pero la vida es, además, mucho más. La vida es poder contemplar la mirada limpia de tus hijos cuando te miran, descubrir en ellos ese amor incondicional que sólo perturban los normales cambios hormonales de su desarrollo. La vida es poner en liza un conjunto de sentimientos internos que no siempre queremos exponer al ojo ajeno, incluso al nuestro propio. Mostrar supone tener, al menos, la valentía de reconocerlos. La vida es cuidar de aquellos que nos han ayudado a nosotros a lo largo de nuestra existencia, corresponder con los mismos afectos, disfrutar de su vejez, aprender de su sabiduría y mostrarles sin ambages el apoyo que precisen, la ternura que quieran...Si, ya sé, los hay que de viejos se vuelven ariscos, incluso mentes atribuladas que se pelean internamente; da igual, si te han ofrecido sus mejores años para cuidarte, por qué no devolver cinco minutos de los tuyos. La vida es asistir perplejo a los cambios que la naturaleza nos ofrece a diario; descubrir cómo florecen los cerezos cada primavera llenando de color y olor el ambiente. Siempre me he sentido unido a la naturaleza, sin excesos ni extravagancias; disfruto del campo más que la ciudad; tal vez porque los animales sean menos peligrosos. La vida es descubrir el amor por otra persona, caer embrujado ante el otro sin tener una explicación clara del porqué, ni tampoco del por qué no. Amar es una labor ardua, que se caracteriza por mantenernos en un estado de euforia seguido de otros de decaimiento, siempre en el vértice del corazón. La vida es llorar también la pérdida de aquellos que habíamos querido, y pasar raudos a recordar los buenos momentos que disfrutamos con ellos; añorándoles de cuando en cuando al descubrir de nuevo, aquel rincón donde compartíamos conversación, etc. La vida es todo cuanto sucede a nuestro alrededor sin que tengamos la más mínima participación en ello. Sucede sí o sí, con independencia de nuestra presencia. Mas la vida también la construimos con nuestros actos, orientándola en la dirección que nosotros queremos tomar. La vida es lo que nosotros queramos que sea. Seguro que muchos podrán decir: “ya pero cuando te mueres por una enfermedad...; cuando te van mal las cosas...; cuando...” A ellos decirles que quizá tengan razón y que no todo sea maravilloso, pero es que entonces ya no hablamos de la vida, sino de la supervivencia, algo diferente. También intrínseco al ser humano, pero que yo situaría en el otro lado de la montaña. Sé que tengo la certeza de morir desde el mismo día que he llegado a este mundo, avanzar supone mirar casi siempre hacia delante, aprender de los errores todo lo posible y creer en uno mismo. Nuestra existencia está salpicada de obstáculos que debemos superar cada día, de enfermedades que optan a acortar nuestro modo de vida, de otras personas capaces de cercenar por sí mismas nuestro desarrollo individual y colectivo...todo eso sé que está ahí, que puede tocarme y que, incluso, me ha tocado. Da igual, la vida es maravillosa desde el mismo momento en que eres consciente realmente de que la estás viviendo. Y eso, casi nunca coincide con el momento del nacimiento, hay personas que fallecen sin haber sabido que un día vivieron. La vida es vivir y también vivirla.

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