LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

martes, 4 de septiembre de 2012

¿TE ATREVES?

Quisiera proponerte una aventura, un viaje a lo largo de la vida, de lo que me resta, ¿te atreves? El viaje no será cómodo, ni viajaremos siempre en primera clase. La vida es un tren salpicado de vagones con asientos de madera donde la rigidez termina por dañarte la espalda. También hay asientos cómodos, compartimentos llenos de paz y de sosiego, lugares donde contemplar juntos cómo van pasando las horas, los días, los años... Encontrar con quien descubrir y descubrirse no es nada fácil, mas bien al contrario. A lo largo de mi vida he descubierto que mirando por el mismo cristal se ven cosas diferentes. En la vida común solemos cometer el error de pensar que quienes habitan con uno ven los platos colocados de igual forma, sin percatarnos de que tal vez alguien pueda ver las grietas que se van formando. El ofrecimiento que te hago no sólo implica mostrarte el lado bueno, sino también las sombras que todos tenemos, la invitación es a que me muestres esa parte de ti que no te te gusta tanto. Suele ocurrir que lo que nos mostramos es lo más interesante. Te advierto desde el primer momento que no será sencillo. Me gustaría ser tu compañero en el descubrimiento mutuo, en el hallazgo de ese lugar común en el que nos encontremos de igual a igual, aceptando al otro tal y como es, sin preguntarse más allá. El pasado es eso, pasado. Muchos son los que lo llevan en la mochila, sin percatarse de que quizá sea una carga demasiado pesada para ellos mismos. Pretendo acercarme sin cargas, sin pesadas losas, tan sólo con recuerdos de los errores cometidos para tratar de no volver a cometerlos. No soy un santo varón, ni soy perfecto. Tengo virtudes, como todos; pero también defectos. A lo largo de mi vida alguien habrá sufrido a mi paso, negarlo sería estúpido. El daño se infringe a los demás muchas veces sin ser consciente de ello. Basta con no ser receptivo a las señales que otros nos envían para que puedan sentirse agraviados... tampoco estamos en este mundo para agradar a todos. Y aún así...¿te atreves?. No quiero prometerte nada, no quiero llenar tus oídos con promesas que no sé si cumpliré. Tan sólo quiero que sepas que soy, cómo soy, a qué voy, de dónde vengo...después valora si quieres aventurarte conmigo el el sendero que lleva a lo desconocido. A menudo solemos creer que la realidad es la que nos imaginamos en nuestra cabeza, que las relaciones que tenemos con los demás, en todos los órdenes, son tal y cómo las sentimos interiormente. Sucede que los demás sienten, piensan, viven, e interpretan los mismos hechos con diferentes percepciones. Quiero pensar que soy capaz de tomar distancia de ello y no pretender que los demás vean el mundo que yo veo. Tal vez por este motivo quienes advierten que no veo las cosas de la misma manera, se sienten ofendidos. Al final de camino, de esta larga aventura que estoy ofreciéndote espero encontrar ese particular “Dorado” que todos anhelamos. Una vida plena en la que uno pueda reconfortarse en el otro con su sola presencia. El paraíso, al final, suele reducirse a un café calentito bajo una manta... ¿Te atreves?

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