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jueves, 19 de agosto de 2010

RENCOR

Esta palabra determina uno de los sesgos personales de muchas personas en el mundo, se convierte en la cara de muchos que no son capaces de perdonar una ofensa real o no.
Pero ser rencoroso supone mucho más, supone un ejercicio de hipocresía tremendo, de cierto amarillismo y sobre todo un trabajo que, personalmente, encarece tu día a día hasta un punto tal que no merece la pena.
Nunca he sido rencoroso, cuando alguien no me ha gustado o me ha hecho daño simplemente me he alejado, me he apartado dejando el espacio suficiente como para que el aire enfriase todos los calentones.
Pero el rencor es poderoso, mueve al ser humano a situarse en posiciones radicales, a afianzarse en el lecho seco del perdón y a rellenar los huecos de las dudas de cierto odio.
Un rencoroso es una persona peligrosa, temible para los demás y sobre todo para sí misma. Para el otro porque no es fácil la comunicación con alguien que está pendiente de cualquier fallo tuyo para saltarte, para sí mismo porque ser rencoroso lleva implícito un trabajo absurdo de seguimiento del otro para machacarle.
El rencor mueve también innumerables intereses en el mundo, es capaz de originar una guerra o varias, por el mero hecho de no haber sido “fiel” a los intereses del político o militar de turno, que se creía en ese instante, ávido de pleitesía.
Así las cosas nada puedo situar en el haber del rencor, justo lo contrario que en el debe, donde la carga que supone ser rencoroso ya es suficiente como para agriarte la vida.

1 comentario:

  1. EL RENCOR ES EL RECURSO DEL DEBIL,DEL QUE RENUNCIA A LA LIBERACION Y AL APRENDIZAJE INTERIOR.

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