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miércoles, 11 de agosto de 2010

LA VIDA QUE NOS ESPERA

Una de las preguntas que nos hacemos muchos a lo largo de nuestras vidas es esa, ¿cuál es la vida que nos espera? La respuesta, siempre difícil, lo sería menos si nosotros tuviésemos la capacidad de prever todo cuanto puede suceder; pero además también si fuésemos seres invariables, y no, no lo somos.

Nuestra vida se establece en el continuo espacio tiempo donde nosotros variamos nuestros afectos, nuestras ilusiones, nuestros anhelos… en función de nuestro estado mental, del momento del día, de la época de nuestra vida…. Así las cosas convendría preguntarse si reflexionar sobre la vida que nos espera tiene sentido cuando difícilmente somos capaces de saber que haremos justo al día siguiente.

Pese a todo, lo hacemos, y sucede así porque necesitamos tener referencias, puntos a los que acudir cuando nos perdemos. Somos seres fuertes, capaces de racionalizar todo, de darle sentido a todos los sucesos de la vida; a la vez esta propiedad nos hace vulnerables, nos infunde un respeto atávico por lo desconocido, por lo que no controlamos. Por eso la vida que nos espera nos preocupa tanto.

La vida que me espera confío en que sea al menos divertida, que tenga tristeza, pues sólo superando una pena te descubres a ti mismo saboreando la alegría. Me gustaría mucho que en ella habitasen nuevos seres, capaces de hacer temblar todos mis esquemas con su mera aparición. Y no, no me refiero a seres de otro mundo, esos no me preocupan.

En medio de la crisis más grande que está conociendo esta, nuestra sociedad occidental, me atrevería a decir que el futuro se presenta tan impresionante que perdérselo sería imperdonable. La vida que nos espera aportará tantas cosas a nuestra vida social e individual que, a duras penas, seremos capaces de asimilarlas. Entonces, cómo no quedarse a verlo.

1 comentario:

  1. El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He aquí por qué siempre se nos escapa el presente... Gustave Flaubert.

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