LUGARES PARA SOÑAR

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miércoles, 4 de agosto de 2010

LAS OTRAS VÍCTIMAS DE LAS GUERRAS

El hombre ha dirimido sus disputas casi siempre por la fuerza de las armas; la diplomacia no es más que el arte de contar las mentiras justas para evitar una contienda irremediable, casi siempre, al cabo del tiempo. Por ello no hemos dejado tiempo en nuestra dilatada estancia en el mundo sin que entablásemos una batalla u otra.

Cuando los vikingos llegaron a América se enfrentaron a los lugareños, cuando los españoles llegamos a América latina nos esforzamos en pelearnos con los mayas, los incas, los aztecas y todo aquello que se pusiese delante; no sin recordar que entre ellos hacían lo mismo mucho antes de nuestra llegada y sometiendo siempre al de al lado por la fuerza.

El fondo de las guerras no ha cambiado, siempre ha sido por intereses económicos, bien por la conquista de territorios que aportarían incentivos a la economía del país agresor o bien porque se establecen dentro de una nación los lobbies necesarios para comprar las voluntades precisas para iniciar una contienda en algún punto del planeta, cuando no instigar otras.

La cuestión es que siempre que hay una guerra se generan víctimas, personas que sufren el impacto directo de la brutalidad y la ausencia de valores que caracterizan una batalla, sobre todo hoy día.

De los muertos, de los heridos, de los daños colaterales, de todo esto ya se ha escrito mucho, se ha hablado incluso demasiado. Mas son pocos los que dirigen su mirada a las otras víctimas. ¿quiénes son estos? Pues aquellos miembros de las fuerzas armadas de países que van a dichas guerras como víctimas de los acuerdos internacionales que tienen suscritos sus respectivos países.

Quienes van a una guerra sin conocer siquiera el país, quienes luchan sin saber muy bien por qué, quienes regresan a sus casas y son olvidados y ninguneados por los suyos porque han estado en un lugar que nadie les ha pedido realizando una labor penosa.

Me imagino siendo el soldado que regresa a casa en un país como Canadá, de una guerra en Irák, donde mi país ha ido porque al vecino de abajo se le metió en la cabeza hacerse con el control del petróleo por si no había reservas suficientes para él. Y al volver me preguntan a qué he ido, por qué he matado a personas que lo único que defendían era su país de la agresión de un ejército de ocupación que no había llegado allí para cambiar nada, sino para apoderarse de todo. Y mi respuesta como soldado no puede ser muy consistente, debo decir que he cumplido con mi deber como militar. Y se me antoja que no me he hecho militar para matar a personas inocentes.

Alguien podrá decir que los militares disparan contra quien les arremete, y puedo entender que alguno lo crea así, pero... si en España entrasen los marroquíes por la fuerza, derrocasen al gobierno y nos impusiesen su manera de vivir...¿no nos defenderíamos contra el agresor? Claro que lo haríamos, como ya lo hicimos desde el 714 hasta 1492. Y cuando un civil dispara contra el militar que ocupa su país ¿quién es el agresor?¿quién el agredido?

Mi opinión es que siempre es el civil el agredido, puesto que es quien sufre la invasión.
Esos soldados, que llegan a casa creyéndose héroes se convierten en piltrafas humanas cuando sus mentes se libran de la música a toda leche que les meten por los cascos, cuando el estrés de la batalla no está presente y recuerdan el por qué de las cosas.

Pero hay otras víctimas, como son los voluntarios de las ONGs que se dedican a ayudar como pueden a los que sufren las batallas, éstos, cuando regresan, no vuelven a ser los mismos, muchos no podrán dormir jamás sin somníferos porque en sus retinas tendrán para siempre los cuerpos mutilados, la ausencia de todo, la falta de lo imprescindible, sí, ellos también son víctimas. En este caso con una contradicción mucho mayor, pues ellos sí son conscientes de que son los mismos que ayudan los que agreden. El que es atacado por un destacamento americano y herido, no entiende que sea una ONG americana quien luego vaya a darle consuelo. Es de un absurdo total.

Para concluir, aunque habría muchas más víctimas, estamos los ciudadanos. En un momento de crisis absoluta, donde casi nadie está sobrado de nada y cada día el dato es peor que el anterior se nos antoja complicado entender que una guerra como la de Irak, cueste por día lo mismo que el PIB de la gran mayoría de los países del mundo. Uno puede aceptar casi cualquier cosa en política, pero yo si fuese belga, por ejemplo, no entendería tener problemas económicos y en mi país y que la guerra de Afganistán me cueste 270 millones de euros al año. Porque con ese dinero se haría...

1 comentario:

  1. Buena composicion , una parte la reconozco mía y otra está ampliada ...
    May.

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