LUGARES PARA SOÑAR

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lunes, 15 de noviembre de 2010

TEMOR, AMOR, FRACASO, ILUSIÓN

Mucho se ha escrito sobre estas cuatro palabras, cada uno de los que nos hemos atrevido a dar nuestra opinión sobre ellas exponemos un punto de vista subjetivo, un punto de vista que parte de la experiencia vivida y por ello participado de los vicios y virtudes que en nuestro itinerario vital hemos encontrado.
Amor, toda una palabra que engloba mil y una formas de amar, de sentir de manera racional e irracional. Quien más y quien menos se ha acercado a alguna de las formas de amor a lo largo de su vida. Hemos sentido el amor de nuestros padres, hemos querido a nuestros hijos, hemos amado a otras personas...Amar a una persona es un sentimiento tan intenso y veraz que suele manifestar sus dos vertientes a la vez, el placer y el dolor. El placer de disfrutar ese amor correspondido, el dolor de la ausencia o de la no reciprocidad del mismo...
Fracaso, manida palabra que representa el peor de los panoramas posibles; fracasar es mucho peor que perder, pues la pérdida casi siempre es ajena, se produce porque sí y duele sin más. Fracasar puede llevar también a la pérdida, y con ello al remordimiento interno. Quien fracasa suele enredarse en una pelea interna. Debe de hacerlo para poder superarlo y, sobre todo, para poder ver el futuro de mejor manera...
Temor, quién no lo ha sentido alguna vez. Temer no sólo es humano, es un instinto animal que nos mantiene alerta, que incentiva el que estemos alerta. Esa es su parte buena; la mala, es que por temor impedimos que nuestra vida se abra, que nuestro corazón llegue a sentir en toda su plenitud, que los objetivos que busquemos no los lleguemos a alcanzar porque no hemos sido capaces de manifestarlos...
Ilusión, bendita ilusión... sin ilusión la vida carece de interés. Sería como una película en blanco y negro con final previsto. Una suerte de libro con el fin en la primera página. La ilusión nos mantiene vivos, despiertos, descentrados, alegres. La ilusión hace que un niño se despierte más o menos contento; que un adulto afronte mejor su día, que un anciano vea el túnel cada día más lejos...

Qué sucede cuando juntamos Amor, Fracaso, Temor e Ilusión, a nuestra propia experiencia vital, a nuestra vida, a nuestro corazón... casi seguro que cada uno de nosotros tenemos una experiencia diferente, podríamos contar 6000 millones de historias diferentes a partir de estas cuatro palabras, tan diferentes entres sí y tan ligadas a la vez.
Creo que uno debería tener siempre la ilusión de que el día de mañana será mejor que el de hoy, que los momentos de fracaso han pasado que el temor al futuro sólo hace que nos retrasemos en nuestro avance y que el amor es un sentimiento tan intenso que eclipsa todo lo demás cuando se hace patente en el mundo real.

Temer es humano, al igual que fracasar, pero...¿deberíamos dejar de ilusionarnos por temor a repetir un fracaso como en el pasado? Rotundamente no. No, porque de hacerlo estaríamos metiendo en el mismo saco embarrado todas las situaciones y personas, cuando sabemos seguro que no hay dos personas iguales, ni dos situaciones idénticas... cada momento de nuestra existencia es diferente, cada minuto iniciado será sustancialmente distinto del pasado.
Vivir es mucho más importante que detenerse en cada esquina para lamerse las heridas. Superar fracasos nos hace fuertes y duros, temer al qué vendrá no nos hace previsores o conservadores sino seres frustrados el día de mañana. Personas que un día se levanten pensando: “Y si...”

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