LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

miércoles, 28 de julio de 2010

TRAS LOS SUEÑOS, LA REALIDAD. EN LA REALIDAD UN SUEÑO

Sucede a menudo que nos dejamos atrapar por los sueños en un intento de evadirnos de una realidad que no nos gusta, o por el contrario en la que pretendemos tener una mejor vida.

Los sueños suelen ser de lo más variopinto y cabría distinguir entre los sueños que tenemos cuando dormimos, cuando nuestro subconsciente hace de las suyas y los que tenemos siendo conscientes de ello.

Quizá en los primeros poco tenemos para intervenir, tan sólo nos dejamos llevar por lo que dicta nuestro cerebro, por el conjunto de vivencias, por los recuerdos, por los deseos; nada está organizado, es pura improvisación. El resultado a veces nos gusta otras no, pero...

En los segundos si intervenimos con toda nuestra capacidad, somos nosotros los que decidimos qué queremos soñar, que universo es el que queremos explorar en este preciso instante, controlamos el aquí y el ahora. Si lo que nos apetece es tener dinero pues imaginamos qué haríamos con esto, con aquello, alguno incluso se imaginaría comprando voluntades. Si no tenemos pareja soñamos con un amor verdadero, con un mundo de color. Si queremos estar solos entonces nos imaginamos en un mundo sin prisas, en una dimensión paralela donde el tiempo lo marcamos nosotros y del devenir de los acontecimientos también.

Pasado este período de ensoñación, de elucubración, de deseos, llega la realidad. Y ésta, nos muestra que el aquí y el ahora son diferentes, que tenemos que trabajar, que no podemos llegar con suficiencia a final de mes, que el amor que creíamos se ha marchado por el sumidero de la memoria, que la soledad buscada y ansiada hemos de encontrarla en medio del bullicio que nos rodea.

Y entonces, cuando la realidad se torna incómoda, cuando podemos llegar a sentirnos incómodos incluso con nuestra propia presencia; cerramos los ojos y los abrimos con la mente en blanca, mirando alrededor y descubrimos que la vida, nuestra vida, es sueño. Y lo es porque tenemos al alcance de nuestra manos tanto como queramos, al alcance de nuestra imaginación todos los imposibles, a tiro de piedra de nuestros sueños todo cuanto creemos que puede ser.

Cuando seamos capaces de vivir nuestra realidad como un sueño será porque estemos preñados de nuestra propia felicidad. Henchidos de la gloria que da el ser dueño de nuestro propio destino.

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