LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

lunes, 21 de junio de 2010

AMO LA VIDA

Voy camino de los 38, apenas queda tiempo para que cumpla esa edad, y hoy más que nunca soy consciente de lo mucho que amo la vida, de que me gusta vivir.
A pesar de esos momentos oscuros, que algunos pasamos, donde la tristeza lo invade todo, siempre existe un después, un mañana. Y ese mañana siempre nos presenta una salida del atolladero. Pero ¿por qué amo la vida?
Amo la vida porque cada mañana, cuando suena mi despertador, comienza un día nuevo, y yo estoy en él.
Amo la vida porque me permite compartir con mis amigos momentos en los que me siento en plenitud, porque puedo compartir con ellos una caña, un café, un silencio.
Amo la vida por la exuberante naturaleza está a mi alcance, puedo internarme en ella y recorrer sus hermosos parajes, admirando con ojos crédulos sus colores, sus formas, tu todo.
Amo la vida porque en ella, un día, apareció mi hija, y con ella un nuevo mundo emergió. Ahora son dos soles los que iluminan cada día, la estrella que nos da calor y mi estrella particular, que me da fuerza.
Amo la vida porque ésta me está enseñando y me ha enseñado que, a partir de unas cuantas bofetadas uno puede espabilarse y salir adelante, que nada en bueno o malo sino que tiene matices.
Amo la vida porque me ha permitido amar, descubrir que tras un erizamiento del bello está un sentimiento, un te quiero, un amor. ¿Qué sería de nosotros sin la capacidad de querer? Nada.
Amo la vida porque si no la amase sería estúpido, pues sólo un necio es incapaz de ver lo que hay a su alrededor y no maravillarse con ello. ¡Pero si hasta podemos movernos sin caminar!
Amo la vida porque no puedo no amarla; no querer vivir no entra en mis planes futuros y sinceramente, sería una faena no ver el mañana. Por ello intento vivirla intensamente en cada minuto, en cada segundo. No sea que los avatares del destino un día me aparten de este camino de rosas y espinas que tanto me gusta.
Pero sobre todo amo la vida porque vivir es mucho más divertido que no hacerlo; aún no me he topado con nadie que me contase que el otro lado es más divertido. Y la exploración de lo absurdo nunca ha sido lo mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La opinión siempre es libre