ESA PARTE DEL CORAZÓN

Nuestro universo personal se ve alterado a menudo por bruscos cambios de estado emocional que son, generalmente, irrefrenables y abruptos.
Todos, con los años y sin ellos, guardamos en nuestro interior una porción de corazón reservada, una parte reservada sólo a los grandes amores, aquellos llamados a romper barreras, los que son capaces de cerrar desde dentro para quedarse.
Esa es la zona del corazón más difícil de mostrar, esa es la parte que más duele, a ella va la lealtad, la ternura, el deseo, el cariño, el afecto… es, tal vez, el lugar más inaccesible de todos. Cuesta mucho llegar a ese lugar en el corazón de otro, es difícil instalar nuestra casa en un lugar tan exigente; sin embargo, en ocasiones, rara vez en la vida de una persona; esa parte del corazón comienza a llenarse.
Cuando notamos que esa parte del corazón está llena ya es demasiado tarde para preguntarse cómo ha ocurrido, simplemente ha sucedido.
Si alguna vez sientes en esa parte, imagino que la sensación debería de ser brutal, emocionante, divertida, dolorosa, vibrante… yo, no conozco todavía esa sensación, aún no he descubierto cómo es tener el corazón plenamente lleno.
He amado o he querido, aún no lo sé, pero sí reconozco que jamás me ha dolido el corazón de esa manera tan desgarradora que cuentan otras personas, que escriben los poetas.
Tal vez no haya podido amar así, quizá mi vida no fuese lo suficientemente intensa para descubrir ese mundo maravilloso donde todos dicen encontrarse en una gloria permanente.
Ahora próximo a una edad y alejado de otra, vago por el mundo en busca de rellenar esa parte del corazón. Transito por la vida ávido de encontrar ese mundo de sensaciones placenteras que produce estar completamente enamorado de alguien.
Atisbo formas, veo una silueta… tal vez sea ella o quizás mi imaginación.