LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

lunes, 21 de junio de 2010

CERRANDO PUERTAS

Siempre que uno sale de un lugar ha de cerrar la puerta tras de sí, ha de impedir que la corriente que se produce con la apertura le vuelva a arrastrar a ese lugar del que quiso salir.
Cuando te instalas en un lugar nuevo, en una vida nueva, en una ilusión nueva, siempre lo haces con la idea de permanencia, con la intención de dejar tu impronta, de hacer tuyo ese lugar. Para ello pones tus esfuerzos, tus ganas, tus sentimientos, tus ilusiones. Y muchas veces resulta que sí, que has logrado encontrar acomodo finalmente en ese lugar…y te sientes realizado, henchido de felicidad, contento.
Pero cuando tus esfuerzos han resultado baldíos, cuando la soledad es tu compañera, cuando sientes frío en presencia de otros, cuando te ahoga la sensación del interior…entonces es cuando debes ir cerrando puertas.
Cerrar puertas es una de las labores más ingratas de la vida de una persona, significa dar por terminada una etapa de tu vida, dejar atrás un tiempo para salir a un territorio ignoto, desconocido.
El ser humano rompe lazos con cierta dificultad, nunca le es fácil seccionar las arterias que le unen a una vida pasada donde ha puesto su corazón, su ilusión, su trabajo, su vida. Pasa muchas veces con los jubilados, que no saben muy bien como reincorporarse a la vida sin contar con sus compañeros, sin contar con su modo de vida anterior. También con los divorciados, aun a pesar de la alegría de algunos por el hecho de dejar atrás una situación incómoda; pues a pesar de todo es romper con tu rutina lo más complicado.
Ir cerrando puertas es la manera que tenemos de ser capaces de entrar en una nueva etapa en plenitud, sin mochilas, sin maletas, sin dolor. Cuando se cierra una puerta es cierto que podemos volver a abrirla, mas me refiero aquí a esas puertas que uno tarda en traspasar pero que, en cuanto lo hace, no quiere volver a abrir.
Pienso que la vida está llena de puertas, de picaportes que hemos de sujetar con tiento o con fuerza en la medida en que una puerta nos pueda llevar a una habitación donde no nos guste estar o dónde deseemos permanecer. Nuestra labor será ir abriendo y cerrando.
Ahora me toca cerrar algunas y abrir otras, y estoy decidido.

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