CONFIANZA

Es esta una palabra curiosa, todo el mundo la usa en todos los órdenes de la vida. En política hablamos de una cuestión de confianza, hablamos en las relaciones de amistad o amor de confianza en el otro como base de una relación… pero… acaso no menos cierto que la confianza es siempre relativa, que las cosas no son blancas o negras sino que tienen matices.

¿Confianza es saber todo lo que pasa alrededor de otra persona? No, eso no es tener confianza, ni ayuda a tenerla. Confiar en alguien es precisamente todo lo contrario. Es no poner en duda lo que tu interlocutor te dice aún a pesar de posibles evidencias de lo contrario. Por qué, pues por una cuestión de relativismo, porque lo que que para uno es blanco para otro es negro. Porque los seres humanos no siempre nos comportarnos de la misma manera en las mismas situaciones en presencia de diferentes personas.

La confianza, en mi humilde y particular opinión, consiste en saber que lo que alguien te dice es su verdad. No mi verdad, sino la suya. Cuando alguien no es fiel a lo que tú piensas de ella, no es que falte a tu confianza, sino que es tu confianza en ella la que flojea, es tu propia confianza la que hace que no creas lo que te dicen o pretendas ver lo que no es.

Si una persona se te dice que es negro, aun cuando obviamente lo ves blanco, está sin duda equivocado…o no. Porque puede que quien te dice “soy negro” se sienta como tal, viva como tal y se quiera sentir así. Y por qué razón voy a pretender yo modificar su conducta o manera de ser. Es acaso alguien en quien no confiar o por el contrario se trata de alguien en quien poder poner la fe dado que es capaz de mantener su pensamiento y deseo en contra de una evidencia manifiesta.

Lo explica mejor el caso de los transexuales. Obviamente un hombre que se quiere convertir en mujer, es un hombre físicamente, anatómicamente, pero…si te dice que se siente mujer, que es una mujer…¿te miente?¿puedes dejar de confiar en él? ¿Te has parado a pensar que quizá no te mienta y que la realidad no es tan clara como tú la ves?

Para este humilde opinante la confianza en las personas es inherente a su personalidad, si tu bebes y yo veo que bebes pero tú me dices y me juras que no lo haces, veré que quizá tengas un problema de conducta, pero desde luego no debo dudar de tu confianza para otras cosas, dado que tú te crees lo que dices. Otra cosa será que yo confíe cosas importantes en ti, que me deje llevar por ti u otras cosas, pero de antemano no puedo ni debo juzgarte al albur de mis opiniones preconcebidas.

Por qué confiamos en unas personas y en otras no, cuando la verdad de cada uno sólo es conocida por ellos. Normalmente lo hacemos por afinidad personal, por los valores que nos han sido dados, por las carencias que tenemos, por un conjunto de matices que hacen que yo pueda dudar de un político y creer en el otro aunque me digan lo mismo. ¿Nacemos de derechas o de izquierdas? ¿Nacemos del Madrid o del Barça? No, estas conductas van asociadas a nuestro entorno social, a nuestra manera de vivir, a los prejuicios y valores de nuestro entorno, sólo con los años podremos desapegarnos de una manera de ser, creer, o ver, siempre que queramos profundizar en ello.

Nacemos blancos o negros, altos o bajos, pero nada más. Después podemos o no estar de acuerdo con ello, pero eso será invariable.

Así la confianza es siempre relativa.